Este rol está basado en un sueño que tuve el cual me encantó a tal punto de querer llevarlo a más.
Todo va a ser narrado desde mi punto de vista, desde el inicio del sueño hasta que lamentablemente me desperté por culpa de la puta alarma que puse lqndkwbfkd. Si les cuesta ponerse en situación, créanme que a mí también me cuesta, porque de plano me introduje en un mundo que aparentemente comprendía en el sueño pero en la realidad no tanto.Es tan loco el cerebro, haciéndote comprender cosas que en realidad no comprendes. Es como si fuese por su cuenta.
Voy a presentar el sueño tal y como lo vi, aprovechando que lo recuerdo, y esa será la trama, no la modificaré ni un poco con tal de que... pues no sé, es que me gustó tal y como era con la información justa.
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Martes 23 de abril, año —.
Había un calendario colgando de la pared a un lado de un mesón, no decía el año, tan solo se encontraban tachados con tinta roja los días que ya habían pasado.Me encontraba en una de las tantas salas de espera en un hospital que parecía ser gigantesco, increíblemente pulcro, de pie en medio de todo el movimiento y un tenue olor a cloro. Desde ese punto se podían ver las puertas que llevaban a las consultas y los carteles azules en la pared, con flechas en ella, indicando hacia dónde uno debía caminar para ir a la zona deseada. Al observar, fácilmente uno se podía dar cuenta de que se encontraba de cara frente a la zona de pediatría infantil, sin embargo, desconocía la razón.
Pasaban los minutos en un silencio infernal en espera de algo o alguien, tal y como si hubiesen muteado a todos los demás en la sala, pudiéndose escuchar solo la voz de los doctores a la hora de llamar a los pacientes que lentamente caminaban tan despacio que parecía estaban en una iglesia. Poco a poco llamaban más pacientes, cada vez más rápido, hasta que ya nadie hubo dentro de la sala, solo yo y las señoritas tras el mesón esperando registrar pacientes que esperaban ser atendidos, observándome como si algo malo tuviese en el rostro.
Estaba a punto de entrar en pánico, no podía moverme, solo podía observar a la gente irse y venir y escuchar la voz rasposa de los doctores, hasta que una muchachita un par de años menor se acercó a mí, alegando ser mi hermana. Yo claramente me negué y sonreí, porque de seguro la pequeña se había confundido de persona, pero ella insistió tan segura que logró espantarme. Yo no tengo hermanas, solo tuve una y murió hace ya años, ¿por qué insistía tanto? Intenté no tomarle importancia y le seguí el juego, logrando al fin moverme tras una eternidad.
Caminamos un poco siguiendo unas líneas moradas desgastadas pegadas al suelo, dando finalmente con el pasillo central que llevaba a una serie de ascensores. Mi supuesta hermana apretó el botón con un triángulo apuntando hacia abajo y esperamos al ascensor.
Una vez en el piso uno, el que daba a la calle, en lugar de salir por las puertas de vidrio nos dirigimos hacia el centro de todo, un jardín espacioso en el cual los pacientes internados que sí podían moverse de sus habitaciones tenían la posibilidad de recrearse y disfrutar de la naturaleza, además de servir como puente entre el ala A y el ala B, siendo el ala A el hospital de toda la vida y el B uno especializado en aquellos con problemas mentales serios (Cosa que inmediatamente dio a entender a mi yo del sueño que no estábamos dentro de la ciudad como yo creía, sino que un poco más alejados). Todo gracias a los mismos carteles pegados en las paredes y líneas de colores en el suelo que me habían llevado a la conclusión de que me encontraba en pediatría.
Charlé por un tiempo con mi supuesta hermana, resultándome una chica sumamente agradable con la cual compartía unos cuantos gustos, sin embargo, nuestro día familiar se vio interrumpida por la llegada de otra mujer, la cual torció toda la historia.
Aquí es cuando el ambiente se volvió tétrico y las ropas se tiñeron de rojo.
Una mujer de corta edad y ojos perdidos, dando a entender de que ya no le quedaba rastro de alma, con la mandíbula desencajada y las ropas cubiertas de sangre fresca se atrevió a marcar presencia, irrumpiendo fuertemente en el ambiente.
"Un zombi".
Fue lo primero que pensé, porque su aspecto hacía alusión a algo como aquello y cualquiera pensaría en eso, ¿no? Un zombi hambriento en busca de más. Lamentablemente, no era así, porque yo misma presencié su actuar.
Un pobre hombre, auxiliar de escuela ya retirado, regaba pacíficamente sus tulipanes sin saber lo que acontecía a sus espaldas, gastando su tiempo antes de que las enfermeras fuesen a buscarle para llevarlo de vuelta a la camilla. ¡Qué tragedia el que nunca volviese a su camilla!, ¡qué tragedia el que muriese antes de tiempo por culpa de un bisturí clavado al cuello!
Así es, la mujer le había matado, pero no de una forma esperada. Le habló segundos antes de la tragedia al hombre que yació muerto en el piso, le dijo cosas que quería escuchar e hicieron un trato, acabando con el hombre por suicidarse para luego alzarse de nuevo con el mismo aspecto muerto de la asesina frente a mis ojos.
Yo miré a mi hermana, ella lucía aterrada al igual que yo, pero parecía que no podía moverse ante tal estado de shock. No lo dudé mucho y la tomé de la mano, corriendo lejos en busca de alguien que pudiese ayudarme, sin embargo, todo el hospital se veía tan muerto como la pareja en el jardín. Intenté llamar a la policía, pero la línea estaba cortada, así que solo me quedó enviarle un mensaje a mi madre que jamás fue leído.
¿Acaso este era el inicio de un apocalipsis?
En pocas palabras, por lo que sé, se trata de un mundo apocalíptico en el que basta con que escuches a un muerto hablarte para que te cambies de bando.La wea rara.
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🌨));; Rσℓєρℓαу - Manipulación.
Random"El arma más fuerte de un victimario es la mente de su víctima". Juro que no me fumé nada ni me inhalé un poco de leche en polvo.