Capítulo 9 - Año nuevo

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Hinata tenía su plan en mente, sería una amiga para Naruto hasta que él se diera cuenta de lo que ella podía ofrecerle, porque para Hinata esto era muy diferente. Sus sentimientos aún no estaban muy claros, pero estaba segura que le quería, aunque no tenía muy claro el nivel que eso podía haber alcanzado. Sin embargo, parecían ser fuertes, pocas personas estaban dispuestas a aguantar a pesar del momento tan humillante que ella había sentido; quería seguir a su lado. Era una auténtica locura esperar a que ambos tuvieran estabilidad, seguir allí, con él, incluso cuando todo podía echarse a perder. No obstante, nadie se había tomado tantas molestias por Hinata, Naruto la hacía sentir especial con cada mensaje, cada gesto, y eso nadie podía arrebatárselo. ¿Cómo no podía haber amor detrás de todas esas acciones? Naruto era un buen chico, pero estaba estresado y no era consciente de que ella podía ayudarle en todo eso. La gente tiene en mente que tener una pareja supone una inversión de tiempo, algo que es cierto, pero ese tiempo que empleas es algo que haces porque quieres, porque disfrutas estando con esa persona, y no todo siempre es estudiar, trabajar y dar lo mejor de ti, es también descansar y ser feliz. Si tu pareja te hace feliz, desconectar de todo lo que te estresa, ¿no es una buena forma de invertir tu tiempo? Quizás Naruto no lo veía, a muchas personas aún les cuesta; pero Hinata le abriría los ojos, estaría ahí para él, para que no se sintiera tan solo, para que no se agobiase, y le demostraría que tener una pareja era perfectamente compatible con su vida.



-Bueno, ¿qué tal todo? -preguntó Kiba tras saludarla con un fuerte abrazo.

Hinata no había podido huir más de sus llamadas y había quedado con él en una cafetería que quedaba a medio camino entre sus casas. Kiba se lo merecía después de todo un cuatrimestre sin verse, él había accedido a su trato y ella ahora le tocaba cumplir su parte.

Brevemente, Hinata le puso al día de lo que había sido la universidad, omitiendo a Naruto y todas sus dudas, aunque más de una vez estuvo a punto de irse de la lengua. Kiba escuchaba atento, como nunca lo había estado en las clases del instituto, e Hinata se temía lo peor. ¿Y si Kiba seguía enamorado de ella? ¿Y si su plan no había funcionado? ¿Y si ahora nada salía bien?

-¿Y tú qué tal? -la voz de Hinata tembló un poco al pronunciar esas palabras.

-Todo bien -sonrió-, he hecho muchos amigos, he aprendido un montón... Una historia bastante parecida a la tuya -resumió él, haciendo que Hinata se viera obligada a sonreír para ocultar su desánimo. Se alegraba por él, pero no era eso lo que esperaba oír-. Bueno -continuó, algo incómodo, tras una pausa-, aunque hay algo que no sé bien cómo explicar.

-¿El qué? -la forma que tuvo de decir eso le asustó.

-Pues, verás -Kiba se revolvía en el asiento, algo nervioso-, en una fiesta que hicimos en mi piso, uno de mis compañeros me presentó a una de sus amigas -Hinata alzó los ojos, sorprendida por el rumbo que eso estaba tomando. Era lo que quería, pero tenía que seguir fingiendo-. No recuerdo bien qué pasó, había bebido, y juraría que hasta fumé algo raro, solo sé que desperté con ella en mi cama.

Kiba calló entonces y miró a Hinata, como pidiéndole perdón por lo que había hecho. Ella, sin embargo, se había sentido más aliviada conforme Kiba iba contando su historia. No se arrepentía de lo que había pasado con Naruto, aunque todo lo que había seguido al sexo no había sido tan bueno, pero la pequeña pizca de arrepentimiento que podía tener había sido disipada.

-Vaya -dijo ella-, ¿y qué paso? -tenía la sensación de que su historia aún no había terminado.

-Pues al principio fue extraño -contó, algo más calmado, pero aún seguía estudiando las reacciones de Hinata-, ni siquiera recordaba quién era, y los dos nos alteramos muchísimo al vernos en esa situación. Por si acaso, ella se tomó la píldora del día después -Kiba hizo un gesto con las manos como queriendo decir que era algo lógico e Hinata asintió- y quedamos en estar en contacto por si surgía algún imprevisto -Kiba dejó de hablar y se pasó la lengua por los labios, como si estuvieran secos, para luego darle un trago a su bebida-. Te prometo que solo era con esa intención, pero empezamos a hablar y a conocernos, y...

Lo que no nos cuentan del amor (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora