O1. Puppy

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Summary: Donghyuck se ahogaba en la soledad de propio departamento, Mark se encargaría de que su pequeño fuese siempre feliz.

Palabras: 2,058
Advertencias: Ninguna

PUPPY

🐶🐶🐶

Habían pasado oficialmente dos semanas desde que Mark y Donghyuck tomaron la decisión de vivir juntos.

Y no por el hecho de que llevaran bastante tiempo saliendo, sino porque simplemente estaban cansados de tomar todo tipo de transporte para llegar a la universidad, los primeros años no fue la gran cosa, hacían cuarenta minutos en autobús, tanto de ida como de venida, ¡Y ni hablar los días en los que su horario los orillaba en tener que tomar el vehículo más tarde! Siempre saturado.

Fue larga la discusión que tuvieron con sus respectivos padres para que les dieran el permiso, a pesar de que, literalmente ya eran adultos. La madre de Donghyuck fue quien más indicaciones le dio a Mark acerca de cómo cuidar de él y cosas por el estilo, como si su hijo no fuese lo suficientemente maduro para cuidarse por sí solo y encima se lo encargaba haciéndolo sentir un niño pequeño, algunas veces, su madre lo avergonzaba de formas agonizantes.

Y cuando se atrevía a encararla, la mujer saltaba con su típica excusa que el moreno ya se sabía al derecho y al revés: "¡Yo te parí! Muchacho malagradecido, tú me debes la vida". Y en sus adentros Donghyuck respondía: "Sí, bueno, pero yo no pedí nacer". Aunque bien, nunca se lo dijo de frente, prefería ahorrarse un enorme monologo como respuesta a su broma.

En aquellas dos semanas viviendo muy, muy lejos de su sobreprotectora madre y su estricto padre, nunca pensó que tanto su cuerpo como su alma encontraría una especie de paz mental en la soledad, eso y sumándole el hecho de que ya no tenía que correr tras el autobús por las mañanas ni luchar por un lugar para tomar asiento.

El pequeño departamento que rentaron estaba a la distancia perfecta de la universidad para ir y venir caminando sin problema, por supuesto ambos se habían dividido el pago de la renta, Mark había conseguido un empleo de medio tiempo en una veterinaria cercana, mientras que Donghyuck... bueno, aún estaba buscando algo que hacer.

Sus padres le habían dado cierta cantidad de dinero, para los primeros días, en lo que se adaptaba y todo eso. Pero ya comenzaba a asustarle como poco a poco su pequeña caja de ahorros iba perdiendo la inicial enorme cantidad de dinero que deposito en ella.

-Llegue -escucho su tan conocida voz favorita avisar desde la entrada del apartamento, el menor dejo sus apuntes de lado y corrió en busca de su pareja para darle la bienvenida.

Era curiosa la manera en la que Donghyuck permanecía dentro de casa, o como prefería llamarle "su nidito de amor". A penas salía de clases y ponía un pie dentro del apartamento, se transformaba en un oso de peluche, aun cuando estuviesen a cuarenta grados centígrados, su fiel pijama amarilla con estampados de ositos nunca podía faltar. Regalo a cortesía de Mark Lee en su segundo aniversario.

-¡Bienvenido! -le recibió rodeando con ambos brazos el cuello del mayor, Mark correspondió al instante rodeando la cintura de su novio con ambos brazos, siempre eran así de melosos, quizás un poquito más de lo normal desde que se habían mudado. Daba esa cálida imagen que Hyuck observo durante años cuando su padre llegaba agotado del trabajo y su madre lo recibía de la forma más cariñosa posible.

Como si fuesen un matrimonio, aunque seguía sintiendo que algo hacía falta y le molestaba no tener idea de que era ese vacío en su pecho cuando Mark lo dejaba solo en el apartamento, y no es que fuese dependiente de su pareja, simplemente no terminaba de acostumbrarse a la sensación de estar en completa soledad, sin su madre gritándole desde la cocina que ya estaba la comida, o sin él cuchicheo proveniente desde el cuarto de su hermana, no había día en que no llevase una amiga a su casa.

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