¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
┗××××××××××××┛
Había sido un día demasiado tranquilo para Freddy. Siempre era la misma rutina: ir a la escuela, hacer los deberes, leer algún cómic, pasear con su familia convertidos todos en Shazam, dar rondas nocturnas, golpear ladrones, etcétera. Ese día fue diferente.
Era un fin de semana y no había salido de la casa para nada. Estuvo todo el día en su habitación con su hermano favorito, su mejor amigo, su héroe, y demás cosas. Los dos habían jugados montones de videojuegos, habían leído las historietas que más les gustaban, comido frituras y bebidas para nada alcohólicas.
Después de divertirse ahora yacían recostados sobre el suelo de madera con las manos sobre el pecho, mirando con una sonrisa en la cara el blanco techo. Estaban felices de estar por un día como adolescentes normales con pocas responsabilidades simples y corrientes.
—¿Te imaginas que la Liga se entere de nosotros y nos reclutará?— preguntó Freddy divagando en su imaginación. Ante la pregunta Billy sólo río debido al fanboy que era él.
—Honestamente a mí me daría igual—respondió—. Pero me imagino tus gritos si los llegarás a conocer a todos juntos en una misma habitación.
El rizado sonrió dibujando en su mente la escena. Giró la cabeza para ver a su hermano que veía el techo con una sonrisa y expresión tranquila. Meses antes, cuándo recién lo iba conociendo era imposible ver a Billy con esa expresión. Después de haber salvado a la ciudad de esas cosas feas que era los siete pecados capitales, él aceptó ser de su familia para vivir con ellos. Obviamente a Freddy eso le alegró demasiado, temía que si encontraba a su madre biológica los dejara a un lado a ellos.
Pero Mary le había contado que Eugene había localizado a su madre y todos sabían que a pesar de haber ido a su encuentro no se quedó con ella y eso desde hacía meses le provocaba una curiosidad enorme. Billy había movido cada piedra para encontrarla y sin embargo no se quedó con ella, ¿cómo era posible eso?
Quería preguntar y sabía que entraría a terreno delicado, así que tragó saliva y abrió la boca.
