Hoseok caminaba alegremente entre los pasillos de la preparatoria, ¿había una razón para irradiar tanta alegría? No, la esencia de ese chico era así que hasta el iceberg más grande y frío de la historia se derretiría por su presencia.
Y es que era viernes, el último día de clases de esa semana. ¿Qué más podía pedir?
Mientras pasaba por su aula no captaba las cientos de miradas que recibía por parte de sus compañeras. Unas eran de amor y otras de admiración, y es que qué persona no quisiera tener el ánimo de Hoseok. Era un chico genuino que cualquier dama caería en sus encantos, y es que se podía considerar alguien ilegal, porque con esa sonrisa se robaba un corazón de más.
Claro que había excepciones, y una de ellas era Kim Yeongsoo, su compañera de clase.
Aquella chica de cabello revoltoso y azabache; que escondía detrás de esas gafas grandes unos ojos prominentes bañados de zafiro; una nariz pequeña acompañada de varias pecas que decoraban sutilmente su cara; labios grosezuelos con un leve color rojizo; y aquella tez nívea pero suave como la piel de un felino.
Hoseok no tiene buen recuerdo de cuándo la conoció, pero sí exactamente de cuándo se enamoró. Aunque no sabía con exactitud cuál fue el motivo, sea cuál fuera aquella joven nunca dejaba de rondar por su cabeza.
Yeongsoo seguía en la misma posición desde que ingresó al salón, leía aquel libro que tanto le intrigaba al chico. A veces él quería tener el valor por preguntar el título que la tenía tan absorta y de ahí posiblemente tener una conversación.
Pero ella era alguien inalcanzable, como un trofeo que puedes apreciar pero no tocar. Hoseok lo sabía más que nadie, ya que uno de sus amigos era hermanastro de Yeongsoo; Min Yoongi nunca paraba de quejarse sobre cómo su hermanastra menor botaba a cada individuo que se le declaraba. De tan sólo imaginar ser rechazado le dolía y por ende no le veía oportunidad.
No hasta que halló un momento oportunista.
Era a partir de la dos y media de la tarde, cuando las clases habían culminado. A esa hora los edificios estaban desolados, sólo el personal docente permanecía hasta el atardecer y uno que otro alumno se encontraba en detención, y uno de ellos era Hoseok. No permanecía ahí por querer tener el papel de matón o como muchos decían "bad boy", él sólo se había quedado dormido en la clase de la profesora Kwon, quien impartía "Matemáticas", pero por el amor de Dios, la maestra ni siquiera era comprensiva al extenderse con una simple ecuación.
Frunció el ceño dando un vistazo al reloj, bufó en alto al darse cuenta que aún faltaba veinte minutos para poder retirarse de aquel lugar.
—Disculpe— Hoseok alzó su mano llamando la atención del hombre soñoliento, quien lo observaba con desdén —, necesito ir al baño.
—Ve rápido— contestó hoscamente.
Se levantó apresuradamente yéndose de aquel lugar, no podía soportar estar más ahí, se sentía sofocado. Después de todo no había despertado con el pie derecho, pero eso no lo iba a desanimar fácilmente en éste día soleado.
A lo largo de su camino, Hoseok logró escuchar una voz, era femenina que provenía del salón de audiovisuales. Al parecer se encontraba a mitad de una discusión, pues no escuchaba más que las recriminaciones de aquella mujer. Y se maldijo interiormente al lograr distinguir a la dueña de esa estruendosa y chillona voz, Min Yangmi.
No paraba de coquetearle, siempre le pretendía por más que le ignorara, por lo que quiso pasar desapercibido sin que ella ni la otra persona que estuviera ahí lo notaran.
Pero todo idea se esfumó al oír como Yangmi pronunciaba con un deje de burla el nombre de su hermanastra.
—Por favor, tan sólo mírate Yeongsoo. Tan fea, tan escuálida, bien patética que eres, ahora entiendo porqué ningún hombre se acerca a ti. ¿Crees que ellos sólo se te querían acercar porque sí? Ni el dinero les bastó como para volver a intentarlo contigo.
