Tokyo DxD: La Liberacion Del Karma

Capitulo 2: Realidad

Los personajes de la novela/manga/anime de DxD no me pertenecen, de igual forma los PJ de otras obras que usare en este fic.

Escribo para entretener. Si hay errores perdonen.

Este Capitulo al Comienzo contiene leves descripciones crueles. Para las personas sensibles se procura discreción.
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Las sobras efímeras del mundo se encontraban ante sus ojos, pasaban entre un titilante zafiro fantasmal llenos de momentos de pena, culpa y desesperanza que sucedían simultáneamente ante su presencia impotente. Era como si la caja de pandora hubiera sido abierta para desatar el caos encerrado, solo para causar el mayor daño posible al mundo terrenal.

—¿Qué… Esta sucediendo?
Todo eso sucedía mientras flotaba en un vasto espacio vacío entre pequeños brillos de estrellas, la joven castaña se encontraba paralizada y observaba con claro horror sucesos trágicos como si de una película se tratara. Sucesos dolorosos, vistos en solo guerras sangrientas. Las lagrimas impotentes escurrían por sus mejillas al a ver visto injustica, el temblor horroroso de sus brazos era incontrolable ante la enorme rabia nacida en su ser. Ver tiránicos lideres de algunas épocas extrañas tomar decisiones atroces, personas en la desesperación por la hambruna en algunos pueblos desolados, y actos totalmente inhumanos que eran carentes de sentido, tantos e incontables que su mente humana no era capas de procesar toda esa inmundicia visual. Ella no entendía por que esas civilizaciones eran capases de tales actos malévolos, pero justo cuando la escena cambio juro por un momento haber escuchado a un hombre hablar en un idioma que no podía comprender.

Antes de notarlo ella estaba parada ante una multitud con armaduras de cuero con metal platino y civiles pobres que parecían indignados por algo que cometieron los uniformados, era como si la joven ahora fuera parte del entorno de una de esas épocas extintas de la historia al sentir entre leve cosquilleo como el aire acariciaba su rostro y cabello.
Observo como aquellos guerreros con armaduras extrañas tomaban niños y bebes de madres que gritaban por miedo de separarse de sus hijos. Algunos hombres de manera inútil trataron de detenerlos, para solo después ser noqueados con gran fuerza.

—¿Qué es lo que dicen? ¿Por qué se los están llevando?
El no poder entender ese idioma era un inconveniente para ella, era frustrante el no saber nada. Pero como si algo dentro de ella se activara, solo entendió algo pequeño por parte de los soldados.

[destruir • Niño• caos]
Era lo único que logro comprender y con temor imagino un escenario atroz. La escena cambio de golpe a un extraño santuario, miro a su alrededor solo para entre ver por las columnas que sostenían la edificación la hermosa vista del mar, junto a la linda puesta del sol. Pero su vista fue interrumpida al escuchar esas voces en un idioma que no reconocía.
Los soldados que estaban frente de la castaña hablaron con gran respeto, mientras se inclinaban y presentaban a los niños a alguien que estaba de espaldas, volteo y los miro. Ese extraño hombre gordo con túnica blanca se encontraba parado a lado de un extraño pedestal, y a lado se apreciaba una enorme estatua de una hermosa mujer con cabello corto que le llegaba al cuello, poseía encima de su cabeza una roca moldeada con forma de una extraña capucha, pero lo que mas llamaba su atención era esa sonrisa amable que le daba mala espina. Antes de que la castaña lo notara, el hombre entre una sonrisa pacifica ordeno algo para que después los soldados sin vacilar cortaron los cuellos de 30 niños inocentes.

Gritos y quejidos impregnaron el santuario como se de animales se trataran. Pero como si fuera simple espuma de mar cesaron, el hombre obeso toco levemente su frente y miro a la estatua como si rezara, pero después observo algo al escuchar el shock de los soldados.

La joven estaba sin habla, y mas lagrimas salían de sus ojos moribundos. Pero entre la trágica escena solo uno sobrevivió.
El soldado que lo había cortado estaba incrédulo, volvió a levantar su espada para terminar con su misión, al ver su acción la castaña se movió para protegerlo. Vio con impotencia como el filo de la espada cortaba su pequeña garganta.