Decorando de 90's mi vida.

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Entonces tomé mis pocas cosas, las que siempre me acompañaban y me retiré del bar cuando por milésima vez volví a embriagarme sola, sin motivaciones pero con las mismas ganas de todo aquel mes, pues mi rutina mañanera se había vuelto bastante constante, mis asfixiantes principales: la disquera y la banda; ambos sin querer hacerlo, me sofocaban. Ya no era divertido reunirme con ellos cuando únicamente sentía que pedían demasiado y lo otorgado por ellos, sabía siempre yo; era minúsculo. Respiraba exigencias y aspiraba reglas, la incesante maldición en la que me vi presa. Era consciente de la consecuencia de mi hábito, ya que íbamos retrasados con las fechas, teníamos que entrar ya al estudio a grabar el nuevo disco e incluso yo; no tenía ni una canción compuesta.

Mi periodo de inspiración se hallaba nublado y la gente con la que compartía mis mañanas únicamente sabían decirme: "¿Qué se va a servir usted?" y "Acá está la cuenta" . Aquello no me ayudaba para nada a encender la chispa de fluidez; a mi ya no me nacía nada que no sea apatía que irradiaba y con furia desde lo más profundo de mi alma que se hallaba vacía de placer. La música no llenaba mi ser, no alcanzaba pues diariamente perdía la batalla contra mis demonios que en momentos como ese se presentaban en presión y exigencias de ir siempre en contra de mi enemigo principal, el tiempo. 

Y si no estaba peleando contra mis demonios trataba de lidiar con ellos, llevaba casi un mes mandando al carajo a mi grupo, productor y manager en todas las reuniones improvisadas /hechas siempre de mañana, tres o cuatro veces a la semana/  mandarlos constantemente al carajo y levantarme, alejarme de ellos para que antes del mediodía ya me hallase encantinada y condicionada a no salir de ahí hasta que me diera la noche o me zumbe la cabeza. Sin embargo ,en ese bar existían días en los que me era imposible pasar desapercibida y me reconocían, mediante efímeras fotos y autógrafos me ahuyentaban del lugar. Pero aquella noche no fue ese día, la remembranza se ponía nítida y se me erizaba la piel al pensarlo, fui yo quien por propia voluntad decidía retirarme del local bastante avanzada de copas para complementarle a las escasas ganas, el ánimo perfecto de ir a uno de esos garajes y escuchar a alguna emergente banda de punk que acá en Seattle, muy común era hallarlas en el anonimato.

El frío de la ciudad por la noche se sentía y fuerte, ni siquiera el alcohol que bombeaba desde mi corazón servía de calefacción improvisada para un cuerpo con rumbo pero una alma sin parada fija.

Mas no estaba sola, la fría noche que soledad siempre me otorgaba, me dio un compañero, a quien supe querer, olvidar y extrañar en el tiempo que lo conocí, y lo vi; lo venía venir hacia mí. Tambaleante siempre, lo reconocí por su caminata sixageante y sus fachas de encubierto. Pasó por mi lado pero me ignoró, yo ya estaba acostumbrada a sus distracciones que sabía no eran espontáneas sino estimuladas por la heroína que hacían que pareciese más inconsciente que despierto.

—¡Hey Kurt­­—le dije al empujarlo bruscamente y casi tirarlo hasta el piso.

—¡Qué te pasa!—me contestó bastante alterado haciendo el falso ademan de querer golpearme pero luego de unos segundos se mantuvo derecho,me reconoció y me lanzó un congelado:
—Hola—
Me saludó ahora sí y tras quitarse las gafas negras y la capucha de la cabeza me miró a los ojos y me sonrió.
—No te había reconocido— finalmente agregó y se lanzó a mis brazos otorgándome su típico afecto, para darme el abrazo que yo merecía recibir pero que no esperaba para nada. 

Estimulado altamente por las drogas, el tan distraído Kurt, no lo veía hace varios días que me parecieron una eternidad alejado de él, recordé entonces nuestra última charla, la novedad de incluirme en la lista de personas que sabían que grabaría un unplugged para la Mtv, una nómina muy reducida y exclusiva, claro está; a la que ahora yo también pertenecía pero no me importaba mucho ya que aquella, era temática de la que seguramente él no quería detallar y ha estás altura de la noche; ni siquiera mencionar, por eso de inmediato averigüé su procedencia y curioseé.

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