Capitulo XXII

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Yui POV

Raito soltó un gruñido antes de sentarse sobre la baranda del balcón. Ya nunca usaba su sombrero y tampoco parecía importarle en lo más mínimo. Me mantuve de pie, con un nudo en la garganta, mientras el aire de la tarde se colaba en mi ropa.

-          Y bueno, ¿desde cuándo lo sabes? – preguntó, rompiendo el silencio.

-          ¿Qué cosa?

-          Que Reiji es un creado.

Tragué saliva. Me dolía hasta a mí pensarlo. Aparté la mirada y observé un pino cercano dejar caer sus hojas, para después darme por vencida y apretar los dientes.

-          Desde anoche. No mucho antes que ustedes, en realidad.

-          ¿Anoche? ¿Reiji te lo ha dicho o algo? – preguntó, bajando de la barandilla.

Rodé los ojos.

-          ¿Tú crees que me habría contado algo así? – siseé.

-          Eres la más cercana a él. Sería posible.

- Pues no, Raito. No ha sido él.

Hubo un silencio entre ambos. Raito bajó de la barandilla y se pasó una mano por los mechones pelirrojos suyos. Yo me crucé de brazos, pensando en todo lo ocurrido en el día;  cuando me digné a preguntarle qué había pasado en el sótano, Raito fue más rápido.

- Yui, necesito que hagas algo por mí, ¿bien? - preguntó, ronco.

Asentí y él paseó la mirada de un lado a otro, inseguro. Podía sentir el ambiente cargarse, combinándose con la brisa de la tarde y los rayos del sol opacado por las nubes. Me abracé a mí misma, ya que el viento se colaba en mi ropa y parecía querer romper mi piel.

- Necesito que protejas a Akia. - soltó al fin.

- ¿Protegerla? ¿De quién?

- Una nueva fuerza nos está amenazando. Es... cien veces más peligrosa que Beatrix, Yui - tragué saliva -. Y quiere a Kuro.

- ¿Qué tiene que ver Akia, entonces? - susurré.

Él demoró en contestar. Yo, mientras tanto, intentaba procesar todo. Una fuerza mayor a la de Beatrix. Ella mandó a matar a Raito, a Shu, y se llevó a Luciana. Entonces, ¿de qué es capaz esta? Tan solo pensarlo me causó escalofríos.

- Kuro no es lo que parece, y está tras Akia. Kuro sabe perfectamente lo que está haciendo.

- Entonces, ¿es el enemigo? ¿Tenemos al maldito enemigo en esta mansión? - ladré, frunciendo el ceño -. Raito, joder, ¿por qué no dijiste nada?

Apreté los dientes y Raito apartó la mirada una vez más.

- Parece que no lo entiendes, Yui. Debí suponerlo.

- ¡Ya basta! ¡Deja de joder con tus malditos enigmas!

- Mira, Komori: Kuro no es el enemigo. Kuro sí. Kuro no sabe lo que hace, pero Kuro sí. ¿Entiendes ahora?

Comencé a pensar. No tiene sentido. Está diciendo cualquier cosa. A lo mejor, está delirando... Pero la mirada de Raito era consciente. Y no se tambaleaba ni perdía el equilibrio. Nada tenía sentido en ese momento, pero, al fin y al cabo, nada lo tenía desde que crucé las puertas de la mansión Sakamaki.

- Espera - susurré, juntando los hilos -. Dices que Kuro es consciente, pero no lo es. Y que es y no es el enemigo.

- Exacto.

Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora