VEINTIUNO

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–Frank, ponle mas seguridad a Derek– le dije desde la ventana de la cocina

–Ya tiene demasiada, ¿Para que mas?– dijo un poco irritado

–Estan muertos– le conteste sin una pizca de tacto

–¿Y yo soy el insensible? – dijo riendo

–No le encuentro la gracias señor don bipolar, un rato estas molesto, al otro te ries de la nada por cualquier comentario– conteste comiendo una manzana

–Dejame, yo no te he dicho nada ni del humano ni del perro– se sentó sobre la mesa pero poco le duró el gusto porque mama le grito que se bajara

–Pero bien que te has aguantado las ganas de hacerme burla con esos dos temas y mas que los dos se llevaron bien– lo señale

El ahora soltó una inmensa carcajada – Mira no se que estés pagando pero me encantará ver como resuelves esto, los dos son unos pequeños molestones y tu paciencia no tienes, no pasara ni un día para que ya estés rodando por la sala con Brent peleando, con el humano no existe problema pues a el le perdonarás cualquier cosa, claro mientras estén el límite de lo perdonable. Así que sobrina, suerte con tu nueva vida.– dijo para salir de la cocina –Y si, ten por seguro que le pondré mas seguridad al humano– se escucho desde la sala para posteriormente oírse la puerta cerrar.

Perfecto, mi mejor amigo sera un dolor de muelas al ser entrenado y mi mate, pues bien mientras se mantenga alejado y siga con su vida. Mis pensamientos raros.

Decidí ir a donde había sido la ultima vez que mis hombres habían presentado signos vitales.

Y fue frente a la casa de Derek, se podía percibir el olor de mis hombres, un vago y delicado olor pero que al final de cuentas ahí estaba. Lo comencé a seguir y me llevo a un pequeño agujero debajo de un árbol. Toque el pequeño agujero y me dejo ver lo que había sucedido.

–Que no quede ni uno vivo, la tal diabla debe saber que nos encanta joder al humano– dijo alguien con cierta pizca de altanería

–Jefe, ¿Que pasara si diabla sabe que nosotros fuimos?– la angustia en sus palabras se notaba desde lejos

–No importa, somos vampiros mucho mas fuertes que ella ¿Que nos puede hacer? – se cruzo de brazos

Matarnos– dijo casi en un susurro

Quemenlos y metanlos en ese agujero de ahi y nos vamos– dio la orden y mis hombres comenzaron a arder.

Como le encanta a Elías joder el alma. Me alegro que no sepa lo que soy si no ya no tendría plan extra.

Corrí hacia la mansión para avisarle a Frank lo sucedido, no mostró ni una pizca de empatia. Pero bueno, Frank es Frank el es así. A veces muestra sus emociones a veces no lo hace, otras veces se muestra nostálgico como si algo le faltara, se que su mate es lo que le falta pero yo no intervendre en eso, son cosas que pasan y uno no las puede evitar.

I N F I E R N ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora