Aquello debía de ser una pesadilla. Al menos, eso se decía Marinette, cuando aquel por quien tanto tiempo había suspirado, se iba a casar, y no precisamente con ella.
Después de años de amistad y sentimientos inconfesados, Adrien Agreste iba a contraer matrimonio con Kagami Tsurugi. Nada más conocer la noticia, la antigua portadora del prodigio de la buena suerte se hundió en la miseria.
En cuanto Hawk Moth se rindió en la batalla, y misteriosamente entregó los prodigios de la mariposa y el pavo real, todo regresó a la normalidad. Sin villano de por medio, ya no se necesitaban héroes; por lo que tanto Ladybug como Chat Noir abandonaron las calles de la ciudad, para vivir sus vidas como a simples civiles.
Uno y otro tenían propósitos para su libertad. Pese a ello, esos propósitos no eran comunes; pues si el felino seguía obstinado en conquistar a su Catarina, ella solo tenía ojos para el chico que se encontraba bajo la máscara.
Así que, cuando sus caminos fueron a dividirse, el deseo de conocer a quien se encontraba tras el antifaz quedó frustrado ante la negativa de la azabache. No quería poner rostro a aquel que tenía que rechazar para seguir los dictados de su corazón. No quería lastimar a su amigo y fiel compañero de batallas. Aunque, a veces lo que uno desea no puede ser posible.
Quizás por eso sus intenciones de confesarse a Adrien fallaron estrepitosamente. Pues por amor que llegara a sentir hacia él, Chat seguía presente en sus pensamientos.
Aún y así, y por más que entonces lo anhelara, poco podía hacer para impedir el compromiso del modelo. Por lo que no le quedaba otra que conformarse en ser su amiga hasta que el tiempo decidiera sepraralos, si ese era el desenlace que les disponía.
Faltaban dos semanas para la boda. Los amigos del futuro novio prepararon una velada repleta de actividades antes del gran día, aprovechando para pasar un buen rato con el protagonista de aquella despedida de soltería improvisada.
Durante la amena celebración, lo escoltaron sus ex-compañeros de clase y amigos más allegados. Comenzando el jornal con una partida de karts, y siguiendo con otra de láser tag.
Todo eran risas y felicitaciones para el Agreste, quien pese a agradecer la compañía de los presentes, a la vez sentía una desazón que no lo dejaba terminar de disfrutar cómo debería. Y no era el único.
La entonces ejecutiva de una importante marca de moda, también estaba por los suelos. Contemplaba desde la distancia a ese chico que, aún y haber tratado borrar de su corazón, se resistía a dejarle pasar página. Simulando una sonrisa amable ante todos, pese a que por dentro se sentía rota y desvalida.
Ya en las actividades de la noche, algunos de los asistentes se retiraron, solo quedando unos pocos para acabar de animar lo que restaba de celebración en un club del centro.
La euroasiática se mantenía al margen. No se sentía con ánimos de continuar con su farsa, por lo que cuando lo consideró oportuno, se aisló a un extremo de la barra con un vaso de refresco en la mano.
- No parece que lo estés pasando demasiado bien.- comentó Alya desde sus espaldas.
- ¿Tan evidente es?- inquirió sin darse la vuelta siquiera.
La morena se acomodó en el taburete libre a su lado, mirando a su amiga de refilón.
- Demasiado.- afirmó con calma, soltando un suspiro al divisar al modelo en la pista de baile con sus camaradas-. No entiendo por qué no le dices lo que sientes de una vez.
Su compañera la ojeó con incredulidad.
- ¿Estás de broma? Va a casarse en dos semanas.
- Con la reina de hielo.- indicó con elocuencia la de lentes.
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|+18| °OS ADRINETTE° ×WHISPERS FROM THE HEART×
FanfictionLas dudas pueden jugar malas pasadas. La indecisión puede convertirse en nuestra enemiga. Cuando todo se da por perdido, y al creer que una situación no tiene solución, es cuando dejamos que nuestros miedos nos venzan. Sin embargo, si dejamos de l...