Si adivino...

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Soy _______, una semidiosa hija de Atenea, y justo en este momento me encuentro observando a Nico di Angelo mientras él entrena, claro que para el sólo soy una simple conocida en la cual por obra de las moiras nos tocó ir a una misión juntos, pero para mi él es mi todo, durante la misión pude conocer un poco más a Nico y conforme descubría más de él, más me encantaba hasta el punto de estar perdidamente enamorada.

Es un semidiós muy fuerte y no hay que verlo pelear para saber eso, además de que todo el campamento sabe que el peleó en ambas guerras tanto en la de cronos como la de Gaia, en pocas palabras era alguien inalcanzable, con solamente su presencia imponía poder y respeto, claro que muchos campistas le tienen miedo y tratan de alejarse, pero estoy segura que si lo conocieran sabrían que es mejor de lo que aparenta.

- ¿Qué haces ahí, _____? - escuché la voz de Annabeth detrás de mi, salgo del arbusto en el que me encontraba y me limpio las hojas que se me pegaron a la ropa.

-Nada, sólo estaba haciendo el método de observación para una investigación en la que estoy trabajando

- ¿ah si? ¿Y de qué trata?  De hacer que Di Angelo no te vea o de que tan despistado es.

- ehh nooo- me puse nerviosa, no sabía que más decir

- Se que te gusta, deberías usar ese cerebro que heredamos de nuestra madre para  pensar una manera de acercarte a él

- Estás diciendo que use un truco de pensamiento para engañarlo y así poder besarlo, tienes razón Annie- claro como no se me había ocurrido le pondré un pequeño problema en el cual yo salga ganando y le pediré que cierre los ojos, en ese momento lo podré besar como siempre he tenido en mis más grandes sueños

-No me refería a eso, me refería a...

- Gracias Annie, haré lo que dijiste - la interrumpi y salí corriendo para alcanzar a Nico que ya había terminado su entrenamiento y ahora se dirigía a su cabaña.

Cuando estuve por llegar cerca de él, mis pasos se hicieron más lentos hasta que por completo se detuvieron.

-Hola Nico - saludé a sus espaldas pues el estaba apunto de ingresar a su cabaña

-Hola, ¿qué necesitas? - dijo serio

-oh pues, ehh yoo- ay no me puse nerviosa, odio estar así pues las palabras no fluyen como me gustaría- quisiera, bueno si tu quieres, que pues, he leído un libro y pues quería mostrarte lo que aprendí, te parece?

"Rayos, ni siquiera yo entendí lo que dije"

-¿Qué?- dijo Nico mientras alzaba una ceja mostrando claramente su confusión

- Bien, directo al punto- me arme de valor para decir las siguientes palabras- tu me dirás un número y yo  adivinaré cuál es, si adivino correctamente sólo tendrás que cerrar los ojos y ya, te parece?

Nico se mostró dudoso, incluso se tardo su tiempo para contestar.

Bien, si adivinas el número que estoy pensando haré lo que me dijiste- mostró una mirada de superioridad como creyendo que será imposible que lo adivine.

- Bien, piensa un número, duplica ese número y sumale 4, y después dividelo a la mitad, ¿Cuánto te dio la operación?

- 10

- Entonces el número que pensaste es 8- dije con tanta seguridad

-¿Cómo, cómo lo hiciste?- se quedó asombrado mientras intentaba descifrar la forma para saber la respuesta

- Matemáticas, todo esta en las matemáticas, ahora como yo gane tendrás que cerrar los ojos

Nico con desconfianza y algo de fastidio cerró los ojos, aprecie cada parte de su rostro para luego acercarme a él y en un ágil movimiento  juntar sus labios con los míos, el abrió los ojos asombrado y parece que se quedó en shock pues no se movió.

Después de unos segundos más me separé y salí corriendo hacía el bosque con una gran sonrisa, quizás ya no me vuelva a hablar en su vida pero aún así no podrá borrar la sonrisa que tengo, pues desde hace tiempo he imaginado la sensación que sentiría al besarlo y simplemente es grandiosa.

Nico di angelo (one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora