Sus ojos dan miedo

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Un día cualquiera de Universidad se convierte en un escenario extraño, dos chicas se quedan dormidas en el salón, y una de ellas despierta y decide ir por unos plumones al almacén escucha un ruido extraño, como si alguien más se encontrará en el lugar, ella observa por la ventana de la manera más prudente posible y logra ver como un chico de aspecto extraño, desenvolvía un paquete colocado sobre los libreros, ella por curiosa decide observar y nota que en ello habían partes de cuerpos, él toma un brazo, lo muerde y al parecer ya iba a salir, ella petrificada por el suceso, decide volver a su salón sin mencionar palabra alguna, nota que su compañera aún seguía dormida, decide sentarse y retirar sus cosas hasta que ve como el joven entra como si nada al aula y se coloca en el suelo q disfrutar de su merienda, hasta que la otra chica despierta, y le da curiosidad observar, mira de forma nada prudente y el tipo la toma, al sentirse incómodo «se la va a comer» me repetía una y otra vez en mi mente, tratando de ignorar todo, me levanto y me aproximo a la salida, una vez ahí corro sin parar, porque de ello dependía mi vida, Dios hay tantas escaleras, siento que no llegaré, lo escucho ir detrás de mí, sigo corriendo, temerosa, no hay ni una sola persona cerca, todos estaban en el primer nivel y yo sentía que iba en el piso 20, sigo bajando, hasta que siento que él toma de mi brazo, giro mi cabeza y veo sus ojos rojos, su rostro como un demonio, ese cabello color negro y desordenado y su boca manchada de sangre, me entra un miedo inexplicable, fueron cuestión de segundos, logre zafarme y seguí corriendo, llegue al primer nivel y le mezclo con todos, entro a los baños y veo a mis amigos, le hablo a uno y le pide por favor detener al sujeto que venía por mí, ellos accedieron pero yo seguí corriendo, escuche como mis amigos molestaban al tipo, tratando de confundirlo sobre dónde estaba yo, mientras corría note unos muros viejos donde algunos estaban jugando, decidí entrar, esperando que él no me encontrara, a pesar de haber tanta gente allí, yo lo podía sentir, él estaba tras el muro donde yo me apoyaba, sentía el olor de la sangre en la punta de mis narices, y sentía como el miedo volvía a paralizarme, al parecer él no se percataba de mi presencia y solo se retiró, confundido y lleno de irá, pensé que los sujetos como él ya habían sido quemados en la hoguera, pero no, donde hay uno hay más, la gente de alrededor, solían cazar seres como él, pero se supone que estaban extintos, pero yo sabía que no, ese día me fui pensando en todo lo sucedido, y buscando formas de acabar con ellos, camine una senda larga, algo solitaria, el pasto y los arboles me ayudaron a relajarme, seguí caminando y me cruce con una tía a quien quería mucho, la vi con ropa oscura, y con una tristeza en los ojos, me acerque, la salud y me dijo «ten cuidado, ellos me arrebataron a mi hija» y se fue, inmediatamente sentí el nudo en mi garganta, y esos escalofríos recorriendo todo mi cuerpo, así como también sentía mi ira crecer, con más razón ellos debían morir, su presencia no era aceptada, mientras seguí caminando una joven de vestido blanco se cruzó en mi camino, la observe y note sus ojos rojos, pero también note que era del tipo de presencia que suele llevarte y de la cual no te puedes defender y lo mejor que puedes hacer, es no dejar que se acerque a ti, mientras seguí caminando, pensaba en mi tía, me llene de tristeza y de irá por no poder hacer algo, luego mientras seguía caminando sentí mi cuerpo desvanecerse, menos mal dos amigas mías estaban cerca y me llevaron a casa, apenas cruzamos la puerta, les explique sobre el tema y decidieron ayudar, ellas sabían perfectamente bien a lo que me refería, nuestras familias eran conocidas por cuidar a los demás de estos seres extraños, y luego me explicaron que aquella joven de vestido blanco, era un ser totalmente extraño de quien no podríamos de momento deshacernos, hicimos una serie de conjuros para que ellos, De alguna manera no se acercaran a nuestra gente, vimos como estos se retiraban uno por uno, paso mucho tiempo y los días eran tranquilos, no habían noticias malas, no tristeza en los ojos de nadie más, mi tía se mudó, vendió su casa a una familia a quien no conocía, un hombre y su hija, pasados los meses, ella tuvo un bebe, recuerdo que todos la llamaban doncella porque era hermosa, acostumbrada ya a ese nombre, ella solía salir de casa y sentarse en la hamaca que estaba junto al árbol al frente de su casa, verla era hermoso, tan tranquila, y tan dulce, yo me dirigía para mi casa cuando note algo extraño, detrás de ese árbol estaba otra vez esta mujer, mirándola con odio, y tenía los ojos puestos en el bebé, corrí hacia ella pero me encontraba muy lejos aún, mis dos amigas me tomaron de ambos brazos y solo dijeron «olvídalo» me sentí mal, pero sabía también que no podía hacer nada, esa cosa no elige al azar, vino siguiéndola desde quien sabe dónde, y por algo, hice caso, seguí caminando y evite mirar, evite pensar en lo que pasaría, evite llenar mi cabeza de imágenes desgarradoras, con suerte doncella estaría bien... pasados los meses se corrió el rumor de que aquel bebé, era de estos seres indeseados, de que doncella había perdido a su bebe y adopto uno que no le pertenecía, no quise creerlo, pero me acerque a ella y note como siempre él bebe tenía los ojos cubiertos, y doncella solo dijo «por favor, me iré pronto, no dejes que le hagan daño» le pregunte si ella era consciente de lo que hacía al cuidar de alguien así y ella dijo que lo sabía, pedí a todos no molestarla y les prometí que se iría, así como también si ese niño regresaba seria quemado, solo así podía calmar a todos, me despedí de ella, esperando que con los años no sea la merienda de ese monstruo.

No los dejes irWhere stories live. Discover now