caperucita rubio

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caperucita rubio

habia una vez...

las hermosas mañanas en el bosque siempre eran tranquilas, los rayos del calido sol entraban entre las ramas de los arboles mas altas bajando delicadamente en delgadas lineas de luz, haciendo brillar las gotas de rocio que amanecian en las verdes hojas del lugar, pero ultimamente el lugar no era visitado por los pueblerinos y la belleza se perdia entre la soledad.

un pequeño pueblo a distancia no se habia atrevido a cruzar el espeso bosque en las dos ultimas semanas, pues los lobos rondaban constantemente la zona y mucha gente tenia miedo de quedar entre los colmillos de alguno de esas salvajes bestias, la pequeña aldea era conformada por campesinos orgullosos y trabajadores, mujeres y hombres con una vida plena y viva, la mayoria de ellos evitaba salir del area limitada para evitar riesgos y muertes innecesarias, ademas para adentrarse al bosque debian contar con algun permiso de los cazadores y estos mismos eran los unicos que se aventuraban a esas peligrosas tierras solo para mantener al margen a los depredadores.

- asi que no podre ir de nuevo...- susurro fastidiado mirando hacia los altos arboles que lo llamaban a sus espalda con emocion, su madre a un lado de el logro oirlo

-es peligroso deidara- respondio regalandole una dulce sonrisa, el rubio entorno los ojos molesto, caminaban por las calles del pueblo buscando algunos alimentos para la casa

-no para mi- volvio a susurrar desviando el rostro para que su madre no lo regañara por tanta insistencia, su cara triste se paseaba por las calles del lugar desde que no habia podido atravezar lo que ahora era un zona en cuarentena, afirmo la rojiza capa a sus hombros de manera brusca, su madre le reprocho con la mirada- pero me se todos los caminos y veredas- trato de justificar y su madre lo miro con mas molestia- ...ademas la abuela no tendra alimentos si no le llevo- sintio como la mano de la mayor acariciaba su cabeza desordenando sus cabellos rubios

-es mejor que te quedes en casa- ordeno de forma dulce pero dejando claro a su hijo que era su ultima palabra, el menor no volvio a decir nada pero en su mente hizo un berrinche no digno de un adolescente de 15 años.

deidara desde pequeño solia internarse en el bosque sin preocupaciones y caminar los largos tramos hasta la pequeña cabaña de su abuela que vivia en un prado con un rio pasando a su lado y sus tierras estaban bellamente decorados de diferentes flores, y el rubio se llevaba muy bien con ella, la extrañaba, aunque mas extrañaba poder andar entre la rustica maleza de esa selva.

asi que en resumen deidara era un pequeño rebelde que gustaba de romper las reglas e ir mas alla del limite, pasear por el bosque, caminar y correr hasta llegar a la casa de su abuela, a la que no veia desde que los lobos habian tomado el trayecto que el solia recorrer, esa bella mujer le habia hecho la hermosa caperuza que siempre cargaba, exactamente para poder hacer sus viajes, era de un rojo brillante tan larga que llegaban a sus tobillos y la asombrosa capucha lograba esconder su largo cabello dorado y parte de su rostro, adoraba esa prenda con toda su vida.

-lo extraño mucho- murmuro entre dientes triste observando la vitrina donde su madre concentrada escogia entre los panes del puesto.

- veras que cuando los lobos se vayan te dare permiso de salir un rato - trato de animarle, pero deidara sabia que dejarlo salir era una pobre mentira.

el menor se deprimio considerablemente ¿¡ y cuando seria eso! ?

-esas bestias deberian emigrar de una buena vez- hablo el panadero de forma furiosa metiendo el pedido de la mujer en unas bolsas con molestia, deidara levanto una ceja preguntandose mentalmente si su opinion de mierda le importaba, el pan no tenia la culpa que hace dos veranos un lobo se cenara a su hijo.

caperucita rubio (sasodei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora