La mirada de los demás competidores se posaron sobre mí, debo admitir que era agradable saber que les causaba cierta inquietud, ¿A caso no sabían que una mujer podía montar una motocicleta?
—Alexandra—Lex me llamo en cuanto me miro sobre la moto—¿Sabes las reglas?
—Sí, se todo, sé que debo cuidarme la espalda, en cuanto vean a una chica sobre moto querrán tumbarme, ni loca lo permitiría.
—Esa es mi chica—Lex era mi más fiel amigo, él siempre había estado conmigo en este tipo de concursos, mis hermanos nunca acudían por cuestiones de su familia y mis padres simplemente rechazaban ver a su hija al borde de la muerte.
Sonreí mirando a mí alrededor, a mi izquierda estaba un hombre bastante rudo, era muy fornido, no pude evitar soltar una risita, parecía que la moto se rompería en un par de segundos, Lux me miro mal y susurro:
—Él es un Cloyer—mi sonrisa se esfumo.
Los Cloyers eran la banda más famosa de delincuentes en la zona de new Orleans, y para mi desgracia iba contra ellos. Pude vislumbrar a muchos turistas, en new Orleans en esta época del año, muchas personas acudían de visita, solo a ver como se vivía la vida, los carnavales, los mitos, las carreras clandestinas, por supuesto. Yo solía participar en estas desde hacía más de cuatro años. Durante mis 16 años me empeñe en practicar la moto, me metían en concursos que no eran clandestinos o simplemente en parques relacionados con el tema, pero a los diecisiete comencé con lo clandestino, no me agradaba la idea de tener que esperar dos meses para una próxima carera legal, así que Lex me hablo de esto, y que este era el motivo por el cual abandonaba la preparatoria, las carreras clandestinas, las cuales se hacían dos veces a la semana, los viernes y sábados, sin falta cada fin de semana me encontraba en ese lugar, desde los 17 hasta mis veinte bien vividos años.
Esta era la primera vez que veía a un Cloyer, siempre estaban en problemas y no podían salir demasiado.
—Corredores—Carla era una chica voluptuosa y ella lo sabía, su cuerpo era impresionante, en cambio yo podría pasar desapercibida delante de una pared, ella hacia los conteos y manejaba las apuestas—Saben las reglas, no me hagan eliminarlos, así que a mi señal todos partirán.
Carla levanto la mano dos veces, el tercer movimiento llego a su cuello, se desenvolvió de este un pañuelo y lo alzo en alto, los motores de las diez motos rugieron, cuando bajo su mano solo se percibió la ráfaga de tierra y aire que hicieron las motos al salir de sus puestos.
Era excitante poder sentirme libre, el Cloyer iba delante de mí, así lo dejaría antes de terminar la vuelta, no quería que creyera que era una amenaza, a ellos no les importaría tumbarme de la moto. La ruta era simple, era una vuelta alrededor de las instalaciones después de tres cuadras, solo eran dos kilómetros el recorrido, cuando deslumbre la estancia de la meta acelere, tan fuerte que el Cloyer no tuvo tiempo de siquiera bloquearme, el listón se rompió a mi paso, había ganado, y no era la primera vez.
—Alexandra, Alexandra es la ganadora. Esperaron unos segundos más a que volvieran lo demás competidores, aquel hombre al que había arrevesado me miraba de forma muy fija, demasiado.
Después de una cerveza era momento de volver a casa, y así lo hice, tome mi moto y avance un poco, después tuve que volver a colocar las placas, este era un requisito en las carreras clandestinas, correr sin placas por seguridad de los jugadores, nadie sabía de nadie.
En mi casa todos dormían, nadie me escuchaba entrar, con nadie me refiero a mis padres, a pesar de que tengo dos hermanos ellos están fielmente comprometidos con sus esposas y en sus casas, yo soy la oveja descarriada del rebaño, pero aun así mis notas son las mejores.
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Ella es él
Teen FictionAlexandra es ingeniosa y amigable, inteligente y amorosa, amable y peligrosa. sus dos hermanos la cubren en todo, incluso en esas estúpidas carreras callejeras. pero esta vez ni el apoyo de sus hermanos la podrá sacar de esa bronca, no debió ganarle...