...Narrativa de Mackenzie...
Con la información que me termino dando Sion puedo sacarme esta piedra del zapato, entre más hago este trabajo me siento como una clase de policía o un detective ¿Se supone que una agente de la mafia haga esto? bueno también soy la hija de la mafia... ya me estoy desviando del pensamiento principal.
Tenía tantas cosas en la cabeza que decidí relajarme y bailar un poco, la canción era buena y me dejé llevar bastante, hasta que mis ojos se toparon con unos ojos profundos, tanto como los de un tiburón en plena cacería, pero estos no me daban miedo, me daba más miedo el hecho de que me ponían nerviosa, estaba sentado, solo, mirándome fijamente como si de eso dependiera su vida. Yo sigo bailando para disimular, pero siento que ahora lo hago para él como si nadie más estuviera aquí, lo veo recostarse en la silla y no puedo evitar ver todo su cuerpo, desde sus piernas hasta la cabeza toda tallada por los mismos ángeles, lo veo morderse el labio ligeramente y por un segundo quise hacerlo por él. Me llevo el cabello hacia atrás y él toma el último sorbo de su bebida para luego levantarse, ya estando cerca de mi deje de bailar, su boca se ubicó a casi nada de tocar mi oreja y dijo.
—No pares, te vez muy hermosa cuando bailas —no pude evitar sonreír—. Tan bien eres hermosa cuando sonríes.
Sus ojos desde esta distancia reflejan una ligera sombra dorada, no es casi visible.
—¿Qué haces aquí? —pregunte.
—¿Tuve un sueño de que estarías aquí? —me agarró por la cintura sutilmente.
—Entonces ¿Eso me hace ahora la chica de tus sueños? —con un ágil agarre me dio la vuelta quedando pegado a mi espalda y comenzamos a bailar con ligeros pasos.
—Desde la primera vez que te vi, no paro de soñar con el día de poder volver a verte —ese comentario me confundió por lo poco que llevamos de conocernos, pero supuse que era pura coquetería. Su respiración se sentía en cada vello de mi nuca, algo me dice que su sonrisa pícara salió a la luz. Nos sumergimos en la música tanto que nos perdimos por completo en nosotros, sus grandes y varoniles manos reflejaban su deseo de poseerme con cada agarre y cada caricia, las dos estaban posadas en mis muslos haciendo que mi cuerpo estuviera más unido al de él, pero una de ellas se liberó de su trance para subir lentamente por todo mi torso así llegando a mi cuello, agarrándolo sutilmente haciendo voltear ligeramente mi cabeza a su favor, sus labios jugaban a tentarme, rozando con suavidad por la comisura de mis labios y dejando pequeños besos en mi mejilla y cuello, uno que cada suspiro de excitación se liberó de mi boca, sentía como mi piel me traicionaba, erizándose cada parte de mi— Dios como me encantas —después de decir eso con tanto anhelo su otra mano rodeó mi cintura y me miró a los ojos con un brillo embriagador y su sonrisa encantadora— Me tienes rendido ante ti, eres una Diosa.
Luchando contra mis más grandes deseos, me mordí el labio inferior para ponerlo en claro en algo
—No es posible creer lo que dices cuando ni conocemos nuestros nombres —mi voz reflejaba mi lujuria y mis verdaderos deseos.
Dejamos de bailar y me acomode en sus brazos quedado frente a él, puso un gesto intenso y pensante mientras me miraba. Se remojo los labios, hecho su cabeza hacia atrás y suspiro para luego volver a mirarme.
—Trevor...
Ya va que ¿me acaba de dar su nombre?
—¿Entonces te llamas Trevor? —tanto lio para dármelo ahorita, tal vez pensó que soy una amenaza para el.
Juntó nuestras frentes con los ojos cerrados y me confirmo.
—Sí, me llamo Trevor
—¿Sin apellido?
Este presiono sus labios y negó.
—Por ahora solo soy Trevor.
—Yo... —fui interrumpida con una voz cariñosa.
—No es necesario que me digas el tuyo, se quién eres —quede un poco impactada con lo que dijo, no sabía cómo reaccionar, era campo desconocido para mi esta situación. Le agarré el rostro y vi la combinación de expresión de sumisión y chico lindo que tenía, vi que no solo bromeaba. Mi sonrisa desapareció, quería confiar en él más que nadie en ese momento, pero no puedo dejarme llevar por algo que puede ser solo eso, solo un momento.
—No, no sabes quién soy —me separé de él haciendo que mi cuerpo extrañe la sensación de estar rodeada en sus brazos y eso me asustó. Él puede llegar a ser un engaño.
—Mackenzie, se más de ti de lo que piensas —tomo pausa— hasta las cosas más atroces de ti —no dejo su tono dulce, me agarro de las manos, odie sentirme tan segura en ese instante con un completo desconocido, lo peor es que el me conoce, pero no sé con qué intensiones. Mis ganas de saltar a sus brazos incondicionalmente me están creando terror.
—Fui muy descuidada —dije mirando al piso, volví mi mirada a el— Pensé que lo nuestro fue casualidad, pero tu objetivo era solo acercarte a mí.
—¿Qué? No Mac... —sonaba angustiado, sus manos subieron a mis brazos.
—Ya entiendo por qué alardeabas que tenías muchas respuestas y... —fui interrumpida
—Mac escúchame, algo muy grande está pasando y necesito tu completa confianza y atención por favor solo...
—¡Para con esto! —grite molesta, la música amortiguo lo suficiente para que solo algunas personas voltearan a ver, pero lo más seguro nos confundirían con una parejita en conflicto, al ver eso trate de sonar más calmada— Por favor ¿Quién te envió? ¿Y porque tratas de seducirme? —le di en el pecho con uno de mis dedos muy molesta— Dime que no eres otro fanático loco de la mafia —su expresión se tornó triste, su agarre era fuerte, pero me soltó.
—Las cosas serán más claras pronto, fue mal momento —dijo para luego yo irme sin mirar atrás.
Me conozco y sé que soy más blanda de lo que soy en el exterior, pero fui entrenada para no confiar en nadie que no conozca y menos si este sabe de mí, y si volteo no dudaría en correr hacia él para volver a sentir el licuado de sentimientos hermosos de seguridad y pasión que sentí en ese momento, y que nunca los había sentido así con nadie, no de esta forma. Pensar que solo pasó en unas cuantas horas estando con él ahí, con Trevor.
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MAC.
General FictionEn un lugar repleto de crimen y basura humana ¿sera posible que la inocencia en una chica en estas condiciones exista? Mackenzie tiene un pasado del cual no puede escapar y un presente que la deja con las manos manchadas . . ¿Que tanto Mac tendrá q...