Capítulo III (Editado)

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-¡Aahhh!, ¡¡Si que sabes como chuparla!!. Expresa entre gemidos un hombre rubusto de pelo castaño, este es de piel blanca y de poca estatura mientras en su rostro su enorme bigote atrae la atención de todo el que lo ve. El hombre estaba muerto de placer al ser atendido por tres chicas en un burder.

El hambiente era de lo más candente, bien se podía escuchar el escándalo y los ruidos de las demás habitaciones, las plebeyas gemian sin contenerse y el sonido llegaba a los pasillos. Las paredes eran de madera junto con el piso y la puerta. La habitación estaba oscura y hacía calor, lo que ponía más intenso el sexo. El hombre rubusto de cabello castaño, estaba recostado boca arriba, mientras a su izquierda y derecha tenía a dos plebeyas desnudas, más una tercera. Pero esta tenía su cabeza metida en su entrepierna, haciéndole maravillas al hombre.

Este gemia y se estremecia, cuando sentía que la lengua rozaba su punta, y más se exitaba cuando miraba abajo y la joven chica le sonreía con el miembro en sus labios. -¡Bien!.. ¡Bien!. Interrumpe el castaño algo agitado mientras se levanta de la cama y se pone de pie, -¡Me van hacer terminar antes de tiempo!.. Ahora quiero que se recuesten, y pongan esos traseros al aire. Exige mientras sonríe y les echa una mirada lujuriosa. Las serviciales chicas asientan sin más, cuando en eso son interrumpidos...

De repente la puerta es derribada fuertemente, quedando tan solo agarrada de la parte inferior del marco. El castaño del susto saltó al otro lado de la cama, tomando de las sábanas y tapándose con ellas. Su mirada decía más que su rostro, estaba confuso y furioso a la vez, pues, ¿Quién o quiénes lo interrumpen y para qué?.

-¿¡Qué diablos sucede!?. Intenta buscar una explicación, de parte de los misteriosos sujetos que entran a la habitación. Eran 6 y vestían de negro, -¿¡Quiénes son ustedes!?. Preguntó tras tragar en seco, mientras sentía una pequeña angustia que recorría todo su cuerpo.

El castaña es un noble muy famoso en el gobierno, y tesorero de la familia Peker, familia oriunda de la ciudad de Truos, ciudad de la realeza desde donde gobierna el Rey. Los sujetos se detienen, uno al lado del otro, formando una barrera que tapaba la entrada. En eso uno de ellos sonríe levemente, -Pronto lo vas a saber. Respondió mientras levantaba el saco que llevaba y dejaba ver el mango de su espada.

Las plebeyas agrandaron los ojos y se llenaron de miedo, mientras se juntaron e intentaban protegerse en un rincón de la habitación, -Ustedes, vallanse a fuera.. Déjennos a solas con él, nosotros lo vamos a atender.

Ellas meramente asientan y se disponen a salir desnudas de la habitación, mientras algunos de los sujetos se quedan viendo sus partes íntimas. -¡Pero que tetas tenía esa!. Comenta uno de ellos y todos se ríen levemente, creando un hambiente atemorizante para el castaño, quien aún sigue sin comprender la situación.

-¿¡Qué es lo que sucede!?, ¿¡Dónde están mis guardias y por qué los dejaron pasar!?.

-Ellos están Muertos. Responde con voz robusta el pelirrojo llamado Eikra. En eso los sujetos dan un paso hacia el noble, quien asustado se echa atrás y choca con la pared, -¡No se acerquen infelices!. Advierte buscando con la mirada algo con que defenderse, tomando luego la espada que tenía sobre el gabetero de su izquierda.

El castaño levantó la espalda y los apuntó con el filo, mientras sus manos temblaban. Él los miraba y en sus ojos se veía nada más que el miedo, lo que hacía poco intimidante su persona. Thomas se río al verlo, -¡Estás muerto del miedo!, ¿¡Crees qué nos podrás hacer el frente en ese estado!?. Pregunta y se ríe nuevamente, para luego tomar su espada y desnudarla.

El noble traga en seco e intenta calmarse un poco, -¿Díganme qué es lo qué quieren?. Sus manos no dejaban de temblar, y sus piernas por igual. En la habitación el castaño se sentía acorralado, como si él fuera un ratón, y ellos gatos hambrientos. En eso Eikra levemente suspiró, -Creo que nos estamos pasando un poco.. Bien te diré el porqué estamos aquí.

The Rejected La Venganza De Los Plebeyos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora