El diario de... ¿Quien?

Capitulo 3.-

Damian

—¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué tanto alboroto? —Se acercó el profesor y le arrebato el diario a Frank — interesante... ¿Así que usted escribe? — levanto las cejas y se dirigió al frente del salón — Como su compañero no sabe leer en voz alta, yo les leeré este libro escrito por el mismo, ¿les parece? Ahora resulta que se cree escritor espero y sea un best seller.

—Yo no... — Frank se levantó de la butaca molesto.

— ¡Siéntese y en silencio! — regaño a Frank mientras todos los compañeros reían, comenzó a hojear el diario nuevamente.

14 de febrero

Querido diario a pesar de que es San Valentín quisiera algún día recibir tantas cartas como la odiosa de Lucia ella es una hija de...

—Hasta aquí llegará esta lectura — el profesor serró de una el diario un poco nervioso, él ya se había dado cuenta de que ese diario ni en sueños era de Frank y no precisamente eran poemas.

—¿Continúe por favor, yo si quiero saber de quién es ese estúpido diario? — grito una de las amigas de Lucia.

—¡Basta!, llevaré esto a la dirección — el profesor salió del salón de clases.

—Silencio todos — Grito nuevamente la chica poniéndose en frente — Lucia viene hacia acá — nos mostró su teléfono— le envié un mensaje así que más vale que hablen... ¿Quién escribió ese estúpido diario?

—Tiene que ser alguien de este salón o...— entro Lucia al salón molesta, como ya lo había dicho, es una de las chicas más deseadas por los hombres de la prepa, pero es raro que alguien se atreva a meterse con ella porque es la abeja reina del lugar aparte de Emily.

—O alguien que nos conoce — dijo Frank

—Pues pobre, si me llego a enterar quien escribió esa porquería lo pagara muy, pero muy caro— dijo Lucia

Ana

No podía creerlo, tenía los nervios de punta, sentía que la tierra me comería viva cuando vi los mensajes que me llegaban a los grupos de WhatsApp algunos comentaban que había un diario que hablaba de cada uno de los alumnos de la escuela y no era así... solo hablaba de algunos, mis compañeros del salón estaban furiosos porque era mi responsabilidad que no llegara a manos de nadie más y lo peor del asunto era que Frank lo tenía— ¡Maldición!— grite de frustración.

— Señorita Ana, ¿Se encuentra bien? Se acercó la profesora de literatura a mí un poco preocupada y todo el salón me miraba con cara de que me querían matar.

—Si estoy bien es solo que... ¿No se da cuenta? — cambié el tema y el profe frunció el ceño— hoy me hago más vieja, ¿Puede creerlo? —¡Trágame tierra y mándame al infierno!

—¿Qué? — se rio un poco — señorita hagamos algo — se quitó los lentes mientras sonreía — valla unos minutos fuera y tome aire...— me levanté de la butaca sin dudarlo— espere tome lo que reste de clase y recíbalo como regalo de cumpleaños, solo despeje su mente — le sonreí y salí del salón mientras todos me funaban con la mirada.

Tome un autobús y me dirigí a mi casa, a toda costa tenía que quitar ese maldito diario de las sucias manos de Frank antes de que alguien más leyera algo de su contenido y la manera más fácil de llegar a Frank es Damián ¡Maldito el día en que la psicóloga nos dijo que lo escribiéramos!, ahora tengo que idear un muy buen plan.

PLAN A:

Hoy veré a Damián en el restaurante y lo más sencillo es pedir su ayuda tal vez él ya sepa todo lo que está pasando, él es mi amigo me tiene que ayudar, me conoció antes que los cavernícolas de sus amigos, solo espero y no haya leído nada, hay demasiadas cosas fuertes en el que nadie debe saber.