Ojala que alguien me encendiera el alma y me hiciera perder la cabeza, y hacer cosas que nunca hice. Pero por amor. Porque quiero que el amor gobierne mi vida en todos los sentidos.
La luna con su blanco matiz alumbraba con afán la noche serena y muda, su cabello rubio se mecía al compás de la brisa primaveral. Su mirada azulada se centraba en un punto desconocido, mientras su sombra esbelta tendida en el suelo era su única compañía en la umbría, se mantenía así, callado sin decir nada atajando lagrimas que de vez en cuando se asomaban a sus ojos y resbalaban por sus mejillas rosadas
-No has cambiado nada -dijo casi con la voz quebrada mientras tras el alguien se posaba-
-Tú también sigues igual -Le respondió una voz masculina, es un joven de cabello verde y mirada intensa
-Te equivocas, he cambiado, no soy el niño que dejaste abandonado en aquella banca
-Eres el mismo tonto que ahora me da la espalda
Se volvió suavemente para verlo a los ojos, nada parecía haber cambiado en aquel muchacho de rebeldes cabellos que hace años le robaba el sueño
-¿Quién te avisó de mi llegada?
-No hace falta que alguien lo haga, tu presencia no es fácil de ignorar
Emitió una sonrisa vacía al momento en que él se sentaba a su lado, tan sólo sentir su presencia le erizaba la piel, su corazón de pronto se aceleraba y su voz se acababa, en cambio él disfrutaba verlo temblando de nervios al sentir el más mínimo roce de su piel
-¿No preguntarás que me hizo regresar?
-Tus razones tendrás
-¿No las quieres averiguar?
-Guárdalas para quien las quiera escuchar... -le dijo intentando sonar lo más duro posible
Sin embargo él sonrió de medio lado, mirando reposar junto a él a su ex amor
-Aunque te intentes ocultar tras ese velo de orgullo todavía puedo ver a ese niño de años atrás
-Ese niño murió...
-¿Y con el sus sentimientos?
-Aprendí a luchar con las cosas que no puedes cambiar, con aquello que no vuelve más, no es que haya sido fácil olvidar pero los días ayudan y las heridas cierran... es mejor así, vivir dejando de lado las cosas que hacen daño...
-Y yo te he hecho daño...
-Pasé tantas noches de angustia llorando tu partida, pero ya no me queda llanto que darte ni noches en vela para recordarte, te convertiste sólo en un recuerdo para mí, un lejano sueño que desapareció en una remota infancia
-¿Entonces para quien son esas lagrimas? -le dijo secando su llanto fugitivo- siguen siendo sólo para mí... - musitó recorriendo con sus dedos su mejilla-
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QUIESIERA NO VERTE
RomanceTe perdí... no sé porque pero ese sentimiento pudo más... te amé, no lo puedo negar, mas no te pude ver, no lo quise reconocer, y hoy... hoy no me queda más que este vacío en mi interior, esta inmensa soledad, esta amargura de saberte lejos, el desa...