6. Matándome suavemente

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Día Cuatro

Illumi se apartó de ella separando sus bocas, se sintió extraño hacían años que no besaba a alguien o mas que era besado. Se sacó la espada como si fuera un simple accesorio de su piel, sangró su pecho pero con su nen y alfileres curó su herida. María agudizó un gemido sintiéndose mal quería descansar, vio que su verdugo la miraba profundamente.

-¿Que?

-¿Que ha sido eso?

-Un beso ¿No sabes que es?

-¡Por supuesto!-Se quejó el pelinegro.-Pero... ¿Por qué?

-Me dio la gana de hacerlo.

-¿Asi de simple?

-Voy a morir pronto ¿Que mas da?

-Ohhh entiendo.-Illumi inclinó su cabeza a la izquierda.- ¿Eres virgen?

-¿Tú lo eres?

-Tienes buena defensiva.-El Zoldyck lanzó un breve suspiro sorprendiendo a la mujer.

-Quiero darme un baño...-Se quejó ella.-¿Falta mucho para que muera?

-Esto no es un hotel, querida.

-¿Al menos déjame morir aseada no?

-Otra vez a la defensiva. ¿Eres siempre tan atrevida?

-¿Eres siempre tan altanero?

A los ojos de ella, él se veía tierno su pelo largo y negro, su fino rostro y aquellos ojos negros enormes la miraban todo el tiempo como queriendo estudiarla. María por fuera estaba tranquila pero por dentro el dolor era insoportable, sentía el estómago darle vueltas, la cabeza le dolía y ni hablar de sus extremidades.

-Vamos a jugar.-Le dijo de inmediato.

-No quiero, estoy cansada.

-No es una sugerencia ¡Vamos a jugar! -Illumi le acercó su espada.

-Déjame sola.

-Vamos a jugar María ¡Atácame!

-No quiero, Ahhh...-Volvió a suspirar la mujer al sentir su boca reseca, cerró los ojos derrotada. 

Al instante sintió agua correr por la comisura de sus labios, alzó la vista y el joven pelinegro le daba de beber torpemente de un vaso ¿Por qué esa amabilidad tan de repente?

-No la dejes caer.-Le advirtío el asesino.- No te traeré mas agua.

-¿Eh?-María no pudo retener el agua.

-¿Otra vez mujer?

-¡Tengo nombre niño mimado!

-P-perdón... María...-Susurró el pelinegro con un sarcasmo que sonó seductor.

Cansado de la torpeza provocada por el entucimiento de los músculos faciales de la ojiverde Illumi dio un paso mas allá. Le quitó el vaso y tomó del agua, María se molestó un poco pues ella era quien tenia sed. Entonces vio como Zoldyck en vez de tragar simplemente se acercó a ella y unió sus bocas pasando el líquido entre sus cavidades. 

La mujer fue la sorprendida, quiso apartarse pero el asesino apretó su mentón; ella no tuvo más opción que tragar el agua y abrir mas sus labios a duras penas por el entumecimiento esperaba que él se separara de ella una vez logró tomar el agua pero Illumi seguía unido a ella. 

Como si fuera un conductor que vio luz verde María intensificó el beso, el pelinegro adentró sus manos en su cuello apretándola como si quisiera ahorcarla pero ella combatiendo el dolor de sus brazos los alzó y acarició su pelo suavemente.

Killing Me softly | Illumi Zoldyck 📍🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora