No todos los días en mis diecisiete años me despertaba con la puntiaguda cara de la señorita Fossey, con una postura que no era de envidiar. O quizás estaba parloteando demás por culpa de mi vista en extremo borrosa. Aún así el gesto tosco que me propinó me hizo sentir tan mal a mi reciente "recibida al mundo". Pude oír claramente un bramido casi silencioso de parte suya y luego comenzó a decir que era mejor que me fuese.
Entonces cuando yo estaba bajándome de donde estaba, me suelta algo que me hizo casi caerme desde la camilla, la cual era tan dura que me hacía desear partirme la espalda durmiendo en el banco del salón a que estar un minuto más ahí (agregando su mala compañía)
-Ya pasó una hora desde que llegó aquel estudiante contigo en brazos. -
Me dice en un modo burlezco.
Al recomponerme lentamente le clavé la mirada incrédula. Al sentir que mi vista está en ella se gira otra vez hacia mí, dejando lo que hacía.-¿Quién fue qué...? ¿Está jugando? -elevé un poco la voz al cuestionarle. Y ya estaba de pie frente a ella.
-Te desvaneciste en el patio. Y él fue quien te trajo.
-¿Es broma? -de seguro que mi rostro era todo un poema bien dedicado al pánico.
-No entiendo porqué pones esa cara.
Cambié mi rostro en un segundo y le resté importancia. De seguro esta señora pasaba demasiado tiempo sola en esta sala que ya comenzaba a imaginar cosas que no suceden en esta secundaria.
-¿Este es el mundo real? -Hablé pasando las manos por un mueble y luego por las paredes cercanas, tanteando. Con la intención de saber si era real y de sacarla de quicio.
Luego me detuve y le dediqué una sonrisa.
Impacientemente y molesta como lo había estado creo yo toda su existencia, me dedicó un gruñido dejando caerse en un escritorio, moviendo el ratón inalámbrico sobre la madera.
-Este era particular con sus piercings. -declaró secamente y luego me hizo ademán para que me largara de su vista.
Entonces me salí de la enfermería con cara de risa, luego me negué a la idea de que eso haya pasado.
Caminé dudosa ya que no quería arriesgarme al desmayo por segunda vez en el día.
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Sabor Extraño
Short StoryLas notas de cómo fue que caí colada por un chico oidor de música que describía el ensordecedor dolor naciente de su interior. Por un chico que parecía no poder reírse sin estar bajo la influencia de algo. Un chico que amaba odiarse y recordárselo...