Recuerdos omnipresentes.

¿Dónde estoy?

Puede sonar estúpido pero.. ¿sabes lo que es sentirse perdido? en mi opinión, creo que todos hemos experimentado esa sensación al menos una vez en la vida. Es como cuando ibas al supermercado de niño con tu madre, te detuviste a ver algún juguete o golosina por un instante, y cuando volteas a ver ella ya no está. Conoces el sitio a la perfección, porque no es la primera vez que estás ahí con ella, y recorres el lugar como loco tratando de encontrarla pero no logras verla y te frustras tanto que comienzas a llorar. Te estancas con el pensamiento de que quizás no la volverás a ver, pero regresas al lugar en donde la viste por última vez y ahí estaba. Estaba justo donde la habías dejado, solo que al momento no te diste cuenta.

En estos tiempos, situaciones así son tan fáciles de manejar porque hasta los niños tienen dispositivos móviles. Tan solo con una llamada o mensaje de texto se soluciona este problema sin ninguna dificultad. Sin embargo, sentirse perdido no solo se relaciona con eso. En la vida real, o al menos en mi vida real, no existe tal instrumento, ni siquiera la cuestión de la madre y el supermercado. Solo existo yo y toda esta perdición, si es que así se puede llamar, se encuentra dentro de mi cabeza pero sin poder encontrar si quiera el sitio en donde empezó todo.

Estoy consciente de que muchos vivimos esto, pero no todos llegamos al extremo de que tal frustración nos complique tanto la existencia misma. No todos llegamos al extremo de no poder realizar nuestras actividades cotidianas como antes porque sentimos la mente tan cargada o tan pesada que lo único positivo que se nos viene a la mente es dormir para evitar la triste realidad.

En mi caso, mi mente se encuentra tan repleta y vacía a la vez. Tengo tantos pensamientos desorganizados que incluso se me dificulta definir una sola idea hablada. Escribiendo siempre me ha ido mejor, puesto a que puedo borrar cuantas veces quiera pero al momento de expresarme, casi nunca sé qué decir o qué hacer.

A veces pienso tanto que me desespero a tal grado que comienzo a sentir ganas de vomitar , ando temblorosa y me entra un dolor demasiado fuerte de cabeza. Otros días, encuentro cómo lidiar con esta dificultad sin problema y salgo a la calle tratando de llevar mi ritmo de vida como se supone que debe de ser; pero en general, tengo dias tan desastrosos que hasta invento excusas para quedarme en casa.