.•♫•♬•[ Melodía. ].•♫•♬•

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—¿No crees que las canciones ya pasaron de moda? —El niño de hebras oscuras miró a la de melena rojiza con una clara apatía marcada en el rostro.

—No. —Respondió con la misma sonrisa de siempre.— A tí nadie te ha hecho una, por eso estás de mal humor, Ray.

  Ese fue un golpe que pudo resistir.

—Tú me hiciste una. —Soltó en cuanto recordó la ocasión en que Emma le dió ese pequeño detalle como obsequio de cumpleaños.

—No cuenta, la hice por obligación. —Suspicaz, la niña alzó una ceja y esbozó una sonrisa felina.— Además, a Norman le encanta la música, toca la guitarra.

—Que le guste la música no significa específicamente que también le llegues a gustar si le haces una canción.

—¿Me vas a ayudar, o no?

  El azabache soltó una ligera carcajada y regresó su atención al libro que hace pocos segundos intentaba leer. Pensó que quizá su amiga se las arreglaría para invitar a Norman a una cita, pero esto estaba siendo muy difícil. Ninguno de los dos daba el paso, y bueno, como siempre, Ray era el mediador; estaba claro que disfrutaba serlo.

—Hey, Ray. —Le susurró para lograr que las pupilas del contrario se toparan con las propias.— ¿Recuerdas que yo le dije a Anna que tú pensabas que era linda?

  Ray casi se ahoga con su saliva.

—Me debes un favor, así que pon atención. —Frunciendo el ceño, tomó a su amigo por los hombros y le clavó la vista con frialdad.— Serás mi espía y te gustará.

—¿Qué?

—Digo que... —Emma titubeó un par de segundos. Después de ordenar las ideas en su cabeza, soltó un suspiro y volvió a sonreír.— Tú me ayudarás a saber qué escribirle a Norman. ¿Aceptas?

—Eso está muy sencillo. —Declaró Ray—, Solo escribe tu nombre en un papel y dáselo, te aseguro que le va a encantar.

  En su mente, la escena era muy graciosa: Emma entregando el papel a Norman y este cayendo desmayado de la emoción.

—Eso sí va a funcionar. —Agregó orgulloso de su idea.

   La ojiverde solía confiar mucho en Ray, pero en esta ocasión, la mirada de psicópata que éste figuraba en su perfil no la convencía del todo. Decaída por no saber qué hacer, se le ocurrió algo que si bien era arriesgado, podía hacer que Emma consiguiera su objetivo. Se despidió de su amigo y corrió a la cafetería del instituto a gran velocidad, si tenía suerte, Norman aún estaría esperando en la fila de los jugos.
    "A él le gustan mucho los jugos" pensó tomando en cuenta las largas pasadas de tiempo que el albino tardaba en elegir un sabor para su bebida.  Una vez sus pasos la llevaron al centro del lugar, la aglomeración de alumnos impidió que Emma pudiese buscar a su amigo con la mirada. 

—¡Emma! —La voz de Phil chocó contra sus oídos. Cuando ella bajó la vista a sus medias, vió que el pequeño niño se abrazaba a sus piernas dibujando una bonita sonrisa en sus labios y riendo con suavidad. A la chica se le derritió el corazón e imitó la expresión de su amiguito.

—¡Phil! —Respondió la pelirroja rebosante de felicidad.— Pensé que venir a la cafetería de la secundaria estaba prohibido para los de preescolar. ¿Qué haces aquí?

—¡Norman me ayudará a estudiar para matemáticas! —Presumió orgulloso a Emma. 

—Así es. —Ambos reconocieron de inmediato la dócil voz del peliblanco. Él los alcanzó; en su mano izquierda sostenía un vaso lleno de jugo de frutas, en la derecha escondía un papel extraño.— Hola Phil, Emma. 

—¡Norman! ¿Tienes un momento? —Antes de que el pequeño de piel canela devolviera el saludo a su mayor, la imprudente Emma se apresuró a tomarle de la mano y pedirle que la acompañase fuera de la cafetería. Norman bajó la vista a sus manos entrelazadas, luego sonrió y dejó que el rubor invadiera sus mejillas. 

