EL UNO PARA EL OTRO

El Ataque

■■■ MILTON ■■■

- ¡Vamos, baila conmigo! - le extiendo la mano, pero niega con la cabeza.

- Solo te burlas de mí, sabes que no puedo escuchar - Dice en lengua de señas. Me acerco a ella y la llevo hasta la pista de baile imaginaria.

- Lee mis labios - Le digo, ella solo sonríe así que comienzo a cantar la canción - Tu poeta y tu verano, el silencio de mi voz diciendo te amo. Mi princesa, mi primavera, mi ternura y mi amor por vez primera... - Se ríe, pero no puede saber que estoy en la parte incorrecta de la canción así que no dejo de cantar mientras nos movemos haciendo un simple Valls.

Llaman a la puerta. Aurora me palmea el hombro - ¿Qué pasa tío? – Me pregunta.

- Llaman a la puerta, apaga la música – Ella me hala de la mano, pero no volteo a ver qué me dice.

Cuando abro la puerta, lo primero que recibo es una puñalada en la parte izquierda de mi abdomen, me quedo sin respiración mientras levanto la mirada para ver a mi atacante, éste lleva una máscara, como un gorro de leopardo con agujeros y está acompañado de otros dos también enmascarados, trato de sacar el puñal de mi cuerpo, pero vuelve a incrustarlo, me apuñala dos veces más y escupo sangre, el sujeto me empuja al suelo y pasa por encima de mí. Veo como los otros dos tipos se dividen hacia los pasillos y el que me apuñaló se dirige hacia Aurora, pero no logro verla por ninguna parte. Entonces todas las luces se apagan, al parecer han cortado la corriente de energía de la casa.

Trato de levantarme, pero siento tanto dolor que parece imposible o cuando estoy por lograrlo me resbalo con mi propia sangre. Me apoyo de la cómoda que está cerca de la puerta para levantarme, camino hacia la sala y busco mi móvil, pero no puedo recordar en dónde lo dejé.

Entonces procedo a buscar a Aurora. Entro a la cocina y veo entre la oscuridad la silueta de un hombre, este me ilumina el rostro con una linterna y luego se acerca a mí - ¡Señor Rodríguez ¿Qué está pasando?! – Susurra, Duvan, el empleado doméstico.

- ¡Apague esa linterna, están robando en la casa ¿dónde está Aurora?! – Susurro también, miro hacia la puerta para asegurarme que no están cerca porque se escuchan ruidos de que están rompiendo y tirando todo.

- No la he visto, señor, pero debe estar escon... - Duvan se desploma frente a mí, en ese mismo momento siento un terrible dolor en el hombro, me han disparado.

- ¡Levante las manos! – Dice un hombre frente a mí - ¡Suelte el arma! - Dice al parecer apuntándome, suelto la supuesta arma que en realidad es la linterna. Escucho la puerta de la cocina moverse y alguien detrás de mí me agarra del cabello y pone un objeto frío en mi cuello, lo que creo que es un cuchillo.

- Tomen todo lo que quieran, no tienen que matarme, no he visto sus rostros – digo agitado. El que está detrás de mí ríe.

El otro frente mí se acerca, toma la linterna del suelo y me ilumina la cara - ¿Dónde está la niña?

- ¿Qué? – Trato de no parecer alarmado.

- La niña, la que está contigo en la casa – Pone el arma bajo mi mentón – no mientas.

- No lo sé, debe estar escondida.

El que está frente a mí retrocede y pasa a un lado de nosotros para salir de la cocina. El que me sujeta del cabello me dirige hacia fuera de la cocina y me lleva al comedor donde están los otros dos junto a Aurora - ¡No, por favor no le hagan daño! – grito tratando de acercarme, pero el hombre detrás de mí hace que me arrodille.

- Suéltalo, Rolo – Dice uno de los que están frente a mí con la linterna señalando en esta dirección. Aurora está en medio de ellos, uno está sentado a su lado y el otro de pie – Vamos a hacerte dos preguntas, si nos das las respuestas que necesitamos, no le haremos daño a tu hija.