𝐔𝐍 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐓𝐎 ✦ ࣪ ִֶָ p𝟐

нαяυ

Narrador Prov.

Noa sonrió abrazando a su primo, atrayendo lo hacia él para que no se alejara, aun que él bebé pataleara en busca de su libertad, él quería que su pequeño primo fuera su mejor amigo,  que lo abrazara y quisiera tanto como él lo hacia. La madre del menor miro con ternura la escena de su sobrino obligando a su pequeño hijo a estar a su lado, era tan tierno a sus ojos. Conocía al primogénito de su hermana, y sabia que a sus cuatro años, casi cinco, no era sociable, era demasiado asocial y tímido para su edad.

Y Haruto un bebé muy llorón y inquieto, al contrario de Noa, quien era muy tranquilo y callado.

Tan diferentes que sabia encajarían y el deseo de Kazama se cumpliría, cuando el bebé creciera, por que mientras seria imposible.

-- Cariño dame a Haru, aun es muy chico para que juegues con él -- sonrio la mujer sentándose al lado de los infantes.

-- De todas formas creo que no me quiere -- susurro el mayor de los niños haciendo un mohín a la vez que dejaba al más joven cerca de su tía.

-- Amor, Haru aun es muy pequeño, solo tiene unos pocos meses como para saber quién eres y tomarte cariño como él que tu le tienes a él, con él tiempo ya veras que te iniciara a querer cerca y a ser más apegado a ti, solo tienes que esperar un poco --acaricio el largo y sedoso cabello del niño.

-- ¿Como el que me tarde en aprender a querer al tío? -- pregunto inocente, teniendo en cuenta que él siempre estuvo acostumbrado a vivir viajando con sus padres por el mundo hasta que tuvo que ingresar al preescolar y lo tuvieron que dejar con su tía y la familia de esta, dejando a Noa con desconocidos con los que al principio no quería relacionarse.

Hasta que se vio obligado a hacerlo, inconsciente de que logro establecer una relación estrecha con su tía y tío, pero más con el pequeño Haruto, y fortaleciendo su lazo con su abuelo quien siempre intento integrarlo a la familia hasta que lo logro.

-- Exacto -- alego la mujer tomando al bebé que inicio a llorar en el suelo, arrullandolo para que se tranquilizara, ante los ojos de su sobrino quien miro embobado y encantado el como su primo cerraba los ojos e iniciaba a tranquilizar su llanto ante la voz y los movimientos de su madre mientras le cantaba Haru Haru de de Bigbang y lo acunaba en sus brazos.

Él recordaba que su madre no le cantara o acuñara cuando lloraba, sin embargo, al siempre estar sus padres ocupados trabajando ellos le pedían que se callara, por lo que aprendió a ser callado y tranquilo, desde que era un bebé. Envidio a Haruto en ese momento por haber tenido una madre diferente a la suya, quien no le gritara o tratara mal por llorar.

Así como Haruto a los cinco años envidio a Noa por nunca ser regañado por ser intranquilo o hiperactivo, por que no lo era al contrario de él, quien incluso llego a ser golpeado por su padre al no parar de correr y reír por todos lados de su casa mientras su primo lo miraba y le decía que era mejor que parará.

Eran niños diferentes, con diferentes inicios e infancias, diferentes vidas y historias a pesar de compartir experiencias y sangre ninguno se parecía en nada, era aquello lo que los mantenía cerca uno del otro.

Por que uno era lo que el otro no, entonces se complementaban y enlazaban aun más, formando la amistad que ambos tanto necesitaban, influenciando se el uno al otro.

Haruto ayudaba a Noa a ser mas extrovertido, mientras que el mayor le ayudaba a gastar su energía de forma relajada y tranquila.

Era su amistad, a pesar de los celos y las pequeñas competencias que creaban, ellos eran amigos, mejores amigos.