8. Renaissance

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Al dia siguiente.

— ¡Jimin! ¡Yoongi! He venido a verles.

Un divertido castaño había entrado a la casa de los Min sin siquiera tocar la puerta. A ese nivel de confianza estaban.

—He traído comida.

El chico se adentró a la cocina. Todo estaba extrañamente limpio y recogido. Pensó que quizas salieron de vacaciones. 

Subió a la habitacion de aquella pareja de enamorados los cuales habían sido sus mejores amigos durante años. No vio a nadie, solo visualizo a un horrible muñeco sobre su cama. Le dio gracia el que el muñeco se parecía un poco a su sobrino, sonrió con gracias mientras sujetaba al muñeco con una mano al ver lo  bien detallado que estaba. El sonido del teléfono de la cocina lo hizo recuperarse del trance. 

Corrió rápidamente a la cocina dejando a aquel muñeco en su lugar; cogió el teléfono para atender la llamada.

—Buenas tardes, ¿hablamos con Min Yoongi? —habló un chica bastante simpática al otro lado de la línea-

—No, habla su hermano —Jungkook sonrió al pensar en lo bien que se escuchaba eso. Soltó una risilla.

—Oh, le podría decir que fue contratado. Mañana lo esperamos en la mañana para su primer dia de trabajo. 

— Claro —sonrió orgulloso de su mejor amigo.

—Gracias.

La chica al otro lado de la línea cortó la llamada. Jungkook sonrió divertido al pensar en la suerte de Yoongi. Decidió dejar de pensar en su amigo, debía dejar la comida en el refrigerador antes de que se echara a perder. Jungkook se dirigió al refrigerador con la comida en manos. Vio un extraño líquido saliendo de este.  Al abrirlo, soltó un grito por lo que vio dentro. ¿Esos son cadáveres? pensó Jungkook mientras revisaba aquellos cuerpos mutilados. Estaba tan concentrado viendo aquella escena, hasta que vio el anillo en una de aquellas manos. Era el anillo de bodas de Jimin. Se quedó helado, gritó con todas sus fuerzas mientras lagrimas se derramaban sobre sus mejillas. Llamaba a alguien, que no se dio cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor.

—Namjoon hyung, ven a casa de Yoongi, lo más rápido que puedas.

Jungkook lloraba cada vez más fuerte mientras sujetaba su celular con manos temblorosas. Una voz hizo entrar a Jungkook en razón, le helo la sangre por completo aquella voz.

—Tío, ¿por qué tanto alboroto?

Un niño lo miraba a su espalda. Lo miraba fijamente con una sonrisa macabra; escondía muy bien sus afiladas garras detrás de su pequeña espalda.

—Jung...jung...min...

Jungkook no dijo más, ya que una de las garras del monstruo había perforado su garganta, cortandola perfectamente hasta desprenderla del torso.

—¿Jungkook? ¡Jungkook! —La persona al otro lado de la línea gritaba el nombre del castaño que había muerto segundos antes.— ¡voy enseguida, Hoseok está conmigo!.

El niño sonrió.

—Primero al doctor, después al maestro. Y después...—a aquella cosa se le formo una sonrisa macabra en los labios. Era algo anormal poder sonreír de aquella forma— seré libre al fin...

Fin.

Dollmaker (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora