Capítulo 6

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Un viento frío se coló entre los árboles del bosque, haciendo que Remus se estremezca. Había estado hablando y caminando con Sirius durante tanto tiempo, que no se dio cuenta lo tarde que se había hecho. El cielo estaba tomando un tono anaranjado en el horizonte, y se veían las columnas de humo de las chimeneas que comenzaban a encenderse. Le dijo a su amigo que pararan porque estaba cansado, pero este insistió en caminar unos metros mas, que había algo que quería mostrarle.

Lo guió hasta un claro en lo que Remus suponía, era la cima del bosque. En medio del claro, había un tronco caído sobre el que Sirius se sentó y le hizo una seña a Remus para que tomara lugar a su lado. Este lo hizo, quedando a pocos centímetros de Sirius.
-Mira la colina de allá-. Le dijo Sirius, señalando con el dedo algún punto del paisaje. Remus miró hacia donde indicaba y vio una colina empinada y sobre ella, la Casa de los Gritos. Sonrió al recordar las veces que salió de allí con sus mejores amigos, convertido en hombre lobo, a dar paseos por los terrenos de Hogwarts.

-¿Por que me muestras esto?-, le preguntó.
-Porque la vista aquí es hermosa ¿no lo crees?-. Remus asintió, Sirius tenía toda la razon. Era una vista increíble. La Casa de los Gritos en primer plano y detras el castillo, que se veía como una gran sombra recortada en el cielo naranja y azul. Los últimos rayos de sol bañaban los campos, dandoles una tonalidad dorada y brillante. Algunas estrellas comenzaban a hacerse presentes, mezclando el día y la noche y haciendo del paisaje algo casi irreal. Remus soltó un suspiro, fascinado y volteó a ver a Sirius. Este se había echado ligermante para atrás, como siempre solía hacerlo, y miraba el horizonte con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Es increíble, Sirius, ¿como descubriste este lugar?
-Una de mis citas lo conocía, me trajo aquí una vez-, le respondió Sirius mirándolo a la cara.
Al oír esto, Remus se sintió algo decepcionado, ya que pensó que quizás ese lugar podría ser algo solamente de ellos dos. Se limitó a asentir y regresó si vista al paisaje.

Sirius supo que lo que dijo había plasmado la decepción el el rostro de Remus, y lo quiso arreglar inmediatamente pero no sabía como. Tampoco sabía a que se debía su decepción, supuso que era porque Remus pensó que ese lugar era algo así como especial, no solo un lugar al que llevar sus citas.
-Yo se que piensas, Remus- comenzó a decir finalmente -Que este es un lugar al que traigo chicas y ya, que no tiene ningún significado. Pero, si lo tiene. Al menos contigo. Eres mi amigo Remus, no es por nada que te traje aquí.

Remus quedó perplejo con las palabras de Sirius y no supo que contestar. Lo estaba pensando cuando los dos escucharon ruidos en el bosque detrás de ellos. Sirius se puso de pie primero y sacó la varita de su capa. Remus lo tomó del brazo y lo arrastró detrás de un árbol, ignorando sus quejas.
-En caso de que sean personas Sirius, ¡te van a ver y estarás en problemas!-. Le dijo Remus medio susurrando medio gritando, una vez que los dos estuvieron escondidos detrás del grueso tronco del árbol.
-Aghj, está bien.
Remus le lanzó una mirada de advertencia, sacó su varita y se inclinó un poco para poder ver que estaba pasando. Al principio, vio varias figuras negras emerjer de los bosques como fantasmas, y se asustó un poco. Uno de ellos levantó sus brazos para quitarse la capucha que le cubría el rostro, y fue entonces cuando Remus se dió cuenta de que no eran fantasmas, sino personas, y que las conocía. Eran Lucius Malfoy y todo su grupo de slytherins.

Sirius insistió en ser testigo de la situación también, asi que se acercó lo suficiente a Remus como para asomar su cabeza por el costado del árbol. Remus lo vio hacer una mueca de disgusto cuando descubrió quienes eran las personas que se reunían allí.
-Bien, comencemos-Empezó a decir Malfoy, caminando un par de pasos hacia adelante y volteando para ver a su grupo
-Bellatrix, querida, ¿trajiste lo que te pedí?
Bellatrix asintió y sacó del interior de su capa lo que parecía ser un libro, envuelto en seda negra y atado en un extremo. Lo tomo con ambas manos, como si se tratara de un objeto sumamente frágil y valioso, y se lo entregó a Lucius. Este lo recibió y desató el hilo que ataba un extremo y deslizó su mano dentro, sacando cuidadosamente un libro antiguo forrado en cuero. Remus vió que tenía incrustaciones de plata en el lomo y la tapa y se estremeció, sabiendo que si tocaba eso se quemaría. El rubio sonrió ante el libro, y pasó su mano pálida y delgada sobre la tapa. La esmeralda verde de su anillo pareció brillar mas que nunca.
-Excelente-. Dijo casi en un susurro.

Keep Me Warm (Wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora