El sonido de las hojas de los árboles debido a la suave brisa era relajante, al terminar de colocar sobre la mesa los cubiertos, decidió ir a abrir la ventana, permitiendo así que el viento entrara a su casa.
Suspiró al ver el increíble desayuno que había preparado para su esposo, estaba orgulloso de sí mismo.
—¡HyungWonnie! ¡Ven a comer! —lo llamó desde la planta baja. Esperaba que se despertara llamándolo así, ya que solía ser muy difícil levantarlo.
Unos segundos después escuchó unos pasos provenientes de la escalera y sonrió, él ya estaba aquí.
Al ver esa tierna imagen de él frotándose los ojos con pereza, no pudo evitar levantarse de su asiento y abrazarlo, ¡era realmente adorable!
—Oh, HyungWon, ¿qué voy a hacer contigo? —posó sus labios sobre el contrario para darle un corto beso— ¡deja de ser tan tierno!
—N-no digas eso HoSeok, mírate a ti, eres más adorable de lo que piensas, pareces un conejito —dijo en casi un susurro con su voz ligeramente ronca y sus mejillas sonrojadas, mientras estiraba los cachetes de HoSeok para luego apretarlos provocando que sus labios se abultaran, y por supuesto, eso era una clara invitación a un beso.
—Oye, feliz cumpleaños —sonrió mostrando sus blancos y perfectos dientes. Le señaló la silla para que se sentara y comenzaran a desayunar.
HyungWon, al ver el desayuno, se le iluminó el rostro por completo, sonriendo grande y brillantemente aún con esa mirada somnolienta de «estoy acabadito de despertar». Eran uno de esos típicos desayunos americanos, tostadas, una pequeña montaña de hotcakes con miel esparcida por encima y un vaso con jugo de naranja acompañado de una tacita de café. Era el desayuno favorito de HyungWon, y HoSeok al ser un buen esposo y cocinero, obviamente lo prepararía para él el día de su cumpleaños porque nada era más valioso que ver esa sonrisa tan brillante.
—HoSeok, amo cuando me conscientes —dijo mientras pellizcaba de nuevo su mejilla y sonreía de esa forma tan especial.
—Cariño, amo consentirte —Se sobó un poco su mejilla, a veces HyungWon no medía bien su fuerza cuando lo hacía, alegando un «Eres tan adorable, es algo inevitable», así que sus mejillitas ya estaban acostumbradas—. ¿Adónde quieres salir hoy?
—Oh, HoSeokkie, ¿no sabes que en mis cumpleaños me gusta quedarme en casa contigo? Además, seguro que llueve, en mis cumpleaños siempre llueve—dijo para inmediatamente tomar un bocado de hotcakes causando que sus cachetes se vieran gorditos y el corazón de HoSeok se estremeciera.
—Lo sé, bebé, pero pensé que hoy querrías hacer algo distinto. Sin embargo preparé algo para hoy —canturreó un poco al final de sus palabras provocando la risa de HyungWon.
HoSeok se levantó de su silla para dirigirse al armario de la sala y buscar un paquete que tenía oculto allí. Regresó a la mesa y sonrió mientras le mostraba descaradamente el regalo sin dejar que HyungWon lo alcanzara. Se estaba burlando de él, apartando los delgados brazos de su esposo y aprovechando su fuerza para no permitir que lo alcanzara alguna vez.
—¡Yah! ¡Detente, realmente me pones ansioso! —dijo cruzando los brazos y con un puchero exagerado, haciendo que su labio inferior se viera más abultado que de costumbre.
—Hey, bebé —dijo HoSeok suavemente, dejando el paquete a un lado.
Se inclinó y tomó el mentón de HyungWon lo más delicadamente posible, lo admiró, viendo como su cabello se movía al ritmo del viento que entraba por la ventana entre las cortinas y viajaba por todo el comedor, observó sus grandes ojos que no reflejaban ni una pizca de nerviosismo, eran cálidos, tan cálidos y llenos de amor que eran capaces de abrigarlo en cualquier fría tormenta; luego su vista bajó hacia sus labios, tan gruesos y provocativos que no pudo evitar que su pulgar los rozara. HyungWon suspiró sintiendo el contacto, sus labios se curvaron hacia arriba abandonando el puchero y formando esa sonrisa inocente que tanto amaba su esposo, entonces hizo su primer movimiento acercándose más y chocando sus narices en un beso esquimal. HoSeok cerró los ojos al toque, solo dejándose amar.
