Chris
–Primero debo saber si tienes suficiente potencial para esto, niño. –comenta el hombre de no más de cincuenta años, sentado frente con sus manos unidas frente a él, sobre su gran escritorio.
–Señor, confío en mis habilidades, sé de las cosas de las que puedo llegar a hacer, y esto no es la excepción, he entrenado mucho para esto. –miento mirándolo a los ojos. Aún no me creo que tenga que rogar por algo que no me interesa. Si tan solo papá entendiera...
El hombre se me queda mirando unos segundos, indagando en mi, buscando algo en lo que pueda fallar, su cara con arrugas apenas visibles está rígida y seria.
–Está bien, niño. Te aceptaré, siempre y cuando –me señala –, no causes problemas aquí.
Yo asiento soltando un poco de aire retenido y estrechi su mano.
Creo que ahora puedo lograr que papá al menos recuerde mi nombre.
*
Me dirijo hacia una de las barracas que me corresponde, no estoy acostumbrado a ambientes tan abiertos. Pongo mis cosas sobre una cama vacía y me siento en ella, mirando el lugar vacío. No hay ninguna persona aquí, ya que están en prácticas, calentamientos. No me importa llegar tarde.
Suspiro un poco deanimado, levantándome y me dirijo hacia el campo de entrenamiento.
Al llegar veo a lo lejos a un hombre de unos cuarenta años o más, y junto a él está un chica, a lo lejos se puede apreciar el azul de sus ojos, son vibrantes y me miran con curiosidad y puede que con un poco de desaprobación.
¿Qué?
–¡Eh, amigo! –grita el hombre llamando mi atención –¿Acaso piensas pararte ahí sin hacer nada? ¡Ven ahora mismo!
Gritos, solo gritos. Me quedo ahí parado sin saber que hacer y eso parece enfurecerlo más.
–¡Eh, muchacho! ¡¿Acaso estas sordo?! – grita alzando las manos en el aire como para que lo vea.
Me dirigí lo mas rápido posible hacia él esperando a que me golpee o algo, ya que con esos gritos, no está nada lejos de goleparme.
Enserio, mi papá está loco si cree que aguantaré un día aquí.
Al llegar, él me mira como si estuviera esperando que hiciera algo, pero al ver que no hacia nada decidió hablar el — ¡Ponte en aquel puesto niño imbécil! —gritó señalando un lugar vacío en el medio de las personas. Me puse en mi puesto y el hombre empezó a gritar de nuevo —. Ya ustedes saben las reglas de este lugar, ella se llama Melanie, no es sargento ni nada por el estilo, ella me viene a ayudar hoy con las maricas que me han dado hoy para entrenar, es la hija del señor Hopps –decía refiriéndose a la chica guapa que estaba a su lado, y con sus manos unidas en su espalda mientras caminaba lento entre nosotros mirándonos a cada uno, no mentire, hasta me puede llegar a intimidar — ¡y el que agote nuestra paciencia tendrá un castigo!, así que el que se quiera ir que se vaya ahora ya que no soportaré quejas, ni llanto ni mucho menos maricas!
Después de un silencio que aprovecho para mirarme de arriba a abajo, abrió la bocota.
—¡Denme cincuenta!, ¡Vamos! —gritó el general mientras una vena se le asomaba del cuello. ¿Ciencuenta qué?
Vi como todos empezaban a hacer lagartijas e hice lo mismo, la chica me miraba de vez en cuando, con una mirada fría.
Este será un día largo.
Melanie
—¡Papá, no quiero ir! ¡No me gusta!
—Solo sera por hoy Melanie no sera toda tu vida, y a mi no me grite, señorita —dice mi padre elevando un dedo en señal de autoridad.
Siempre me obliga a hacer todo, creo que me quiere obligar hasta para ser una soldado, y yo no quiero eso.
Melanie, ¿por qué no le has dicho lo que en verdad quieres?
Lo he intentado tantas veces que ya he perdido las ganas de siquiera volver a intentarlo.
—Tú ganas, papá, iré. —digo soltando un suspiro cansada de sus insistencias, mi padre me ha entrenado toda mi vida, sé defenderme, sé boxear y hasta disparar un arma, solo para ser parte de su campamento militar. Por Dios, a mi padre no le bastó con solo ser abogado, sino también hacer un campamento militar.
—Esa es mi niña —dice alzando con su dedo mi barbilla. ¡No, no quiero ir a ese reclusorio de mierda! Si mi padre se entera de que he dicho mierda en mi mente me mataría ya que para el "la disciplina es vital para mi vida" .
Mi padre cree que seria buena como general pero la verdad es que no es lo que me gusta en realidad, hoy tuve que ausentar en el instituto solo para acompañar a mi padre en el primer día de campamento militar.
¡Wii!
