¿Te gusta los lobos? ¿Te gusta Naruto? ¿Te gusta ambos? Pues ¡Que bien!. Lee esta historia si tienes curiosidad con esto.
*Imágenes y personajes pertenecientes a sus autores respectivos. Solo la historia es parte de mi creación ^-^
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El invierno llegaba junto a su temblorosa tormenta de nieve que siempre cubría a todo el continente asiático; allí, en un lugar en específico de Japón, Konoha para precisar, existía un gobernante reconocido como alguien de sangre fría como la estación, pues bien sabían sus enemigos que solo bastaba un movimiento o atentado contra a ellos para que este tomara las represalias necesarias para iniciar una batalla en la cual siempre saldrían victorioso. El rey más temerario, conocido como Minato Namikaze, era alguien con el cual nadie se metía, todo el mundo lo sabía; ni sus familiares más cercanos como su reina o hijos se salvaban. Él era duro y fiel creyente de lo que creía justo, por lo que sus drásticas decisiones siempre serian vistos por él y sus fieles consejeros, no por sus familiares que tal vez en algún momento se dejarían llevar por el poder de la grandeza.
Siendo de esta manera, el rey Namikaze, era alguien que precisamente no recibía con alegría a los forasteros o visitantes inesperados, por lo que siempre se evitaba invitaciones al castillo a menos que sea un asunto político o algo de extrema urgencia, eran pocas las ocasiones en la que este último se utilizaba. Pero grande fue su sorpresa que en medio de una conferencia con los nobles de su país, un sirviente con los nervios a flor de piel, comenzaba acercarse al rey con extrema cautela ante su mirada enojada; arrodillado frente al poder más grande de la región, levanto la mirada hacia los ojos azules, quienes enarcaban una interrogante por la presuntuosa forma en la que se presentaba, interrumpiendo la conversación de la guerra recién terminada.
-Mi señor-hablo entre tartamudeos y sudor frío por la presión- Le vengo a informar sobre la llegada de una forastera que desea hablar con usted, dice que el asunto es de extrema urgencia.
- ¿Quién se atrevido a venir sin avisar? -frunció el ceño por el enojo- Dile que se retire, que no la recibiré a menos que sea algo relacionado al país o la familia real, si es para otra cosa, que se retire o que hable con los consejeros que hay allá afuera.
-Le dije eso mi señor, pero la señorita está insistiendo en que quiere hablar con usted-trago saliva- aparte me reclamo que si no lo hacía, ibas a ver la furia del reconocido clan del zorro, Uzumaki- tembló al recordar los ojos púrpura de la furiosa mujer que lo miraba con amenaza.
- ¿Uzumaki?-pregunto con asombro, levanto su mirada con interés
-Si mi señor, eso me dijo-siguió hablando con precaución- la señora Uzumaki también me dio un mensaje para usted-el rey lo miro expectante, por lo que ya con confianza le transmitió lo que aquella mujer le dio- Si no me recibes por las buenas, por el bien de tu familia y reino, es mejor que lo hagas, esto tiene que ver con la guerra y un secreto que lo involucra a usted-imitando la voz gruesa, pero femenina con lo que le dijo, Minato solo empezó a pensar- eso es todo lo que me transmitió, si deseaba más información me declaro que debía dejarla pasar para hablar en privado con usted.
-Llámala, haz que pase y recíbela como un invitado real-le ordeno- si hay alguien con ese apellido que desea pasar, no dudes en hacerlo, los Uzumaki's son un clan muy respetado y antiguos, una de las familias fundadoras de nuestro reino