Las mejillas de Yeongsoo se tornaban de un color rojizo, debido a la cólera que se le estaba acumulando. Ganas no faltaban de proporcionarle una cachetada a la chica que tenía enfrente, pero por no querer traer conflictos a su familia tomó por permanecer callada.
—Tómalo como un favor, hermanita. O dime, ¿acaso ya tienes a alguien?
Hoseok sabía que Yangmi era una mala persona, pero no pensaba que tanto como para querer dañar la autoestima de su hermanastra. Quiso intervenir en ese instante, ¿le correspondía hacerlo? ¿estaba bien si se entrometía?
—Por supuesto que tengo a alguien— habló con firmeza Yeongsoo, dejando a más de uno con la boca abierta, aunque claro que su confesión era una completa mentira, pero no pretendía dejarse pisotear más por Yangmi.
—¿Tú? Vaya, debe ser un ciego como para estar contigo— espetó con una sonrisa bufona —. Supongo que mi padre querrá conocerlo. ¿Por qué no lo invitas en estos días a cenar?
—Oh claro que lo haría, pero no quiero que se junte con algunas personas tóxicas. Claro que no hablo de ti— respondió la contraria con una falsa preocupación al ver el semblante furioso de su hermanastra mayor.
—Da igual. Tráelo pronto— con pisadas marcadas, Yangmi abandonó el aula. Mientras salía se percató de la presencia de Hoseok, quien se encontraba recargado en el marco de la puerta —. Está mal escuchar conversiones ajenas, bombón.
Con un guiño y un beso en el aire se despidió la mujer, en cambio Hoseok se limitó a rodar los ojos con un ápice de fastidio.
Yeongsoo dejó salir un gran suspiro, recargó su espalda contra la pared, deslizándose levemente hasta que sus piernas tocaran el frío asfalto. Se colocó en una posición fetal, deseando que aquella disputa no hubiera sido real.
—Tiene razón— murmuró quebrantada —. ¿Quién me podría amar?
Las suelas de unos zapatos resonaron por el suelo, llamando la atención de la joven, logrando disipar por un momento la tristeza que comenzaba a abundir en ella.
Alzó su cabeza encontrándose con unos orbes chocolatados, tan lindos y expresivos que te dejaban maravillado. Hoseok le regaló una sonrisa, ésta tenía una forma de corazón, Yeongsoo pensó que era demasiado linda para ser vista. Él le extendió la mano, dubitativa lo agarró y fue jalada con delicadeza hasta estar nuevamente en pie.
—Yo puedo ser tu novio— ella lo observó atónita y él carraspeó queriéndose corregir —. Digo, ser tu novio falso, para así hacer creer a tu hermanastra sobre que tienes a alguien más.
—¿Y eso a ti en qué te beneficia?— cruzó sus brazos entre su pecho, mirándolo con suspicacia.
—Digamos que...— no hallaba una buena excusa, sentía como los nervios recorrían todo su cuerpo.
—No me digas— soltó —. Sé que quieres mi dinero, sabes que mi familia es adinerada, ¿no es así?
Por supuesto que lo sabía, pero esa no era la respuesta que quería. Pero sus labios formularon un "sí", regañándose mentalmente por no dar la razón verdadera.
—Bien. A partir de ahora serás mi falsa pareja, me amarás y tú me enseñarás a amarte. A cambio de eso te daré un sueldo. ¿Trato?
—Trato hecho, princesa. Ahora pásame tu número.
Ella creía que el amor era algo innecesario, puesto que nunca fue conocedora de aquel profundo sentimiento. Sin embargo, a partir de ahora debía de aprender de aquel, y quién mejor sabía de eso que Jung Hoseok, un chico demasiado enamoradizo
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Holis no mas vengo a avisar que como el one shot es muy largo, entonces lo publico por partes ^^ ..eso es todo
SI DAS UN 💕 TE DARÉ UN 🍭
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~~ Amor sin Filtros~~ Jung Hoseok [One shot]
RomantikHoseok caminaba alegremente entre los pasillos de la preparatoria, ¿había una razón para irradiar tanta alegría? No, la esencia de ese chico era así que hasta el iceberg más grande y frío de la historia se derretiría por su presencia Claro que había...