Musical Love [Soraru x Mafumafu] (yaoi)

        Soraru se encontraba sentado sobre la silla del estudio, dando vueltas con esta, sin apartar la mirada de la hora que marcaba su móvil. Llevaba cerca de quince minutos esperando por su compañero, Mafumafu, para continuar con la grabación de su nuevo album en dueto. Hacía unas semanas que había iniciado la grabación del albúm con Mafumafu, pero el peliblanco siempre llegaba tarde a todas y cada una de las citas. Aquello hacía a Soraru replantearse si había escogido a un buen compañero, pues comenzó a arrepentirse a partir del primer día, al ver que Mafumafu no mostraba ningún signo de arrepentimiento. Siguió observando el reloj, poniéndose cada vez más nervioso, al ver que el tiempo seguía volando y ni rastro del peliblanco.

        — Buenos díaaaaa~s — Canturreó la voz de Mafumafu mientras entraba al estudio con una sonrisa radiante, cargando con un café y una bolsa. 

        Soraru fulminó a su compañero con la mirada. Le había hecho esperar más de treinta minutos y aquel entraba como si hubiera llegado el primero.

        — ¿Qué haces ahí sentado Soraru-san? Pensé que íbamos a grabar. — Dijo dejando la bolsa sobre el suelo y abriendo la puerta de la cabina.

        — ¿Cuánto tiempo crees que llevo esperando? — Soltó tratando de ocultar su enojo.

        — Umm... ¡Lo siento! — Exclamó mientras juntaba las manos en modo de disculpa. — Es que ayer Amatsuki-kun y Urata-san vinieron a casa y estuvimos bebiendo sake hasta tarde... ¡Perdón!

        — ¿Y por qué bebes sabiendo hoy tenías grabación?

        — Es que no me sentía capaz de rechazarlos.

        — ¿A quién? ¿A ellos o al sake?

        — ¡A los dos! — Exclamó feliz mientras hacía un dos con la mano que no llevaba el café.

        — Lo que sea, comencemos a grabar.

        — ¿Eh? No seas así de frío Soraru-san~ 

        — Calla ya.

        — ¡Quieres un abrazo! — Dijo extendiendo los brazos tras dejar el café sobre el suelo.

        — Aléjate... — Ordenó mientras extendía uno de sus brazos para impedir que Mafumafu se aproximara más.

        Los dos entraron a la cabina para iniciar la grabación.

        Mientras grababan Soraru tuvo que lidiar con otro problema, los movimientos del peliblanco mientras cantaba. Desde que comenzaron a grabar Mafumafu no dejaba de danzar por el estudio, no podía quedarse quieto ni siquiera un segundo.

        Lo molestaba el hecho de que él se moviera con tanta facilidad, sin siquiera perder el pulso, sin siquiera desafinarse, o que se desconcentrara y se equivocara. Le salía tan natural, parecía tan fácil. Soraru en el pasado había intentado danzar mientras cantaba, pero había fracasado terriblemente. Error tras error, no se podía concentrar en las dos cosas, y él un chico torpe podía hacerlo sin problema. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta, Mafumafu se encontraba frente a él con una bolsa. Se estaba desconcentrando, se estaba fijando mucho en lo que traía el peliblanco y tenía miedo de cometer un error, un error frente a él. Intentaba apartar la vista de él, y tan solo concentrarse en la letra. Mafumafu se acercó aún más a él, y hábilmente sacó unas orejitas de gato de su interior. Cada vez más confundido, Soraru retrocedió. El peliblanco tan solo se acercó más y colocó las orejitas de gato en la cabeza del mayor. Toda la concentración que intentaba mantener en la letra de la canción desapareció. —¿¡Qué haces!? —gritó Soraru intentando sacar las orejas de su cabeza, lo que se le hacía imposible ya que, el menor las retenía con sus manos.