el menor no sabía que excusa darle a su mayor, estaba muy pensante en cuanto a eso. quería salir ya, lo más antes posible. pensaba y pensaba, pero no encontraba la forma de excusarse sin ser descubierto en el acto.
— hyung, creo que iré a dormir. —habló después de haber repetido la idea en su cabeza miles de veces— estoy cansado y aún me duele el cuerpo por la paliza. —siseó al tocarse su labio.
— ¿no quieres estar aquí? sabes que no pasará nada, me aseguraré de que así sea, innie. podemos hacer lo que quieras, pero quédate conmigo aquí.
— no es eso, jinnie. sabes que aún así temo y no quiero preocuparte de más, sólo dormiré. sabes que amaría estar aquí junto a ti haciendo lo que sea, pero me siento mal.
— hey, sé que tienes miedo, pero sabes bien que yo estaré para ti, siempre te cuidaré, no quiero que estés asustado. lo que menos quiero es que sientas algún tipo de temor, no me gusta eso. —acarició el hombro de su amigo y lo miró con una sonrisa dulce— estaremos bien, es una promesa.
— gracias, en serio. te quiero mucho. —lo abrazó y el otro susurró que lo quería aún más.
saldrá a depurar, no sabe si volverá vivo y con mucho dinero o si volverá en un cajón. posiblemente este podría ser su último abrazo y ninguno de ellos sabría.
únicamente el destino era quien tenía la respuesta.
. . .
el menor se miró al espejo, estaba nervioso, han pasado más menos unos treinta minutos desde que comenzó todo esto.
no se ha escuchado nada, ni un solo disparo, nada. la gente al parecer no está participando, igual esto recién estaba comenzando. no está del todo seguro que puede llegar a pasar estando ya afuera de la seguridad de su departamento.
buscó la caja que había permanecido escondida estos días, no correría riesgos de que hwang la viera. vio las lentillas, se las colocó con un poco de dificultad, nunca había sido bueno colocándolas. eran de color celestes algo muy contrario a sus ojos marrones, pero las lentillas se veían de cualquier parte, es decir, brillaban en la oscuridad.
se agachó para poder sacar una caja debajo de la cama, ahí tenía el arma. no la gran cosa, pero le serviría para matar a esos hijos de puta, de eso estaba seguro.
aunque no lo negaría, sentía mucho temor.
avanzó a la puerta principal, pero antes vio a su mejor amigo. él estaba en su dormitorio, viendo un vídeo en su computador mientras sostenía su cabeza. estaba de espaldas al menor, puesto que el escritorio de hyunjin estaba cercano a la puerta.
yang se quedó viendo el vídeo con el título de la primera depuración. el asesino usaba lentillas, por lo cual se documentó todo. ver la cara de esa persona al ser impactado con esos cuchillos lo hizo ser más valiente, les gustaría tener a los estupidos así.
fue muy sanguinario ese pensamiento, tanto así que llegó a asustarse. la verdad si les tenía mucha rabia para pensar de esa forma.
el mayor al ver el vídeo se lamentaba, él estaba en contra de esto, lo encuentra realmente estúpido matar a gente para que el país pueda renacer.
si sólo supiera que su amigo va a hacer eso, que va a ser un estúpido depurador.
un monstruo.
rápidamente jeongin abrió la puerta, dudo por unos segundos si ir o no. no quiere dejar a hyunjin solo, tiene miedo. ¿qué hay si a él le pasa algo? no podrá vivir sin él, lo ama mucho para dejarlo ir, pero sabe que es lo bastante fuerte para cuidarse solo.
igual lo hará, necesita el dinero, necesita venganza.
. . .
jeongin avanza por las calles, tranquilo, no se ve nada inusual. ve a gente protegiendo sus tiendas con armas, todo es legal, incluso el robo. él encuentra que está bien, pero es arriesgado.
un tipo se alarmó de más, tuvo que gritarle al castaño para llamar su atención.
— ¿qué es lo que tanto miras? ¿acaso quieres robarme? ¡me da lo mismo volarte la cabeza ahora mismo, muchacho! —lo amenazó con el arma, se veía claramente en su rostro que sería capaz de matar por tan sólo proteger sus cosas.
mierda, mierda, mierda. a penas salí y ya me quieren matar.
pensó.
— no, no haré nada, no le robaré. —trató de sonar lo más convincente posible y es que era verdad que esa no era su intención.
— bien, —bajó el arma, dejando de apuntarle—me parece. anda a casa hijo, esto es muy peligroso para alguien como tú, eres tan sólo un niño.
había cambiado totalmente su carácter luego de confirmar que el castaño no haría nada para perjudicarle.
es que vamos, jeongin era muy delgado, alto. su carita de inocente, con rasgos muy tiernos, que lo hacian ver como un bebé.
¿qué era lo que hacía semejante cosita tratando de depurar? eso no caía en la mente de nadie que lo viera.
de lejos se ve un auto descapotable, muy peculiar, tenía luces de colores por todo su alrededor, era como una fiesta. las personas en su interior comenzaron a disparar a medida que avanzan.
¿qué diablos se suponía que debía de hacer en estos casos? no tenía la jodida idea.
yang corre rápidamente y se esconde en un callejón detrás de un basurero grande, se agacha colocando ambas manos en su cabeza.
no va a morir tan rápido. no sin haber hecho algo al respecto, tampoco podía morir de esta manera tampoco.
tan indigna, asesinado por un desconocido.
él espera que el auto pase para salir, no se dejaría ver, menos para ser asesinado. cuando lo hace, el señor con el que habló hace un minuto estaba muerto.
en pocas palabras eso ya había comenzado.
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the purge - hyunin
Hayran Kurguuna noche que cuenta con doce horas para hacer lo que quieras sin restricciones, ser un mounstro. ¿venganza es lo que más quieres? entonces, venganza vas a obtener.