CAPÍTULO 9: PASADO CON PRESENTE

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5:50 a.m.

La alarma suena como siempre. Pero él le gana, como siempre. Sus ojos abrieron a es de las 5:30 de la mañana, incluso antes de que salgan los primeros rayos de sol. No importaba en qué zona horaria se encontrará, siempre era así, ¿será por qué esa hora fue importante? No lo sabe ni lo piensa mucho. Hay muchas cosas que deben quedar atrás, en el pasado o si molestan, eliminarlas. 
Aquel hombre se sienta, puede ver como hay esa combinación de la noche que se resiste a irse y el nuevo día que se va imponiendo, a través de sus cortinas. En unos minutos más tocarán a su puerta, era otro día con una agenda programada como cada día. Por ahora, ese hombre estaba satisfecho con su posición, con el lugar que tenía en el país. No cualquiera es el Primer Ministro. Se pone de pie y va rumbo al baño, se daría una ducha rápida, para cuando salió ahí se encontraba su asistente. Era un hombre de contextura delgada, usaba lentes y a traje.

- Primer Ministro, buenos días -le hace una reverencia- su desayuno está servido.

- Buenos días -le sonríe y toma asiento- ¿cuál es la agenda de hoy?

- Tiene una reunión con el Cardenal. Después, una comida con el presidente de España, para ir planificando posibles tratados entre países. Es necesario dejar las pautas precisas para cuando venga el presidente.

-Entiendo. Bueno, buen provecho Andreu. Tú también aliméntate por favor.

-Gracias por su gentileza Primer Ministro. No se preocupe, yo ya comí.

Y así era, palabras gentiles, gestos gentiles, una mirada encantadora siempre. El Primer Ministro Choi sabía cómo moverse en ese mundo. Pero claro, por ahora solo necesitaba un momento de descanso para poder comer sus alimentos y alistarse para este viaje protocolar. Siempre que realizaba algún viaje era noticia o portada de algún diario. ¿Cuánto se esforzó por ello? Mucho. Muchísimo. Esa reputación, respeto, admiración se lo ganó a pulso. De buena... o mala manera. Incluso con esa mujer y la porquería de gemelos que tuvo. Esa alcohólica era tan molesta y persistente.

"Yo puedo ser ella"

Le decía, ¿Cómo sabía? Era una piedra en los zapatos, viniendo a él a cada rato. Siendo la mujerzuela que era en realidad hasta que "logró" lo que quería: embarazarse. ¿Era su sueño rosa? ¿Creía que vivía en un cuento de hadas? ¿Qué tan estúpida tenía que ser? Solo recordar su mirada cuando le dijo que abortara, que solo era una mujer más. Eso era la gloria, poder pisotearla. Pero claro, él no esperó que esa mujer los tuviera. Aunque había una gran distancia entre el embarazo y el parto... y nunca se sabe qué podría pasar. A veces las mujeres pierden a los bebés en camino. Peor aún si tiene una fuerte adicción con el alcohol. Intentó ser los más "amoroso" y así ella pierda a esos gemelos, pero su maldita suerte no estaba a su favor. No como tantas veces. Por eso ahora eran dos piedras en el zapato. Desaparecidos, pero no dejaban de ser una molestia. Pero no tenía tiempo que pensar en nada de eso. Tenía un día muy ajetreado y era mejor dar la mejor cara.

La agenda no solo terminaba con dos visitas protocolares con énfasis de unir dos países y mejorar sus relaciones, también había un interés por dialogar con el grupo petrolero de los países árabes. No había duda ante nadie que ellos eran dueños de casi el 90% del crudo de todo el planeta. Y como "buen" Primer Ministro, tenía que intentar dialogar para poder llegar a algún acuerdo beneficioso para Corea. O dejar que, por ahora, el presidente se lleve los aplausos por sus grandes estrategias de planificación y negociación. Era bueno que ante el ojo público se lo vea como un hombre que busca el interés de su nación por sobre todas las cosas y más aún, que es un equipo con el actual presidente. No obstante, no solo se trataba del "bienestar" de su nación, quién sabe y había alguno de esos grandes empresarios que quería discutir sobre petróleo en un lugar más privado rodeado de hermosas mujeres, uno nunca sabía.

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