Pero HoSeok no lo pensó dos veces, y al primer impulso cortó toda pequeña distancia entre ellos encontrando sus labios en un beso tan suave y lento, delicado y hermoso, justo como amaban hacerlo, sin nada de prisas o brusquedad, solo demostrando todo el cariño que se tenían. HyungWon llevó sus manos hacia la nuca de HoSeok, tirando tiernamente su cabello y jugando con él, se atrevió a pasar lentamente su lengua por sobre los labios del contrario, saboreando un beso con sabor a hotcakes y café, un sabor que amaba tanto pero no mucho más que los dulces labios de HoSeok.
Mientras se escuchaba el cantar de las aves y la luz del sol entraba a través de la ventana, se separaron por un poco de aire, aún con sus frentes y narices juntas, podían sentir la respiración del otro. Rieron al mismo tiempo, una melodía que sonaba a amor puro. Y sabiendo que no había sido suficiente, porque nunca lo era, volvieron a conectar sus labios, esta vez siendo un poco más rápidos pero conservando la suavidad y la ternura. Queriendo permanecer así por un rato más o hasta el resto del día, de nuevo, el aire no se los permitía, viéndose en la necesidad de separarse de nuevo, HyungWon bajó la mirada aún con una sonrisa plasmada, HoSeok observó sus ojos brillantes por debajo de sus pestañas, dirigió su vista hacia abajo notando sus labios levemente hinchados, y plasmó allí unos cuantos besos castos más sin poder evitarlo.
HoSeok tomó la mano izquierda de HyungWon que se encontraba en su nuca y entrelazó sus dedos, allí vió en su dedo anular el anillo como muestra de su amor que hace unos años atrás le había entregado en el altar. Atrajo sus manos juntas y besó todos los dedos de HyungWon, este solo rió.
—Oh, HoSeok, eres tan tierno.
—Cariño, tú lo eres más. —en ese momento notó las mejillas sonrojadas de su esposo, estaban tan rojitas que parecían tomatitos, eso solo lo impulsaba a llenarle de besos todo su rostro para dejarlo aún más rojo, pero haciéndolo sentir aún más amado—. HyungWonnie —su esposo pronunció un pequeño ¿hm? invitándole a que continuara—, te amo.
—Yo también te amo. —sonrió, mostrando una gran sonrisa brillante llena de felicidad que a HoSeok enamoraba aún más, si es que eso era posible.
Durante todo ese momento se olvidaron completamente del regalo de HoSeok sin abrir y del desayuno sin terminar. Pero ellos se sentían tan bien juntos que eran capaces de hacer que todo a su alrededor desapareciera. Para HyungWon lo único más perfecto en su cumpleaños que ese increíble desayuno y esa sesión de besos mañaneros, era pasar toda la tarde en una maratón de sus películas favoritas. Por supuesto que HoSeok se lo daría, porque ya estaba preparado para ello con paquetes de palomitas en la alacena y el sofá lleno de cojines, mantas y peluches de conejitos y ranas.
Pero en realidad, lo único más perfecto que todo eso en el cumpleaños de HyungWon, era estar junto a su adorable esposo HoSeok, su hermoso conejito, acurrucaditos en el sofá mientras veían películas y escuchaban la lluvia caer, con besos ocasionales, sonrisas cómplices y cariñitos, y entonces así todo estaría bien.
Entonces así, sería el cumpleaños perfecto.
FIN♡
Un pequeño OS que descubrí entre mis borradores del 2017, me animé a terminarlo y hacerle algunas correcciones y aquí está¡! Fue un intento de fluff porque a mí me sale puro drama jajaja, espero haya quedado bien y que les haya gustado♡.
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Perfect Birthday; ‹hyungwonho›
FanfictionEl cumpleaños perfecto para HyungWon. › Personajes: Chae HyungWon; Lee HoSeok. › Género: Romance; fluff. › One-shot 1,2k.