Match in heaven.

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A la izquierda de Dave se encontraba una mujer vestida con un fino y elegante vestido color palo de rosa, Caroline, su esposa. Eran tal para cual, o al menos eso pensaba Alex cada que la joven señora venía a visitar a su esposo trayéndole el almuerzo, ella siempre le saludaba primero a él para luego darle una sonrisa juguetona a su marido, se le acercaba, le daba un beso pequeño, se sentaba en sus rodillas, profundizaba el ósculo, se ponía de pie e invitaba al pelirrojo, tomándolo de la mano a que la siguiera a algún despacho cercano, desde su asiento el pelinegro podía escuchar risas traviesas, pequeños grititos agudos y ahogados y gemidos descarados, mientras masticaba su propio sándwich o masticaba su ensalada, pensaba que ya había visto a ese tipo de cuerpos en su estancia en la ciudad, Cabellera rubia, brillante, perfectamente peinada, piel pálida, labios pintados de rojo, ojos azules, pechos pequeños, trasero alargado, piernas largas, manos perfectas de "no he trabajado un puto día de mi vida", podías observarle de arriba abajo y tus ojos pasaban sin distracción alguna para llegar a sus pequeños pies. Una persona criada en una familia de clase acomodada le era fácil de reconocer, ya había pasado por varias hembras de esa clase y podía dar una lista de al menos un par de motivos por los que se sentía mejor si la persona encima de ti tenía las manos suaves, otros días le parecía que la pareja tenía cierto fetiche por hacerlo en lugares públicos o la obsesión de ser escuchados por él. Escuchar lo que a pocos metros ocurría, no le molestaba en absoluto, mas bien se podía decir que le parecía divertido, siempre esperaba el momento de la despedida en que la elegante mujer siempre salía con el maquillaje corrido y su jefe con los labios con algo más de color que en la mañana. En el lugar no había espejos así que no tenían como observar el desastre.

Lo de ellos era casi un matrimonio arreglado llevaban tres años de matrimonio y tenían cinco de diferencia, el casi era porque, desconociendo los planes de sus padres, a penas se conocieron en la enorme fiesta que sus progenitores habían arreglado, congeniaron inmediatamente, los dos habían ido a buscar sexo y eso fue lo que obtuvieron, para hacerlo "divertido" Dave le apostó a que podía follarla contra la puerta del baño y ella le apostó que él no iba a durar más de quince minutos, el pelirrojo ganó y perdió a la vez llevándose la ropa interior de la joven en el bolsillo él, y ella obtuvo su linda cadena de confirmación.

De momento su matrimonio se mantenía intacto, a pesar de que amor no había ni siquiera un poco, lo reemplazaban en base a cariño, sexo y divirtiéndose como podían.

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