Durante la siguiente semana ni Sheppard ni yo mencionamos el beso. Pensé que luego de esa noche las cosas entre nosotros cambiarían, incluso estaba nerviosa por ello. Pero el lunes Sheppard actuó como siempre en biología, como si nada hubiera ocurrido en el baile, o en la puerta de mi casa. No sé si sentirme aliviada o herida.
En el almuerzo del viernes, mientras las chicas tienen una conversación por lo que se ve entretenida, sigo pensando en Sheppard, y al mismo tiempo reprendiéndome mentalmente por convertirme en esa chica. No quiero estar suspirando por alguien, cuestionarme cosas, preocuparme por cómo me veo, si hice o dije algo equivocado, como lo he hecho toda esta semana. Quiero que mis defensas vuelvan tan altas e impenetrables como lo eran antes de Sheppard. Pero una cosa es querer algo y otra es lograrlo con éxito. Erick me lo pone difícil, me confunde.
Y no me malinterpreten, aunque Sheppard ha evitado hablar nuestro crimen del viernes, no ha sido un idiota conmigo. Continua haciendo bromas en biología, sigue regalándome esa deslumbrante sonrisa cada que le es posible, y sigue haciendo que me pierda en la profundidad de sus ojos azules. Eso no ha cambiado.
Pero es frustrante.
Quiero y temo que me hable de lo que sentimos, pero no lo hace. Y soy demasiado cobarde para iniciar la conversación.
― ¿Qué opinas, Sam?
Salgo de mi cabeza cuando Rachel me codea el brazo.
― ¿Qué? ―Pregunto, recibiendo tres pares de ojos entrecerrados y frentes arrugadas como respuesta.
―No queríamos mencionarlo antes porque prometimos no entrometernos ―comienza a decir Taylor―. Pero de verdad, Sam, lo haces imposible.
Rachel asiente de acuerdo.
―Has estado rara desde el baile.
―Y estamos seguras que Sheppard tiene que ver ―agrega la pelirroja, mirándome con sospecha.
Fuerzo una sonrisa, negando con la cabeza.
―De verdad, chicas, todo está bien. Solo estoy un poco estresada por la tarea de Wayling; Sheppard y yo estamos atrasados porque no nos hemos reunido.
Por las expresiones de sus rostros puedo decir que no las he convencido, ni un poco.
― ¿Estas segura que lo que te pasa no tiene que ver más con tu compañero que con el proyecto en sí? ―Inquiere Rachel, con una ceja arqueada.
―No. No es para nada así ―miento y cambio de tema―. ¿De qué estaban hablando antes?
Para mi alivio no insisten en el tema, en cambio hablan sobre los planes que tienen el equipo de fútbol y de porristas para mañana, antes del juego del domingo. Piensan hacer una pre-celebración yendo de campamento, a lo que Rachel considera como mala idea, ya que todos deberían jugar lo más descansados y relajados posibles, y el resultado de dormir en el duro suelo entre piedras ramas es lo contrario. Pero los chicos siendo chicos no prestan atención a la lógica, y planean hacerlo de todos modos. Y Taylor, siendo la dulce y buena Taylor, quiere apoyar a Josh y sus amigos a "conectarse con la naturaleza", y nos invita a sufrir junto con ellos por el fin de semana.
―No sé, chicas. Estaré ocupada con el proyecto y... ―Antes que pueda terminar la oración, Rachel me interrumpe.
―Tenemos que ir a apoyar a Taylor, Sam.
―Pero dijiste que era una mala idea ―señalo.
―Sí, pero también será divertido tener una pequeña acampada en el lago, contar algunas historias frente a la fogata, comer malvaviscos y tener algunos juegos.
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I Hate Loving You©
Teen Fiction[EN EDICIÓN] Las primeras impresiones no siempre son las correctas... ¿o sí? Samantha Ryan no tiene tiempo para distracciones del futuro que su padre tiene planeado para ella. Mucho menos si viene en un paquete de ojos azules, hoyuelos, y quien pued...