Capítulo 130 : Epílogo

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Sentado en un elegante trono de oro y diamantes, el brillo que emana desde este ilumina el majestuoso salón de color rojo.

Quien se encuentra sentado es un hombre que posee un parche en su ojo izquierdo, sin embargo el color verde esmeralda de su ojo derecho atrae la atención por sobre aquel parche. Ocupa una túnica negra y algo roñosa, bajo estas prendas las vendas envuelven gran parte de su cuerpo a excepción de su cuello y cabeza. Es evidente que es alguien que puede ser considerado atractivo. Su larga cabellera castaña se extiende por varios metros. En su mano derecha porta un anillo que posee una gema extraña, esta gema irradia un mana en extremo concentrado. En su mano derecha una pulsera de plata parece estar dormida, como esperando algo.

Aquel hombre se encuentra esperando a que una persona ingrese a aquel salón deslumbrante. Hasta que finalmente ocurre.

Esa persona camina con una sonrisa vomitiva y repulsiva, en especial por su boca desdentada. A diferencia del hombre que se encuentra sentado sobre el trono, esta persona está envuelta en vendajes por completo, vendajes sucios y maltrechos. Cuando esta persona llega frente al hombre sentado en el trono, inmediatamente coloca una rodilla en el suelo mientras hace una reverencia.

— ¿Lo has hecho? — Pregunta el hombre sentado en el trono.

— Por supuesto, no queda un solo testigo de esa operación.

— Bien, no necesitamos a esos sujetos. Todos ellos son desechables, el ataque a Londres solo es un pequeño paso, sin embargo es un paso que cambiará muchas cosas.

— Con esto cumplido, procederé con la siguiente etapa.

— Sí, hazlo.

— Espere por mis resultados.

Aquella persona envuelta en vendajes roñosos deja el salón deslumbrante.

El hombre sentado en el trono cierra su ojo y proclama.

— Comienza la real operación.

De improviso, el salón se encuentra repleto por figuras similares entre sí. Todos son hombres que lucen extrañamente parecidos a un joven mago el cual ha revolucionado al mundo de la Magia.

Uno de ellos observa al hombre sentado en el Trono.

— En comparación con nuestras antiguas versiones. Este Guillermo Griffin. ¿Se encuentra capacitado?

El hombre sentado en el trono observa con desdén a quien realiza la pregunta.

— Hasta el momento sí. Sin embargo nadie a logrado superar ese punto.

— La aparición de ella.

— Sí, todos terminan por perecer cuando ella aparece. Una vez intervine directamente, pero los resultados fueron catastróficos, son tantas las variables que he intentado, que he comenzado a perder la esperanza. Por mucho que lo intente, siempre ella termina por acabar con la vida de una variable.

— Pero en comparación, el Guillermo Griffin de esta línea luce más prometedor.

— Sí, como muchos antes de él.

— Entonces solo nos queda esperar para ver cómo actuará.

— Sí, solo queda esperar. Lo único que deseo es que este ciclo interminable llegue a su fin. Espero que este Guillermo Griffin al fin logre superar esa barrera.

— ¿Por qué no intervenir antes de que ella aparezca?

— Sencillo, ella actuará antes y las posibilidades serán un cero absoluto.

Todos los presentes tocan sus estómagos involuntariamente.

— El Primero tiene razón, ninguno poseemos el Dios Sucio en nuestro interior. Por mucho que lo queramos, esa mujer es abrumadoramente poderosa.

El hombre sentado en el trono comienza a reír.

— JAJAJA, que increíble.

— ¿Qué cosa?

— Bueno, esa mujer es a quien más amamos, incluso por sobre nuestras vidas. Es irónico que ahora todos temamos de ella. Ella es la gran muralla que nadie a logrado superar. Siempre se termina cuando ella aparece. — El hombre observa el techo, cierra sus ojos y comienza a recordar las ya incontables repeticiones que ha experimentado. — Diana Griffin, al final siempre es nuestra madre quien termina por asesinarnos. Aún si intentamos atacarla todos juntos, es un hecho que seremos derrotados.

— Se encuentra viva y al mismo tiempo muerta, eso es todo lo que has averiguado en tus múltiples repeticiones.

— Sí, es lo único. Nuestra madre es quien siempre interviene, es por este motivo que El Gran Reinicio no puede concretarse.

— No sirve de mucho, lo único que queda es esperar a que este Guillermo Griffin muera por la intervención de nuestra madre.

— Hasta el momento sí. Si tan solo existiera eso que sobrepasara al Dios Sucio.

— ¿Existe algo así?

— No lo sé. Cuando fui revivido por Dios, me dijo que el Dios Sucio es solo una de las cuatro llaves.

— Así que faltan otras tres. ¿Cuáles son esas llaves?

— Si lo supiera, no estaría en este maldito bucle interminable.

— Punto muerto, otra vez.

— Lo único que queda es probar distintas variables para buscar una salida a todo esto. En fin, regresen, necesito descansar.

— Siempre dices lo mismo, descansar y descansar, necesitamos respuestas o de lo contrario...

Su voz es silenciada por un leve movimiento del hombre sentado en el trono, una mirada bastó para que el cuerpo de quien se atrevió a cuestionarlo ahora sea una masa de carne y vísceras. Mediante mana puro lo redujo a ese estado. Nadie dijo nada ante esa acción, solo se dignaron a retirarse de ese salón.

Una vez solo, aquel hombre sentado en el trono observa fijamente su anillo.

— Solo queda esperar a que mi versión de esta línea muera. Si tan solo me hubieras dicho que son las llaves además del Dios Sucio, nada de esto estuviera ocurriendo. Maldito Dios tan caprichoso que por mucho que lo intente, no puedo descubrir que deseas en realidad.

Aquel hombre cierra sus ojos y comienza a dormir, resignado a que todo volverá a repetirse, pero, él no sabe que una de esas llaves a aparecido. En la ciudad de Londres, eso que siempre pasa por alto, de alguna manera ahora es distinto, no es el simple Gremio que siempre aparece, este Gremio a entrado en resonancia a un nivel el cual supera con creces a las anteriores versiones de Guillermo Griffin.

El Gran Reinicio comienza a asomarse por primera vez luego de incontables repeticiones, tal vez, solo tal vez, finalmente a llegado el tan anhelado final que este hombre anhela.



El Gran Reinicio Parte I

Despertar

El Gran Reinicio Parte I : DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora