Quiero Que Me Quieran [CL #1]

14 | Filosofando Con Amadis

—¿Así que te dedicas a la música?—preguntó Wendy, demasiado ansiosa.

—Si, soy guitarrista de mi propia banda y también soy representante de otras bandas —respondió Malcom.

—¿Y a demás eres repartidor? ¡Wow! Que trabajador.

—¿Repartidor?

—¡Suficiente Wendy! Dejémoslo en paz. —Intenté alejar a mi hermana, pero Malcom continuó.

—Bueno, me gusta concentrarme en mi musica, y me encanta poder tener una gran inspiración —dijo el chico dedicándome una sonrisa.

—Y.. ¿dónde se conocieron?

—En el parque. Apenas la vi, fue como si me hubiera enamorado inmediatamente de ella.

Fue precisamente eso. Un flechazo producto de un tonto deseo, de un tonto cupcake que él había comido unos días atrás.

—Eso es genial, pero Wendy, quiero irme a casa.

—Pero recién estoy hablando con...

—Dije que nos vamos. —Tiré con fuerza del brazo de Wendy hasta la entrada, pero esta vez ella no opuso resistencia.

Subimos al ascensor, solamente nosotras, y en el profundo silencio del elevador, solo se oía la música de la fiesta.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Wendy molesta, cruzándose de brazos.

—¿Por qué hiciste eso tú? Llenando a Malcom de preguntas. No sé qué vaya a suceder entre nosotros, pero me avergüenza que lo trates así —mentí para sonar razonable.

—Lo lamento. Es solo que me emocioné. Creo que exageré.

—¿Por qué? ¿Por qué al igual que a los demás pensabas que no era capaz de conseguir pareja?

—No es eso Serena.

—¿Y por qué te sorprendiste tanto? Dime la verdad.

—No se trata de eso. Es solo que me pone contenta que salgas con alguien que no sea...—se detuvo al instante y bajo la cabeza.

—¿Quién? ¿Jonathan? —Su silencio fue la mejor respuesta— Al igual que todos crees que no he podido olvidarlo.

—Serena, no te enfades. No es tu culpa. Sé lo difícil que es olvidar al primer amor, y más con lo que él te ha hecho.

—Pues ya ni me importa y te lo dije varias veces. Lo superé.

—¿Lo superaste? Podría jurar que si tuvieras la oportunidad de volver con él, de seguro la aprovecharías.

—¡Ya olvídalo! No quiero hablar más contigo.

—Serena...—Su tono de voz era suave, a diferencia de la anterior. Sabía que se había pasado.

—¡Dije que es todo!—sentencié y Wendy ya no insistió.

Fuimos a casa en profundo silencio. Desde el ascensor hasta el coche, y hasta llegar a casa. Las luces estaban apagadas, así que papá estaría durmiendo esta vez. Antes pude ver en los ojos de Wendy que se sentía culpable al presionarme. Pero estaba molesta, y de esa forma, bajé del vehículo sin dirigirle la palabra.

Estaba cansada de que cada persona en mi vida intentara manejar mi vida amorosa, y que todos creyeran que Jonathan...

El leve sonido de mi teléfono me detuvo a la entrada de la casa con las llaves en la mano, y también detuvo la serie de pensamientos y debates que tenía conmigo misma.

De: Jonathan 01:02
Que descanses bonita.

Mire el mensaje por unos segundos mientras una tonta sonrisa se asomaba por mi rostro. Pero la borré al instante.