Pov Rei
No sé qué me ha despertado hasta que me doy cuenta de que Serena no está a mi lado. Sus brazos no me rodean en ademán protector, su respiración pausada no se acompasa con la mía, así como oigo su voz murmurando palabras inconexas en sueños. A veces tiene pesadillas y grita. Yo, que duermo con ella desde que llegó a Veridian, he sido consciente de todas y cada una de sus lágrimas, aunque nunca le digo cuando despierta. Siempre me pregunto qué soñará, pero ella nunca parece recordarlo.
Hoy, sin embargo, no hay sueños inquietos a mi lado. Solo silencio. Por eso abro los ojos, aunque todavía me pesan los párpados. Serena está en el cuarto, pero ya en pie y vestida con sus ropas de hombre, preparada para salir. ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo hace que ha amanecido, siquiera? Me fijo en el sol en la ventana y luego en mi prima, que no parece reparar en que he despertado mientras ella se recoge el cabello con la ayuda de una cinta.
--¿Serena...?
La princesa (aunque no parezca una) da un respringo y se gira hacia mí. Su rostro está sorprendido, pero sonríe ante mi expresión adormilada. Yo me incorporo apenas, apoyándome en un brazo, y me froto un ojo.
--Rei. Aún puedes dormir un poco más.—se acerca a mí y besa mi frente, dándome los buenos días como cada mañana.—Es muy temprano.
--¿Te vas...?—susurro adormecida.
Ella siente suavemente, ladeando la cabeza.
--Sí, voy a salir.
Frunzo los labios. Me siento más despierta. ¿Pretende dejarme sola ya desde este momento? ¿Qué le pasa? Ayer por la mañana hiso exactamente lo mismo: se fue a cazar con Lord Darien y su caballero, pero cuando ellos regresaron ella no lo hizo. No hasta la hora del almuerzo, cuando apareció estelarmente para contar sus proezas y de paso avergonzar a los varones. No puedo decir que no lo disfrutase, pero cuándo le pregunté dónde había ido después no quiso responderme. Por la tarde estuvimos juntas descubriendo el castillo, pero ella no parecía atenderme de verdad. Estaba preocupada por algo, la conozco; no sé qué sucedió por la mañana, pero la dejó en un estado taciturno y pensativo del que no consiguió salir en todo el día.
La siento lejos. No sé qué pasa por su mente, no sé dónde va cuando desaparece, pero sí sé que mi prima parece dar pasos fuera de mi alcance. Ahora no puedo consentirlo. Ella tiene que entenderlo: la necesito más que nunca. Necesito que esté conmigo.
--Por favor, quédate.
Mi petición la sorprende, porque parpadea.
--¿Cómo?
--Por favor. No quiero estar sola aquí.
--Rei, ya hemos hablado...
--Ya sé que tengo que acostumbrarme. Pero todavía no. Por favor. Lo último que necesito es que tú también me dejes sola. No vas a hacerlo, ¿verdad? No te vayas.—le pido agarrando su mano. Mis dedos se aprietan entorno a ella y Serena me mira con consternación.—sabes que te necesito conmigo para enfrentar esto. Si estás a mi lado, puedo superar lo que sea. Juntas, como siempre. Así todo es más fácil.
Sere parece repentinamente triste.
--Rei, yo me voy a ir...
--Lo sé.—repongo rápidamente. En realidad no quiero saberlo. No quiero aceptarlo. Todavía es demasiado pronto.—pero aún no.
Debo de tener un apariencia realmente descorazonadora, porque Serena suspira y deja caer la cabeza. Sé que he vencido por esta vez, aunque contengo las ganas de sonreír.

ESTÁS LEYENDO
Secretos de luna llena: Alianzas
FanfictionAclaro que la historia no me pertenece es una adaptación de la Obra Alianzas de Iria G. Parente y de Selene M. Pascual. tampoco los personajes me pertenecen si no a Naoko Takeuchi. Una historia llena de amor, traiciones, alianzas entre enemigos y mu...