"DIMARIA, DEJA DE HACERNOS ESTO", le grito tras darme el susto del año y ríe incontrolablemente.
Dima una vez más nos deslumbra con su belleza. Rubia, ojos verdes, cuerpo trabajado y muy femenino, es el centro de atención siempre. Bueno, siempre que viste elegante o medianamente formal. Por lo general viste de negro, con gorra negra, gafas de ver negras (aunque no tiene problemas de vista) y más de 5 piercings en la oreja izquierda. Ojo, que aun así está guapísima, pero al menos destaca mucho menos que si llevase pantalones cortos vaqueros, blusa con escote y tacones. Por lo menos así juntos encajamos mejor visualmente. Piyo la mira fijamente, no porque le guste sino porque su meta en la vida es hacer una escultura de ella en túnica.
Intercambiamos algunos comentarios irrelevantes y procedemos a ir a clase cuando de milagro encuentro un euro en el bolsillo de la chaqueta. Oooooh sí, a por una palmera de chocolate. Me la compro, retomamos la marcha y entramos en clase.
Durante la lección me como la palmera con mis técnicas ninja para que no se note.
La mañana transcurre suavemente.
Ahora toca ver si los dioses están realmente de mi lado: examen de Mitología Clásica.
En cuanto cojo el boli me viene a la cabeza el chico de esta mañana. Sin pensarlo dibujo lo que recuerdo de su cara en la hoja de borrador y me pierdo en una espiral de pensamientos sobre el sueño de anoche y el chico.
¡PLASH! A alguien se le ha caído la regla metálica y me hace volver a la realidad. Rápidamente respondo el examen como mejor puedo y lo entrego antes de acabar los demás.
No entiendo la razón de memorizar todo esto, con saber algunas cosas generales debería ser suficiente.
Me siento en el banco de enfrente de la puerta de clase a esperar a Piyo y Dima. El siguiente en salir es Andreas, mi crush. "Si sales casi tan pronto como yo es o que te sabes todo o que no sabes nada", le digo bromeando, ya sé que le ha salido perfecto. Con eterna expresión impasible me responde, "Me ha ido mal". Conozco este desarrollo: el super-listo de la clase dice que le ha salido mal porque va a sacar un nueve en vez de un diez. "Aha. Entonces a mí me ha ido genial", le digo con ironía y me mira extrañado. Sé que sabe lo que digo, y él sabe que lo sé. También es muy irónico su humor.Pronto empiezan a salir del examen compañeros en grupos de dos y tres, algunos riendo porque saben que van a suspender y se lo toman con calma y otros llorando porque saben que van a suspender y les parece el fin del mundo. Los últimos dos en salir son Piyo y Dima, cómo no.
"¿Quieres venir con nosotros a la cafetería?", le propongo a Andreas.
"No puedo, tengo lecturas atrasadas", dice a secas. Típico de él, aunque casi no lo conozco.
"Bueno, otra vez será. Espero que sepas que no te vas a librar de mí tan fácilmente".
"Te bloquearé".
"Inténtalo si puedes". Sé que no lo hará. Puede no parecerlo pero es muy amable.
Se va y Dima, Piyo y yo nos vamos a la cafetería antes de irnos a casa.
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El Siempre Que Nunca Conocí
RomanceEria es muchas cosas: alegre, optimista, lista, simpática, desordenada... Pero si hay algo en lo que siente que falla es en tener una pasión en la vida, algo que quiera hacer por encima de cualquier cosa. ¿Qué pasará cuando encuentre a un alguien in...