El eco de sus voces retumbaba en sus oídos, una y otra vez.
Las noches se hacían eternas mientras esperaba que todo aquello que lo atormentaba, se callase. En un abrir y cerrar de ojos, las personas que más amaba se convirtieron en su verdugo diario. Pasó mucho tiempo solo, anhelaba con el corazón que todo fuera un simple sueño del que pronto iba a despertar, pero no fue así.
Había leído la biblia incontables veces, buscó en foros de internet y al final sólo logró odiarse un poco más.
Dispuesto a reivindicar su camino le confesó a una de las hermanas de la iglesia lo que le tenía atormentado. Ella sólo le contó como las personas con su condición padecen de una enfermedad que sólo la fe y la entrega total a Dios le podía salvar si lo quería de esa manera.
Por supuesto que quería ser salvo, quería ser normal, quería que sus padres no se sintieran decepcionados de él. Aunque no entendía qué estaba mal, todo apuntaba que era una basura si seguía creyendo que nació siendo homosexual.
Aceptó sus propuestas, ella prometió no decirle nada a sus padres o a algún conocido. Sería perjudicial para la iglesia que alguien como Yoongi que nació dentro de los dogmas cristianos, se revelara de tal manera contra su señor. Una oveja descarriada puede alterar al rebaño, pero como todo buen hijo regresaría a los caminos de su creador.
Durante los próximos seis años se mantuvo al margen, estudió la biblia con mucha devoción y su futuro estaba decidido. Estudió teología, pronto sería pastor y por fin podría construir los cimientos de una familia.
Esos eran sus planes, los padres de Min reventaban de orgullo. La iglesia no podía estar más contenta con los frutos de un joven digno del liderazgo de los miembros, una persona recta de corazón y pensamientos. Min Yoongi, el futuro ministro de una de las mayores iglesias evangélicas de Corea del Sur.
Un viaje y el cambio de ciudad era inminente para obtener su titulación que tanto esperaba.
Se tenía que ir de Daegu para poder ejercer en una iglesia protestante de Seúl, estaba tan emocionado porque Dios estaba guiando sus caminos. Por fin podría servirle y agradecerle por haberle curado de ese mal.Y entonces llegó a su nuevo hogar, donde comenzaría a gozar de las bendiciones de su señor.
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Holaaaaa.
Otra historia sale a la luz, aaaaaaaaaaa, no recordaba está de verdad. Llevo años escribiendo historias que se quedan ahí, pero bueno, mejor tarde que nunca.