Capítulo 1: Extrañeza

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La mañana se sentía fresca y las aves trinaban a lo lejos, poco a poco los ojos de Sarada se abrían y con un pequeño bostezo terminaba de despertar, recordó que debía ir a la oficina del Séptimo y se alistó rápidamente.
Al llegar ya se encontraban Shikamaru y el Séptimo Hokage discutiendo sobre viajes de la Academia que debían ser autorizados, al escuchar la puerta abrirse, ambos miraron a la pequeña joven y esbozaron una ligera sonrisa.
–Buen día, Hokage-sama, Shikamaru-san.
–Hola Sarada– dijo Naruto de manera casual, sintiendo comodidad por su presencia.
–Buen día Sarada, qué gusto verte; el motivo por el cuál te pedimos venir a la oficina es para asignarte una misión especial.
–¿Cuándo llegará el resto del equipo?– expresó con incertidumbre.
–Bueno, como mencioné, es una misión especial asignada sólo para ti– dijo Shikamaru apoyando su mano sobre la enorme pila de hojas sobre el escritorio –. El presidente de la empresa Kichihana quiere que su hijo Yukio Kichihana, sea el siguiente heredero, pero tiene sospechas de que sus sobrinos quieren atentar contra el muchacho, por ello debes acercarte a él sin que sepa que eres una kunoichi, debes hacerte cercana a él y ser su guardaespaldas mientras llega la ceremonia de título.
Sarada hablaba con ella misma (Yukio Kichihana...ese nombre se me hace familiar), se volvió a incorporar a la conversación y contestó:
–Perfecto, cuenten conmigo– dijo Sarada con voz firme y entusiasta.
–Una cosa más– Naruto interrumpió el momento de confianza de Sarada–. Debes vestir como una civil y comportarte como una, debes usar tus encantos, conquistarlo y convencerlo de no huir de su responsabilidad y ser cuidadosa en que no te descubra.
–¿C-c-conquistarlo?, ¿habla en serio?.
–Agh– suspira Shikamaru, –verás, el chico es bastante astuto, y es muy atractivo, así que usa su físico para distraer a las chicas a las que se les han asignado misiones relativas a él en el pasado, odia a los adultos y no se lleva bien con otros chicos, es bastante arisco »por eso te escogimos, eres inteligente y no dejas que tus emociones te dominen, por tanto será fácil con tus capacidades poder soportar a semejante tipo.

Al salir de ahí, Sarada tenía muchas dudas, ella nunca había estado realmente interesada en los chicos y menos ha intentado coquetear con alguno, su meta siempre ha sido enfocarse en construir su camino ninja y convertirse en Hokage, no tenía ni idea de cómo lo iba a resolver.

La pasmosa misión de SaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora