Los infortunios en la vida de Juliett iban en aumento, parecía que todo tenía que estar mal. Ella iba de regreso a su casa un poco decaída, con la mirada perdida y mostrando dolor en su mirada, al llegar a su casa suspiro antes de entrar, no quería asustar a nadie y aunque les dedico una sonrisa a todos. Elijah se dio cuenta que esa sonrisa no demostraba ni un poco de felicidad y entró en un dilema "Ir o no ir", si bien él le había prometido estar a su lado y no abandonarla más, le aterraba que cualquier movimiento en bruto lo hiciera perderla.Elijah observó con detenimiento cada uno de los actos que hacía Juliett, incluso trató de buscarla con la mirada, pero era imposible. Sofia, tímida camino hacia su jefe y le dijo a Elijah: —Señor, no es que me meta o algo parecido. Yo se que usted quiere recuperar a la señora, me parece que si va a verla y la convence de ir a divertirse y olvidar el mal rato que evidentemente pasó, eso puede sumarle puntos —Sofía sonrió nerviosa.
Elijah no supo cómo reaccionar y tardó un par de segundos en encontrar las palabras adecuadas.
—Yo... —se detuvo antes de continuar— gracias por las palabras Sofia —suspiró— iré a verla.
Dejó a los niños con Sofia y subió las escaleras tímida y lentamente para ir a ver a Juliett.
Toco la puerta y Juliett de inmediato supo que era su marido.
—Pasa —dijo ella aún recostada en su cama.
Elijah la miro, frágil como la primera vez que se conocieron, eso lo enamoró completamente, ella era tímida y muy frágil. Era valiente, era ella. Recordó la primera cita y el primer beso. Incluso recordó la vez que Juliett lo abrazó mientras él lloraba por la muerte de su padre.
Se sentó al borde de la cama. Juliett lo miró y finalmente sus miradas se encontraron.
—¿Estas bien? —le preguntó Elijah, aún sabiendo que la pregunta era estúpida.
—Necesito decirte algo, no debería, pero aún eres mi esposo y siento necesario contártelo para que sepas el motivo de mi llanto o tan siquiera dl motivo por el cual llorar se me ha hecho costumbre —Juliett se mordió su labio, ella no quería decírselo pero al parecer lo vio necesario.
Él no sabía que era, pero aún así quiso demostrarle su apoyo.
—Solo quiero que sepas que siempre te apoyare, no importa si... —ahora él quería llorar, porque aquello podría significar el final de la historia, de su historia— no importa si nos separamos, siempre podrás confiar en ti...
Juliett quería decirle, quería contarle todo eso que él no sabía, pero no pudo. Le aterraba la reacción de Elijah, le asustaba lo mal que pudieran salir las cosas, y aquel secreto no era nada fácil.
Así que continuó ocultando la verdad: —Mi mamá y yo volvimos a discutir, hoy solo me hirió más.
Y con aquello soltó en llanto nuevamente, pero no era por su madre. Era por el secreto.
—Ay cariño, no se ni que decirte. Estoy molesto, porque estoy harto de que siempre te está lastimando de una u otra forma —Elijah se acercó a su esposa y la abrazo fuertemente tratando de curar sus penas y ese amor por parte de Elijah fue dicho de manera involuntaria— No quiero que recuerdes nada, pero ¿Quieres hablar sobre ello?
Juliett levantó la cara y río de manera sarcástica.
—Esa mujer ni debería llamarse mi madre —negó con la cabeza— Lo único que ha hecho es culparme de todo, criticar a mis hijos, a ti y a mi —Elijah frunció el ceño.
—Ya lo hablamos ¿no? Que te importe una mierda lo que los demás opinen de ti, eres inteligente, tienes dos hijos que te aman, tienes un excelente trabajo, eres preciosa. Nada de lo que diga es algo que te impida la felicidad -Elijah le limpio las lágrimas.
Ella se acostó de lado y cerró los ojos, Elijah solo sonrió y se levantó de la cama, de pronto sintió como unas delicadas y suaves manos, tomaron su mano izquierda.
—No te vayas —le pidió Juliett— no quiero que te vayas, solo hoy. Quédate conmigo solo hoy —Juliett estaba un poco ebria y aunque era poco notorio Elijah si se había dado cuenta, incluso sabía que se molestaría por la mañana pero ahora quería dormir junto a ella. Volver a sentir su calor aunque fuera por unas pocas horas.