—Lo siento, Phil. —Avergonzado, regaló su jugo al menor.— Te dejaré un momento, será rápido.

—Está bien. —A pesar de ser tan pequeño, él comprendía lo desesperado que estaba el albino por complacer a la fémina. La única que no se daba cuenta era ella misma.

  Phil se quedó junto a Ray mientras Emma y Norman daban un paseo por el jardín; antes de que ella fuera al punto en su conversación, Norman la detuvo y le enseñó el papel en su mano.

—Ray me lo dió. —Declaró mirando fugazmente la silueta del azabache sentado bajo el árbol metros atrás.— Dijo que era de tu parte.

  Emma casi se cae de espaldas cuando leyó su nombre escrito finamente en aquel trozo de hoja.

   "¿Es enserio? No puedo creer que se haya adelantado sin decirme."  La pena se le subía al rostro por cada segundo que pasaba. Bajo el árbol, un brillo recorrió la frente del astuto azabache.

—Y-Yo no sé porqué te dió eso. —Soltó titubeante, sonrojada.

—Hmm, ya veo. —Norman sonrió. Sus ojos se posaron sobre los de su compañera para observar de mejor forma la belleza que ocultaban a simple vista ese par de esmeraldas: cautivadores, preciosos, muy, muy hermosos, así él los describía.— Te quería agradecer por ese detalle... porque eres una chica extraordinaria, Emma. Clara como una nota musical, sincera como una melodía...

   La pelirroja no podía creer lo que estaba oyendo.

—... Eres la canción que está en mi cabeza desde el día en que nos conocimos.

  Él le dió un corto abrazo antes de girar sobre su propio eje e ir a por Phil. Dentro, los nervios carcomían su cuerpo entero provocando ligeros temblores en sus extremidades. Emma le vió irse mientras, boquiabierta, pestañeaba sin parar.
  Ya no hablaron como ella hubiese querido, pero no se arrepentía. Ahora estaba consciente de que, por muy mínima que fuese, tenía una oportunidad de estar con Norman algún día en el futuro más cercano posible.

  Metros atrás, el delgado peliblanco cayó de bruces sobre su confidente y sobre el intrigado piel canela.

...
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—¿¡Vieron eso!? —Exclamó después de largos segundos en silencio. Sus ojos estaban cristalizados y respiraba de forma agitada.— ¡Se lo dije! ¡Lo hice!

—¿Lo hizo? —Incrédulo, Phil preguntó.

—Lo hizo. —Sentenció Ray cerrando su libro en un estruendo, la sonrisa desquiciada en sus labios podía comunicar una especie de “felicidad/orgullo”.(?)— Ahora solo falta que Emma salga de su trance.

  Los tres fijaron la mirada en una pelirroja deambulante en la lejanía; saltaba, se agarraba el cabello, se caía, se levantaba y volvía a caminar alejándose del jardín cubierto de flores.

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Finalmente, declaro mi bloqueo escritor acabado.
Tengo miedo, pero me la voy a aventar; desde "Versos de Chocolate" no he querido hacer otra antología de One-Shots por miedo a no terminarla, no obstante, he observado que el fandom de The Promised Neverland está como que naciendo a penas en esta plataforma. Soy NorEmma de corazón, y no me pone feliz que no haya mucho material sobre ellos. Quizá mis historias no sean las mejores o no sean realmente buenas, pero mientras sea para apoyar a mi shipp, haré todo lo posible por aumentar el número de obras dedicadas a esta pareja.
Esta vez quise intentar con un cambio de receta: Emma buscando la ayuda de Ray para conquistar a Norman. Es cómico y me pareció interesante intentarlo, quizá un poco oc, pero eeequis. No aseguro la extensión de este libro o el número total de One-Shots, solo pido que se disfrute cada uno de los que llegue a publicar.
Gracias por leer este pequeño OS de introducción.🌸♥️
Pd: Nótese la referencia a Luka Couffaine, ajio, mi bb.

Nᴏᴛᴀs ᴅᴇ ᴠᴀɪɴɪʟʟᴀ.~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora