What You Hide [TERMINADA] (YKG)

IX

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—¿Qué hacen ustedes aquí? —cuestionó en un susurro para que nadie más que ellos me escuchen.

—Te seguimos... También tenemos curiosidad de lo que está sucediendo.

Ya no podía hacer nada al respecto, estábamos bien alejados de los demás, por lo tanto dejé, con un suspiro, que ellos me siguieran. Caminamos sigilosos por los alrededores y me detengo al ver a Yoongi siendo atacado brutalmente por varios tipos. Quise acercarme, pero Jimin y Taehyung me lo impidieron.

Quedamos observando cómo luego de cada golpe, nuestro tutor de música se levantaba como si nada y seguía peleando, de pronto, en otro lado no muy lejos, la directora Somin estaba luchando con la misma agilidad con que Yoongi lo hacía y otras personas más hacían lo mismo, y con quienes luchaban tenían el mismo aspecto de los encapuchados de la terraza que querían llevarme a quién sabe dónde con ello y aparentemente estos son más que simples omegas.

Incansablemente la lucha siguió hasta que me percaté que habían personas desconocidas pero con el mismo propósito que seles veía a los maestros, la directora, y Yoongi de defender el instituto y los alumnos que estaban resguardados y protegidos por otros maestros alfa... pero lo que más me sorprendió es que había un hombre idéntico a Yoongi, pero este parecía llevarle el doble de la edad con un par de años más, pero en belleza parece igualarla y no solo eso, sino que había una mujer con las mismas facciones que Yoongi, su misma piel y del hombre mayor tenía su cabello, su mirada y su postura. Parecían cortados con la misma tijera. Eran casi idénticos pero la mujer y el hombre se  notaban que eran mayores a Yoongi.

—¡Yoongi, cuidado! —el grito de advertencia me hizo reaccionar y automáticamente mis ojos se dirigieron al mencionado.

Mi corazón golpeó mi pecho con fuerza al ver cómo lo golpeaban de tal manera que lo lanzaron por los cielos y su cuerpo salió volando. Sin pensarlo corrí en su dirección para poder alcanzarlo. Afortunadamente llegué a tiempo y cayó sobre mi pecho. Ambos caímos al suelo y yo lo protegí con mis brazos. Rodé, sintiendo un poco de dolor en la espalda, pero no me importó. Quería cerciorarme que estaba bien.

Lo acomode a un lado mío pero estaba inconsciente y mis ojos se abrieron como platos al ver sus facciones y su cabello negro corto, cambió a blanco con destellos azules y se extendió cubriendo parte de su rostro y llegando hasta su cintura. Su rostro fino y delicado no cambiaba pero un brillo extraño le envolvía por completo.

Abrió los ojos con pesadez y su mirada se encontró con la mía, miró un punto fijo sobre mi cabeza pero yo no podía dejar de verlo a él. Su cambio tan repentino me descontroló y en un rápido movimiento, me movió hasta levantarnos y brincó conmigo casi como si volara, llevándome de un salto donde estaban mis amigos.

—Les ordené que siguieran al profesor Hoseok. —nos reprendió a los tres, sacándome la duda que tenía si es que lo había confundido porque todo lo que hacía me parecía tan irreal, tan fuera de lo que mis ojos alguna vez han presenciado.

—Moriremos —dramatizan Jimin y Taehyung, abrazándose con miedo y temblando.

—No por nada estoy aquí. —habló serio e inexpresivo, dándose la vuelta y viendo en dirección a una enorme bola negra que estaba a punto de chocar con nosotros.

¿Pero qué rayos era todo este espectáculo?

Todos los que peleaban con los encapuchados se pusieron a la par de Yoongi y extendieron sus brazos como si le quisieran proteger de esa cosa que rápidamente a nosotros se aproximaba pero con los ojos abiertos de la impresión que todo frente a nosotros ha causado, miramos como él de un salto se mantuvo equilibrado en el aire, casi como si flotara y una capa cubrió por completo su cuerpo del cuello hacia abajo, la extendió con sus brazos como si esperase la bola con los brazos abiertos y así era. El impacto de esa bola negra la cual enfrenta, parece absorberle totalmente y acto seguido una enorme explosión se presenció por los aires pero extrañamente solo veíamos una chillante luz pero sin sentir la presión. Fue cuando me percaté que Jimin, Taehyung y yo estábamos siendo rodeados por la directora y los demás como si nos protegieran del impacto de esa enorme bola negra que había absorbido a nuestro tutor de música. 

Fuimos cubiertos por algo extraño aún así, mis ojos jamás se apartaron de la dirección donde Yoongi se había adentrado a esa negrura explosiva, por más cegadora que pudiese ser... si Yoongi la soportaba por completo, estaba seguro que yo igual podía hacerlo, aunque sea soportar el hecho de verla.

No por querer ser mejor, sino porque un impulso extraño y violento me hace querer buscar la manera de estar a su lado y entender lo que oculta. Ya era demasiado misterio y me mata querer y no poder estar a su lado.

Veo como de los aires el cuerpo débil de Yoongi iba bajando. Salí del círculo en el que aparentemente nos tenían rodeados sin importarme los gritos detrás y corrí hacia él para que no cayera de lleno al suelo para así evitar que se lastimara, mi propio instinto actuaba por sí mismo, como si tuviese vida propia y no me importase dejar a mí mismo en un situación comprometedora. Aparentemente no me importaba lo que el resto pensara, aún así, mi propia cordura se estaba descontrolando pues pese a todo lo visto solo podía pensar en que a Yoongi no le pasase nada malo.

Me tiré al suelo para no dejar que se lastimara más. Ni siquiera reparaba ni me importa el cambio drástico de imagen que tuvo y más que fue en mi presencia. Tampoco me importa si tiene magia o lo que sea que fuese todo aquello que hacía. Ya a estas alturas mucho menos me importa si es un alfa o un omega... solo me importa él y ese imparable deseo de estar a su lado algo que puede más que cualquier otra cosa que he anhelado alguna vez.

—Yoongi —la voz preocupada de la mujer, parecida a Yoongi, le habló, acercándose y sin importarle que estaba entre mis brazos, acarició con dulzura sus mejillas— Yoonie, cariño. Soy mamá. Abre los ojos amor.

Le pedía con dulzura. El hombre mayor, también parecido a Yoongi, se puso detrás de la mujer agarrando sus hombros en forma de apoyo.

—Yoongi. Hijo mío, nuestro guerrero valiente principie... tus padres están aquí y vamos a protegerte como siempre. Despierta hijo para que vayamos a casa juntos.

La voz afligida de ambos me conmueve y da un vuelco repentinamente dentro de mi pecho. Ahora sé que ellos son sus padres, es por eso el muy buen parecido que tienen.

—Agust —llora la mujer aferrándose a su pareja — Cariño, nuestro bebé no despierta.

—Tranquila Ha Na —trata de calmarla su pareja con la misma mirada indescifrable que utiliza su hijo.

No logro distinguir muy bien, pero si no me equivoco... ¿ambos son alfas? ¿Una pareja alfa? Agust, Ha Na. 

Yoongi... mi mente y mi lobo giran como locos tratando de descifrar todo porque mi lobo está tan interesado como yo mismo de saber todo acerca del hombre a mi lado. Mis pensamientos se detienen cuando siento que se remueve entre mis brazos. Miro hacia abajo y encuentro la mirada cansada de Yoongi que me observa aún recostado. No sé qué hacer o qué decir. Cómo puede, él se levanta de entre mis brazos y después de verme, sin expresión, se gira hacia sus padres y estos lo envuelven en un cálido abrazo.

—Yoonie... qué bueno que estás bien —le dice su madre muy conmocionada.

—Basta mamá. No es la primera vez que pasa. —se quejó, levantándose del suelo.—Y aunque por ahora desaparezcan, van a volver. Siempre lo hacen.

—Y nosotros... siempre estaremos ahí para pelear a tu lado.

La mirada determinada del  señor Agust es admirable, el apoyo que le transmite a su hijo es como si dijera que daría su vida sin dudarlo por pelear a su lado, determinado tanto como la mujer... unos lideres sin duda y a líderes como ellos solo se les respeta y obedece sin objeción alguna. 

Es cuando algo sumamente importante se me viene a la mente al observar todo aquello, ellos no son lobos ordinarios, ellos son los únicos lobos legendarios que han quedado. De esos que en historias muchas veces con temor y orgullo se han contado. De esos legendarios temibles pues eran sin duda siempre impredecibles, intocables, inmutables. 

Los lobos legendarios que se suponían estaban extintos hace mucho tiempo. Lobos pura sangre que terreno que pisan se apoderan del entorno y nadie puede siquiera pensar en contradecirles pues estos poseen algo que los actuales lobos como yo, ni en un millón de siglos superaríamos.

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