NEON TRAFFIC // Leakira!AU // Alternative Voltron Fanfic

Uno

Las calles son ensordecedoras. Pero a él le importa una verdadera mierda.
La ropa ya le huele a gasolina y azufre. No va a cambiar en nada no ir en su moto. Su preciosa moto granate irisada.
Si vale, tiene una abolladura. Fue culpa del borracho, no suya. Que más da. Es preciosa. Si fuese mecanofilico tendría bebés con ella. Bueno... bebés no. Dejémoslo en polvos esporádicos.
Adora hacerla rugir. Siente que tiene el control, que es él el que ruge. Él está hecho para hacer rugir y rugir. Él mismo es un león. Su moto es un puto león.
Con el pelo recogido y el casco con las gafas puestas, acelera hacia la calle que tan bien se conoce. Izquierda, derecha,derecha, gira y esquina. Aparcar, encadenar y a dormir.
Le duele la mandíbula. Le gusta ganar dinero pero no salir herido por ello. ¿Sabéis que le gusta también? Dormir. Dormir y vivir tranquilo. Y lo mismo tener sexo. Pero eso es más secundario. Aprendes a vivir sin él a la larga. Aunque echa de menos que le tiren del pelo, o apretar el con sus propias uñas un poco de chicha. Eso de que al día siguiente te duela todo es super divertido...

Aparca la moto y se quita el casco. El mismo Akira se da cuenta de que va siendo hora de teñirse, y pasa totalmente de ir a una peluquería. Prefiere que alguien que él mismo conoce se lo tiña. ¿De que color? Negro, por supuesto.
Se recoge el pelo y entra a su casa.
Tira las llaves por ahí y recibe a su querida mascota.

-Hey... espera aquí. Me duele la cara... - susurra adolorido.
Ser cazarecompensas de una "mafia" es una auténtica mierda. Además de que no renta, él hace lo sucio. Él pone la cara, el cuerpo, las energías y la vida. ¿Para que? Para que su supuesto jefe decida que se merece y que no. Hijo de puta, eso es. Pero no tiene otra. Es su jefe y mentor. No va a escupirle en un ojo. Tambien es verdad que lo mismo muere en el intento.
La noche está hecha para los de su calaña. Cazarecompensas, traficantes, oficinistas de prestigio y mala reputación, prostitutas, algún extranjero desorientado, ladrones principiantes...
Y al final todos buscan una sola cosa.

Su mano guía un trozo de algodón con alcohol por su mentón. Sisea al sentir el escozor. Ya siente como le arden los ojos, como la piel se le pone de gallina y como su pecho necesita más aire. No,no es ansiedad. O si, yo que se. Simplemente Akira sabe lo que necesita: quintaesencia.
Si 'trabaja' es para ganar 'recompensas', y esas 'recompensas' es la quintaesencia. Y comida, claro. Y algún capricho también.
Coge una de las miles de agujas y se sienta en el sofá. Coge ese frasco de líquido fluorescente que varía entre el celeste y el violeta con intervalos turquesas, hace que la jeringa trague y coge aire. Aguanta la respiración y se clava el pico afilado del instrumento médico. Cierra con fuerza sus ojos. Ya lo que viene después lo conoce.
Limpia la pequeña gotita de sangre y respira hondo. Cierra sus ojos y se deja resbalar por el sofá.
Ahora si está bien.

Leandro entra por la puerta, con las manos en los bolsillos.

-Hola, Leandro. -dice un hombre de cabello blanco y sonrisa curvada. Esa sonrisa da más miedo que seguridad.
A Leandro ya me tiemblan las manos. Siempre le pasa.