Aғᴛᴇʀ ᴅᴇᴀᴛʜ.

Doc.

Los brazos de hansol eran cómodos.

Estaba siendo abrazado por el menor mientras lloraba sobre sus brazos, agradecía en aquellos momentos en los cuales era el único que lo estaba ayudando, que no se había rendido en ayudarle pues si bien todos se habían rendido para ayudarle pero Hansol no, él le ayudo aunque el no quería.

Hansol lo ayudo a limpiar la casa y a guardar las cosas que no ocupaba.

– Hyung.

Escucho que lo llamaba lo cual volteó a verlo.– ¿Que pasa Hansolie?

– estaba pensando, deberíamos guardar las cosas de Jeonghan Hyung, se que no querrá hacerlo pero es la única forma en la cual usted estará mejor.

Le escucho decir lo cual simplemente asintió, siempre había escuchado que para olvidar a alguien tenías que guardar cada recuerdo de él aunque si bien sabía que guardar las cosas de su difunto marido no le agradaba pero no le quedaba más opción de hacerlo, tenía que guardar aquello, tenía que superar estos momentos de duelo.

En unas cajas blancas metían cada cosa que era de su difunto esposo, desde su suéter favorito hasta su primer regalo de aniversario.

Cada cosa que era del ángel le recordaba lo tan feliz que fue con el, observo las fotos que tenía de el y un nudo se le hizo en la garganta.

En una de esas fotografías había una que atesoraba por siempre, era una donde fue su primera cita.

Aquella cita que había salido mal ese día por causa de la lluvia pero eso no les impidió estar juntos, en aquella cita se tomaron una foto o bueno Minghao les tomo una foto de ambos besándose en la lluvia y con las mejillas rojas, había sido una de sus mejores momentos que guardaba en una fotografía o la fotografía de su boda, aquella en la cual se juraron que estarían juntos hasta que uno de los se fuera.

Sonrió con nostalgia al recordar lo tan feliz que fue alado de su ángel.

– Vernon ...

– ¿Mandé?

– ¿Puedo quedarme con algunas fotos?

Lo vio asentir así que sacó de la caja solamente tres fotografías, y las colocó en la mesita donde dejaba sus llaves y otras cosas.

En la primera fotografía era su primera cita, la segunda fotografía era cuando le había pedido ser su pareja y la última, la que nunca se arrepentiría de haber hecho aquello, la última fotografía era el día en el cual fue tan feliz.

La última fotografía era el día en el cual el y su difunto esposo se unieron en sagrado matrimonio para ser sólo uno.

«el día que se casaron.»