Se acostó junto a ella y la abrazó mientras Juliett usaba el brazo de Elijah como almohada.
—¿Crees que podamos hablar sobre el divorcio? —le preguntó Elijah — nunca quise engañarte, hay cosas que aún debo decirte pero no se como. Hace seis meses me enviaron unas fotos donde, bueno donde tú salías con un hombre. Realmente al principio no quise creerlo, y más porque me las envió Camila. Yo realmente lo lamento, aún te extraño, aún te amo, aún quiero estar contigo. Cambiare, te juro que cambiare...
Y aunque las palabras de Elijah hacia Juliett eran demasiado lindas, ella ya estaba durmiendo. Elijah solo limpio las lágrimas restantes que le habían salido sin que él se diera cuenta. Abrazo a Juliett y juntos durmieron abrazados.
Cuando Juliett despertó, miró quien estaba a su lado y golpeó su cara, ella era un estúpida. ¿Cómo volvió a caer? Era una tonta total.
Se iba a levantar de la cama pero el brazo de Elijah lo impidió. Él sabía lo que pasaba por la mente de Juliett.
—No... no lo hice porque te vi débil, lo hice porque realmente necesitaba de ti. Te juro que quiero que seas feliz, e intento alejarme de ti, pero cada vez es más difícil, porque yo aún te amo, lo haré para siempre —Juliett no quería decir nada, sin embargo terminó haciéndolo.
—No. No intentes solucionar nada, yo tuve la culpa. Recuerda que aún estamos por divorciarnos y nada hará que cambie de opinión —le dijo Juliett mientras se mordía la lengua.
—No tienes la culpa y claro que quiero solucionarlo, necesito hacerlo. Quiero arreglar las cosas, enmendar mis errores —Le dijo Elijah seguro de sus palabras.
Ninguno estaba a favor del divorcio; Elijah porque sabia que había sido un idiota y quería recuperar a su esposa, y Juliett porque aun lo amaba, lo amaba como el primer día.
Ninguno quería alejarse del otro, ninguno quería alejarse porque Juliett era la medicina de Elijah y solo ella podría curarlo.
—Cada te amo ha sido real, cada beso siempre ha sido real, nunca te he mentido. Tal vez me metí con aquella mujer, pero te juro que nunca la quise, siempre he pensado en ti, y aunque no lo creas, te necesito, necesito de ti —le dijo Elijah suplicando perdón, ambos estaban en un remolino de emociones.
Y inútilmente Juliett estaba por ceder.
—¿Qué va a pasar cuando te des cuenta que realmente no me amas? —preguntó ella— cuando un día despiertes y notes que soy yo la que esta junto a ti. Algún día querrás alejarte otra vez y no estoy dispuesta a que me vuelvas a romper el corazón —le dijo a Elijah.
—No, eso no pasara, yo estoy seguro de mis sentimientos hacia ti, que aún te amo. Que no me importaría morir si fuera para salvarte a ti, —y con aquello último se detuvo, la miró a los ojos— pero..., pero si realmente ya no me amas. Te dejaría libre para que encontrarás a quien no te lastime, te dejaría en paz si con eso logras ser feliz, te juro que no dejaría que fueras infeliz por mi culpa, aunque eso provoque mi infelicidad, solo quiero que tu seas feliz —y todo eso conmovió a Juliett, aún así se negó a ceder.
—No te daré otra oportunidad, no quiero, no lo siento, pero realmente quiero olvidar este momento. ¿Podemos cambiar de tema? —le pregunto a Elijah y a él no le quedó de otra más que asentir y dedicarse a perder a su esposa que claramente le había dicho no querer estar con él nunca más.
—Vayamos a bailar, a un bar —le dijo Elijah— al que siempre íbamos.
—¿Cómo cuando aún me amabas? —le pregunto Juliett.
—Aún te amo —contestó él.
ESTÁS LEYENDO
Déjame Ir | Finalizado
RomanceElijah y Juliett lo tenían todo, una familia, trabajos bien remunerados, su amor. Hasta que Elijah decide engañarla. Juliett con el corazón herido no sabe qué hacer, perdonarlo o ser feliz. Cuando el matrimonio parece ir en declive, un montón de sec...