Somos diez pasos hasta la mesa o tres bocanadas de aire hasta la salida.
Somos la silla vacía o el sonido de nuestros pasos.
Somos lugares, mientras somos en esos lugares.
Somos el silencio o una lluvia incesante de gritos.La calma del silencio solo la aprecian los que aprendieron a ser.Es como detenerse y verse a uno mismo, en lucha por crear lo increíble, por hacer volar algunas cabezas y por quebrar algunas verdades .
El saber ser, el saber dejarse ser, el saber verse ser.
Las mentiras mas frecuentes están en desacuerdo con sujetarse a las palabras, tienen ese triste apego a los gestos de la piel.La ironía mas grande de la calma es encontrarse a un paso de la tempestad. Haciendo ver a la desesperación con total aversión. Atersorarla es padecer, la larga angustia de nunca ser.