7. Tu Meurs

96 19 10
                                    

Entré a la casa. Todo estaba en silencio, busqué rápidamente por la sala principal. Hasta que escuché un sonido provenir de la cocina.

Jimin estaba alimentado ese pedazo de tela con avena, la cual se caía por el suelo y embarraba el rostro de aquel horripilante muñeco. Miré alrededor. Trastes sucios estaban como pilares en la cocina, todo estaba regado, la gavetas abiertas. Todo estaba completamente mal.

—Jimin...

Hablé sin pensarlo mucho. Jimin seguía haciendo sonidos de aviones mientras embarraba la cuchara en la cara de aquel muñeco. La escena me dio repelús. Me daba asco.

—Jimin, cariño, hazme caso.

Jimin me miró de una manera que no pude descifrar, pareciera que me intentaba fulminar con la mirada. Limpió un poco la boca de aquella asquerosidad para cargarlo en brazos y acercarse a mi, yo solo retrocedí un poco. Mientras no tocará al muñeco todo estaría bien.

— ¿Qué quieres? Después de una semana decides en aparecer, y te dignas a hablarme como si nada ha pasado. ¿Con quién estabas?m¿Te parece esto bien para nuestro hijo?

—Jimin, esa cosa no es nuestro hijo.

—"Esa cosa" —Jimin sonrió burlesco— te prohibo que le llames asi a mi hijo.

—Jimin ¿que no lo ves? ¿no recuerdas nada, acaso? Sabes que esa mierda hizo esto en mi rostro.

Apunté mis párpados lo más exageradamente posible. Pero Jimin parecía no verlo.

—A ti no te ha pasado ni mierda, Yoongi. Será mejor que te vayas ahora a dónde te has estado refugiando.

Jimin se volteo con aquella horripilante cosa en brazos, subió a lo que era nuestra habitación, ahora entendía lo que hablaba aquel sujeto con que lo tenía dominado. Regresé al mueble de la entrada, no lo decidí mucho, ni siquiera lo pensé, simplemente rompí aquel reloj de arena, la arena oscura se esparció por el suelo. Jimin corrió rápidamente a mi, pensé que había visto la realidad de esa cosa, pero no fue así.

—¡¿Qué le hiciste al juguete favorito de Jung Min?! —Jimin corrió hacia mi y me soltó un bofetada; sujeté mi mejilla con fuerza. Mierda que este chico sabía golpear.—¡Primero estás de infIel! y ¡ahora regresas a casa a romper todo!. No. Lárgate ,ahora. Antes de que llame a la policía.

Reí incrédulo por lo que estaba diciendo ¿infiel?, ja, quisiera. Iba a hacer que el se diera cuenta de lo que pasaba ahora. Lo sacaría de casa, haría que viera su realidad.

—Tu eres el que debería salir de mi casa.

Comencé a jalar a Jimin de un brazo hacia la puerta principal. Pero el se resistía. De un momento a otro él se soltó de mi agarre viendome enfurecido. Jamas había visto a Jimin con esa mirada. El corrió velozmente a la cocina, no se a que. Yo lo seguí, pero mis pies pisaron algo. El muñeco estaba tendido a mis pies. Me dolería tocarlo, pero fue lo que hice. Lo tomé de un brazo; la viva imagen de mi hijo se hizo presente a mi vista. Pero su rostro se iba deformando, iba tomando la misma imagen que cuando estuvimos en la bañera. Me apresuré a salir de aquella casa con esa cosa en mis manos. Pero sentí algo clavarse en mi pierna. Las afiladas garras de las manos de esa cosa estaban desgarrando mi pierna, mi piel comenzaba a despegarse por el contacto, podía ver mi hueso asomarse por aquella herida, grité de dolor; pero todo eso se fue cuando Jimin llegó a escena, se quedó perplejo por lo que estaba viendo.

—Jung Min...—Jimin se acercó con miedo. Sujetaba con fuerza un cuchillo en mano, mientras se acercaba temblando aún más—...¿qué le haces a papá? —comenzó a llorar.

—Nada, mami... —La asquerosidad de antes de convirtió en el reflejo de mi hijo nuevamente.Me daba asco—...papi y yo jugamos a los caballeros.

Jimin se acercó a abrazar a esa cosa, yo aprovecharía para salir de casa, mi pierna ardía como un puto infierno. Pero todo me fue mal, Jimin me arrastró dentro de casa. Lo mire con duda ¿Qué mierda hacía? Encajo el cuchillo que llevaba en manos en mi brazo y comenzó a hacer sutiles movimientos como si quisiera cortarlo, no, eso quería hacer. Grité aun más fuerte.

—¡Jimin! ¡Reacciona maldita sea!

Pero mi querido esposo no reaccionaba y solo seguía moviendo el cuchillo dentro de mi brazo. La sangre que estaba perdiendo era demasiada. Sentía como lentamente mis ojos se cerraban por la falta de oxigeno a mi corazón.

—Jimin...

Dí mi último aliento llamando a mi amado, después de eso todo se volvió oscuro. Había perdido por intentar recuperar todo de vuelta.

Narrador omnisciente

Jimin seguía cortando la extremidad de su esposo, hasta que por fin el brazo se despegó de su cuerpo. Jimin sujeto el brazo en su mano, y lentamente fue entrando en razón. Miró la sangre en sus manos y ropa con horror. Había asesinado a su esposo. Toda la sangre estaba esparcida por su cuerpo. Jimin lloraba con fuerza e impotencia, no recordaba que había pasado, solo sabía que él lo había hecho. Lloraba sobre el pecho lleno de sangre se su amado; hasta que una voz lo hizo estremecerse.

—Mami, ya no me vas a querer despues de esto.

Jimin volteo hacia atrás, justo a donde provenía aquella vocecilla. Miró aterrado a la viva imagen de su hijo, con la boca ensangrentada comiéndose el brazo de su padre. Jimin gritó aterrado. Quiso salir de aquella casa, pero al intentar levantarse resbalo con la sangre que estaba en el suelo.

—No mami, no vas a escapar. Tu fuiste el unico que me quiso. Por eso debo agradecerte.

Jimin vio cómo su pequeño se acercaba a él, definitivamente esa cosa no era su hijo. Temió, temió por su vida, temió por todo. Se arrepentía por no haberle hecho caso a su esposo.

—Tu decide, me ayudas o mueres. Así de simple.

Jimin no respondió, y solo se aferró al cadáver de Yoongi, lloraba demasiado, no podía hablar siquiera. La pequeña cosa se acercó a él.

—Tu silencio otorga, madre.

Y lo único que sintió Jimin fue como su garganta era desgarrada por las largas y afiladas garras de aquella cosa que aparentaba ser su hijo.

Dollmaker (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora