Ether se consideraba así misma una maestra en el lenguaje corporal; le gustaba, había pasado tanto tiempo estudiando el comportamiento de sus compañeros como para no sentir el más mínimo de atracción hacia esa rama en particular.
Para su mente era divertido cuando tenía a alguien retorciendose bajo su mirada, aunque fuera solo por que no lograban soportar sus ojos violeta, o por el miedo de que les estuviera leyendo la mente.
De niña solía jugar a que era una reina —solo cuando estaba sola, no quería ser gritara por blasfema—, se sentaba en alguna silla y fingía fulminar a sus súbditos con su mirada de acero, haciendoles temblar.
Negal le había dicho una vez que era algo un poco narcisista de su parte echarse tantas flores.
¿Pero que sabía? Después de cumplir los trece años lo máximo que había durado bajo su mirada eran dos minutos.
Pero se estaba perdiendo.
Ella era una maestra de los gestos, su autocontrol era de lo más admirable y podía decir, sin sentirse culpable, que a cuanto el corazón se refería, era poco menos que un polo.
Sin embargo, viendo sus grandes ojos azules medio escondidos por la chaqueta floja de Laiden, Ether tenía que admitir que Dan podría lograr lo imposible.
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¡Laiden! (One Shots)
RandomEl sexy de Laiden. La pilla de Ether. La pintura de Ala. Explosiones de Needle. ¿Que podria salir mal? ⚠ ADVERTENCIA ⚠ Este libro puede contener spoilers de "Laiden ¡Que viva la reina!", ya que son o bien, escenas extra, mundos paralelos o escenas...