Me estaba encaminando hacía una de las mansiones más lujosas de toda Inglaterra, se podía ver a simple vista las candelas de colores que alumbraban el alrededor de está.
Hace menos de un día había recibido la carta de una señora diciéndome que me necesitaba a sus servicios, era con urgencia según ella, su voz era melancólica y un poco desesperada. No me dio detalles absolutos de lo que necesitaba que tanto le urgía, solo me dijo la dirección de su mansión que se encontraba en el centro de Londres.
Por cierto, Discúlpeme ustedes, soy un completo mal educado al no haberme presentado a ustedes aún.
Soy Tanapon Sukhumpantanasan o para abreviarlo mi apodo es Perth, soy un joven de apenas 18 años de edad, soy Tailandés y mido aproximadamente 1.78 de estatura, Se que no soy muy alto pero quejarme no me sirve de nada, actualmente soy un detective profesional,creo que puedo atreverme a decirlo,vivo en Inglaterra desde los 8 años cuando por cuestiones de trabajo de mi padre tuvimos que viajar hasta acá en barco.
Mi infancia fue un total fracaso en lo que se refiere a lo social, mi personalidad es demasiado tímida como para socializar con niños extraños que para colmo ni siquiera son de la misma nacionalidad que yo y no hablan el mismo idioma que yo. Aprender el inglés fue otro total fracaso para mi, teniendo en cuenta mi pronunciación cualquiera que me hubiera escuchado hablar en aquel tiempo hubiera pensado que invocaba algún espíritu sobrenatural.
Fue difícil pero con ayuda de mi padre y unos cuantos trompones también de su parte logré aprender a pronunciar las palabras y hacer oraciones coherentes que me permitieran hablar un completo inglés.
En cuanto a mi profesión, solo recuerdo que tengo un olfato de sabueso para descubrir cualquier cosa, un don desde pequeño que no pienso desaprovechar ahora, tal ves los ingleses al principio no confien en un joven novato tailandés de clase media, pero si el mismo Conde de Brown me reconoció como un pequeño joven prodigio cuando logré encontrar su más preciado tesoro, lo que hable la gente de mi allá afuera me tiene sin cuidado.
Solo he tenido 2 novias en mi vida, nada de que presumir, aventuras de menos de un año que me dieron a conocer eso que se llama amor y que hasta el momento solo estoy empezando a experimentar con la heredera de un duque de reputación hasta el momento intachable.
La joven duquesa de Perkins, mi mirada se volvió a perder a lo largo del camino que aún falta por recorrer para llegar, una joven de la misma edad que yo la cual conocí cuando trabajé para su padre investigando a su tío quien se decía tenía negocios turbios de droga manchando la reputación de la familia.
Solo la veía cuando tenía que dar informes a su padre, siempre estaba a su lado sonriendo, podría decir que me lanzaba miradas de las cual he quedado prendido y que confirme la tarde en que entré ha buscar a su padre y me secuestro ha su cuarto, solo puedo decir que la plática fue monótona, una declaración en la que dijo que me amaba desde la primera vez que me vio y lo demás fueron solo besos que se perdieron en su cama. Actualmente aún no somos novios, pero si lo fuéramos incluso su padre nos ha dado su aprobación.
Mi mente he imaginación se detuvo cuando el carruaje en el que iba paró en seco y el conductor con su voz ronca me habló y dijo - Hemos llegado, joven- Solo asentí tomando con mis manos mi sobrero.
Baje del carruaje y escuché los trotes de los caballos irse, lo vi perderse a lo largo de la carretera y fijé mi vista en la mansión que tenía enfrente. Empecé a caminar hacía adentro donde el gran portón de esta me impedía el paso, revise con la mirada a alguien que se encontrara cerca, al final del jardín al parecer se encontraba el cochero, con el anillo que traía en mi dedo anular izquierdo golpee el portón haciendo bulla para que me hiciera caso.
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Investigando El Amor
FanfictionUNIVERSO ALTERNO: Perth Tanapon, un joven detective de tan solo 18 años es contratado por una señora desesperada quien le pide que investigue a su hijo, Saint Suppapong, quien tiene un comportamiento extraño desde la muerte de su padre. Qué pasará c...