Plantando Dudas

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A los 4 meses que siguieron Florencia veía complacida como las relaciones de sus amigos se transformaban en uniones estables y dignas de ejemplo, mientras la suya con Jazmin perdía su chispa y coqueteaba en caer víctima de la incomunicación. Ya no apetecía iniciar una aventura como la que antes realizaban para celebrar cualquier ocasión. Ya no podían mantener una charla que las involucrara en aspectos solo de pareja sin terminar enojadas. El gran dilema aún seguía sin tener respuesta. La amante de las flores se refugiaba en el recuerdo de aquel viaje improvisado de tres días a una isla del caribe que para ella fue como vivir una luna de miel, en ese entonces cumplían un año juntas. Esa experiencia la hacía no perder las esperanzas en que pudieran recuperar su especial manera de tratarse y retomar su incomparable convivencia de otros días. Ya a ésta altura en su cabeza alimentaba seriamente el desistir en su empeño de ser madre porque perder a Jazmin era algo a lo que nunca sobreviviría. Su amor por ella era capaz de grandes sacrificios y eso estaba dispuesta a demostrarlo. Aunque Jazmin se mantenía firme en su posición, Florencia se ilusionaba con que algún día fuese su preciosa la que le dijese más abierta a conversar sobre el tema en discordia y asumiendo la responsabilidad. ¡Hagámoslo hermosa, tengamos un hijo!

─¡Flor! Julián llamo. Otra vez está accidentado y los pedidos no pudo entregarlos a tiempo.

─¡Por Dios Laura! Ya es la cuarta vez que esto ocurre en menos de dos meses. ¿Por qué razón no llamo antes?

─Eso no me lo digo pero imagino se complicó.

─Por favor búscame los números de esos clientes para ofrecerles mis disculpas y tratar de enmendar nuestra falla. Ya se están sumando muchas quejas y eso me tiene preocupada. Tráeme también las direcciones de los próximos pedidos y dile a Enrique que haga las entregas con mi auto.

─Olvidaste que te pidió permiso ayer por algo de su niño pequeño, tu ahijado.

─¡Cierto! Bueno no me queda otra que contactar a mi hermano para que apoye a Julián. ¿Te ocupas de eso Laura, por favor? Yo me encargare de ir a repartir los pedidos.

─¡Claro! Primero iré a buscar lo que me solicitaste.

─¡Chicas!─ Cecilia entraba a Pasionaria muy acalorada─ Un poco más y me quedo a vivir en el banco. ¡Por el amor de Dios! Hoy estaban más lentos que de costumbre pero igual pude hacer todos los trámites. ¡Flor! Debo contarte vi a Beatriz mientras venía para acá, no me extrañaría se aparezca de nuevo pues ya otras veces lo ha hecho.

─Pues perderá su tiempo voy de salida y no sé cuándo regreso. Ayúdenme llevar los arreglos porque no quiero encontrármela. Otra cosa antes de irme llamen ustedes a Julián y díganle espere a Jorge.

─¡Amiga! ¿Te pasa algo más?

─¡Gracias por preguntar Ceci! Ahora no puedo contarte.

─Sea lo que sea te tenga con esa tristeza en los ojos, pasará porque tiene solución.

─Yo tengo puestas mis energías en que eso suceda. Vamos o se me hará más tarde.

En la oficina de Jazmin se daba por cuarta vez la discusión entre accionistas desde que Anastasia decidiera contratar a Verónica. Ya se le hacía tedioso y muy molesto exponer las razones por las que la administradora no debía permanecer más en Sminka.

─Por última vez Anastasia, piensa en que nos beneficia el que Verónica este generando conflictos entre nuestro personal. Ya me llegaron a mi escritorio las firmas pidiendo su remoción y ni que hablar de las quejas en su contra. ¿Eso no te indica debemos tomar una decisión?

─Jazmin, lo siento pero no puedo despedirla. Su contrato tiene una cláusula que me obliga a dejarla por un año como mínimo en su cargo y solo han pasado 7 meses.

Entre Flores y CosméticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora