8. ¿EN TU CASA O EN LA MÍA?

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A la mañana siguiente me despierto con una sonrisa en el rostro. Es bueno estar en paz con tus demonios. En este caso, con tu ya no tan fastidioso vecino.

Miro por la ventana y el clima luce fresco el día de hoy, por lo que escojo usar un vestido de verano amarillo, chaleco de jean y mis converse blancas. Mi cabello es un desastre, así que lo recojo un una coleta alta y después del desayuno, como es de esperar, mamá ya tiene listo el auto para irnos.

Al tomar asiento me vuelvo hacia ella.

―Mamá, ¿podemos esperar un poco? Dave aún no ha salido de casa, además, le prometiste algunos aventones mientras su auto siga en el taller.

Me mira, con sorpresa, pero no tiene tiempo para interrogarme porque Dave camina al lado de nuestro auto.

―Dave, sube, te llevaré.

―Gracias Sra. Ryan ―responde, antes de subirse.

―Agradécele a Sam, fue ella quien me recordó que ofrecí llevarte. ―Me delata mamá.

―En ese caso, gracias, Sami ―dice con voz divertida.

―No hay de qué ―murmuro.

Llegamos a tiempo record a la preparatoria. Despidiéndonos de mamá al bajar del auto, caminamos en un silencio cómodo hacia la entrada.

―Aquí es donde nos dividimos ―dice, sonriendo pequeñamente―. Salúdame en el almuerzo, ¿vale?

Asiento y me despido.

―Vale.

Siguiendo su ejemplo voy a biología temprano, y al cruzar por la puerta veo a Sheppard sentado en nuestro escritorio, escribiendo algo en una libreta.

―Y pensé que era puntual. ―Sube su mirada, mirándome con sorpresa―. Pero tú definitivamente me ganaste.

Me acerco y guarda la libreta en su mochila.

―No suelo llegar tarde ―declara―, el día que chocamos fue la primera vez para mí.

―Digo lo mismo ―respondo. ―Por cierto, ¿Cómo supiste que yo era tu compañera de clase?

Eso es algo que me he preguntado desde que nos conocimos.

― ¿Porque soy muy listo? ―Nota mi incredulidad―. Bien. Yo... eh...

Lo miro expectante.

― ¿Tú qué, Sheppard?

―Te busqué en redes sociales ―admite.

Frunzo el ceño.

―Casi no uso redes sociales, y la mayoría de las publicaciones son privadas.

―Lo sé. También pregunté por ti ―dice, evitando mi mirada.

Está actuando raro.

― ¿Hiciste todo ese esfuerzo para indagar quién sería tu compañero?

Se encoge de hombros.

―Tenía curiosidad.

Ah, vale.

―De todos modos, ¿A quién le preguntaste por mí?

Hace una mueca.

―Eh... a Brithney y su amiga, Meghan, creo.

―No lo hiciste.

De todas las personas, ¿Por qué ellas?

―Se ofrecieron a mostrarme los alrededores y la pregunta surgió.

I Hate Loving You©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora